Decálogo para el guitarrista moderno
En este artículo intentaré dar una serie de consejos que abordan la práctica de la guitarra desde un punto de vista menos práctico que en otras ocasiones. Estos consejos, dirigidos hacia guitarristas, son de todas formas adaptables a cualquier músico y estilo.
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Nunca digas no a un estilo por prejuicios. En todo estilo musical hay músicos y compositores con talento, capaces de sacar lo mejor del mismo. No importa si es una ranchera, música electrónica, metal extremo, o pop. Aprende a incorporar otro lenguaje a tus formas musicales y crecerás. La guitarra es un instrumento muy amplio. Eléctrica, acústica, flamenca... Hay tantas variantes que puedes terminar tocando en prácticamente todos los estilos, o traslandando elementos, ritmos y técnicas de un estilo en cualquier otro. Estilos como la fusión provienen de la mezcla de elementos armónicos y técnicos de mundos diferentes, como rock, jazz, funk, flamenco, country...
Practica. No te quejes porque te estancas o no mejores. No te pases 20 minutos lamentándote porque no tienes tiempo o estás cansado. Dedica ese tiempo a practicar. Todos tenemos 20-30 minutos al día para tocar. El que no los utiliza, es porque no quiere. La autocompasión no te hace mejor músico. Tampoco pongas como excusa el ruido si eres guitarrista eléctrico y solo puedes practicar de noches, ponte cascos o hazte con una silent guitar. Querer es poder.
Trata de tener un cuaderno de práctica o una rutina estructurada, como dijimos en artículos anteriores. Aún así, siempre tienes que dejar un espacio para la práctica libre, que te permite relajarte y aumenta tu creatividad.
Experimenta en la vida. Pocos músicos se quedan en casa un fin de semana. Es más, la mayoría, incluso los que somos un poco menos sociables, terminamos teniendo una extraña dicotomía; por una parte, la soledad de la práctica y el estudio constante, los momentos constantes de escuchar música a solas... y por otra, las experiencias vitales, totalmente necesarias para el crecimiento, las largas noches sin dormir, las conversaciones surrealistas, las horas de carretera y la constante interacción social.
Compón. Te ayudará a descubrirte a ti mismo, te convertirá en mejor músico y te otorgará un estilo propio. Otra alternativa es improvisar. Da igual si estudias clásica o jazz; aprende a improvisar. Ser capaz de variar la expresividad a medida que transcurre un tema es en si un ejercicio genial para poner en práctica tus conocimientos. No importa que te creas muy malo. Hazlo. La guitarra es un instrumento ligado a la improvisación y, aunque componer no resulta tan natural como en el piano, donde podemos hacer diversas voces de la armonía y los acordes y relaciones se ven a primera vista, es un instrumento con matices percusivos, efectos de sonido, y cierta facilidad para componer en estilos de música moderna.
Inspírate en lo que sientas. Qué más da que sea tristeza, alegría, rabia, amor, odio, dolor, esperanza... Son sentimientos. Aprende a utilizarlos y descubrirás una senda nueva. Escucha a Gary Moore y su tristeza cuando habla de amores pasados, a Pink Floyd y su crítica social con una rabia implícita en los temas, o a BB King y su alegría por la vida incluso con el poso de melancolía. La guitarra habla cuando tú quieres que hable, y siente cuando tú quieres que sienta. No intentas transmitir un sentimiento falso, limítate a sentir primero. Ya habrá tiempo de interpretar sentimientos después.
Toca con otra gente. La música es un lenguaje, es comunicación. Si tocas a solas no vas a comunicarte con personas que utilizan ese mismo lenguaje y te perderás lo mejor de esta forma de arte. Una rutina en solitario es totalmente necesaria para encontrarte a ti mismo como músico, tampoco la descuides.
Sé tú mismo. Pelea con esa sensación de angustia en el escenario, lucha contra las limitaciones psicológicas. Si eres un poco chulo, sé chulo, al más puro estilo Slash. Si eres tranquilo y relajado, no te preocupes, ahí tienes a Mark Knopfler. ¿Crees que se preocupa porque se mueve poco? Simplemente, transmite lo que siente. Haz lo mismo, procura entenderte como persona y trasladar eso hacia tu música. ¿Realmente, eres introvertido o es solo miedo a ser juzgado? Tú eres tu juez y tú te pones límites ficticios que son el mayor problema en tu avance, no ya en el escenario, si no a la hora de transmitir y mejorar. El avance y la actitud, así como la autoconfianza, están intrínsecamente relacionadas. Puedes ser algo introvertido o una fuerza de la naturaleza, pero en ambos casos necesitas confiar en ti mismo y pensar menos cuando tocas.
