Gibson se declara en bancarrota
Tras meses de incertidumbre, al final ha ocurrido: Gibson se declara en bancarrota, tal y como se puede comprobar en el registro de los tribunales del distrito de Delaware. Como se puede imaginar, esto supone un hito en la historia de la marca, y uno no muy positivo. Los últimos tiempos han estado marcados por el fracaso económico y las duras críticas, tanto de clientes como minoristas. Ahora, el presidente ejecutivo de Gibson, Henry Juszkiewicz, ha confirmado la noticia de la bancarrota, explicándola como una forma de obtener protección mientras realiza cambios en la empresa: “[gracias a] la decisión de volver a concentrarnos en el negocio principal, los instrumentos musicales, combinada con el significativo apoyo de nuestros acreedores, creemos que podemos asegurar la estabilidad a largo plazo y la salud financiera de la compañía. Y muy importante, este proceso será invisible a los clientes”.
La compañía asegura haber llegado a un acuerdo con una parte de los acreedores para este proceso. Para realizarlo, se les pide 135 millones de dólares adicionales, necesarios para todos los cambios que se han de llevar a cabo. Esto permitiría a Gibson deshacerse de cargas como Gibson Innovations, su división europea dedicada a la electrónica de consumo, y a la que se culpa de una gran parte de las pérdidas. Hay que recordar que en la bancarrota registrada en los tribunales, se detallan deudas a los distintos prestamistas y proveedores, llegando algunas a los 500 millones de dólares.
A cambio, los prestamistas recibirían capital propio en una nueva compañía, reemplazando a los accionistas actuales como Henry Juszkiewicz. Entre estas empresas se encuentran Silver Point Capital, Melody Capital Partners LP, y KKR Credit Advisors. En otras palabras, cabría esperar que en la nueva Gibson hubiese una intervención mayor por parte de estos grupos inversores. Durante al menos un año, Henry seguirá trabajando con la compañía para “suavizar la transición” , pero no se ha aclarado si lo hará conservando su puesto actual, o tendrá un rol distinto. Sea como fuere, se avecinan cambios en una compañía histórica.