Recuerda, en este apartado, un consejo que he dado mil veces. No copies. Tú no tienes el mismo carácter que tus ídolos, no pretendas tocar igual o adquirir su toque. Por poner un ejemplo personal, adoro a Steve Lukather, pero mi personalidad hace que mi vibrato sea más cercano al de Darrell de Pantera, o al de Malmsteen. Tenlo en cuenta.
No te autoimpongas barreras. Deja de decirte a ti mismo que no puedes llegar a lograr tus metas, que es imposible. Todos los músicos a los que admiras son humanos, como tú. Hay músicos que jamás llegarán a ser famosos y que tienen una calidad increíble.
Piensa en las ventajas de que dispones. Los músicos de hace 30-40 años no tenían internet, no había la oferta de profesorado que existe hoy en día, y los instrumentos eran carísimos. No tenías foros de música donde preguntar, ni era tan fácil comunicarse para tocar con gente. Aprovecha eso y deja de pensar que no puedes alcanzar cierto nivel, porque todos somos humanos.
Escucha mucha música. No la escuches únicamente como músico, si no como oyente. No seas ecléctico. Hay miles de canciones de gran calidad en estilos dispares. Tampoco descartes del todo tu oído crítico, recuerda que algo que te gusta puede, perfectamente, estar mal hecho. No te abones al relativismo, al "todo tiene la misma calidad, depende del oyente". Ni hermetismo, ni relativismo. En el término medio encontrarás el camino correcto.
Como músico tienes una ventaja respecto a los demás; puedes escuchar como experto, pero también como oyente común. Si te decantas solo por ser un crítico implacable, perderás parte de esa ventaja.
Tampoco escuches música solo para guitarristas. Joe Satriani, Holdsworth o Govan son geniales, pero también lo son los cantantes, pianistas, saxofonistas o percusionistas. Puedes aprender mucho escuchando otros instrumentos. Los mejores guitarristas lo hacen.
Aprende de las nuevas tecnologías y aprovéchalas. Grabarte es una buena idea, tendemos a no escuchar objetivamente lo que hacemos, dependiendo de nuestro carácter. Yo escucho más fallos de los que existen en lo que hago y puedo llegar a obsesionarme. Un estudio casero solo requiere un pc y una interfaz, hazte con ello como sea.
Aprende sobre los pedales, sobre tu ampli, tu guitarra, la grabación, secuenciadores, ecualización... este foro, así como hispasonic, contienen innumerables artículos, prueba a leerlos y poner en práctica lo estudiado.
Cuida tu físico. Es tu herramienta. Una rutina de ejercicios suele ayudar a ser mejor músico, porque te acostumbras a una actividad estructurada. Además, te ayudará a aguantar mejor el peso del instrumento, en nuestro caso, la guitarra, cuando toques de pie, a tener tus tendones y tus músculos en forma, hacer bends y cejillas sabiendo distinguir qué músculos entran en juego, etc. Estira si vas a tocar, cuando termines... estira durante la sesión de práctica y no te marchites.
Aprende sobre tu instrumento y sus instrumentistas. No hace falta que seas un historiador, pero acude a los orígenes. Si te gusta el rock y no conoces a Chuck Berry tienes un problema. Los orígenes ayudan a incorporar el lenguaje del estilo y podrás estudiar las variaciones entre aquellos músicos que sentaron las bases y entender cómo aprendieron tus ídolos posteriores.
Van Halen, aunque no lo parezca, aprendió a tocar basándose en Eric Clapton, Vai tiene mucho de músicos como Zappa o Beck, Petrucci no puede comprenderse sin Steve Morse, Alex Lifeson y Gilmour, Govan tiene elementos de Garsed, Lane o el propio Satriani, etc.
Por último, ama lo que haces. La música, sea para un profesional o un amateur, es un camino durísimo y la guitarra es un instrumento poco agradecido, sobre todo en sus inicios. Tocar un tema , por fácil que sea, a un nivel alto, requiere meses de aprendizaje para que no suenen trasteos, notas mal pulsadas, y para coordinar ambas manos.
Disfruta el proceso, estás aprendiendo y nunca volverás a pasar esa etapa, aunque aprenderás durante toda la vida. Aprenderás algo nuevo, harás fraseos diferentes, pero jamás volverás a aprender lo que ya aprendiste en el pasado, así que disfrútalo. No te frustres, la vida de un músico está llena de sensaciones de frustración que están mal enfocadas. Lo que debemos hacer es amar incluso el proceso laborioso de aprendizaje y disfrutar de nuestro crecimiento personal.