Artistas

El G3 primigenio: Paco De Lucía, Al Di Meola, John McLaughin

16/06/2013 por Manuel_Baez Actualizado el 19/06/2013

A lo largo de los años, ha sido común escuchar referencias al formato G3 en el mundo de la guitarra. El G3 fue un modelo popularizado en torno a los años 90 por Joe Satriani y Steve Vai, invitando a un tercer músico de reconocido prestigio mundial, con un formato de pequeño concierto individual de cada guitarrista interpretando sus propios temas, seguido de una mega-jam con clásicos de rock y blues y los tres guitarristas al mismo tiempo en el escenario.

A lo largo de estos años ha existido un debate constante sobre qué G3 ha sido el mejor y quién ha sido el mejor invitado. Eric Johnson, Andy Timmons, Steve Lukather, Marty Friedman, Yngwie Malmsteen o John Petrucci, entre otros, han sido excelsas figuras que han acompañado a la omnipresente dupla Vai/Satriani a lo largo de estos años, y son ya 3 los discos en directo editados desde entonces.


Sin embargo, el formato G3 surge muchos años antes, en formato acústico, con la reunión de tres de los más grandes genios que ha dado el mundo de la guitarra, Paco De Lucía, Al Di Meola, y John McLaughin, quienes dejarían un legado de tres discos para la historia, siendo especialmente los dos primeros un éxito sin precedentes de crítica y público.

Para comprender como se llega a la concepción de Friday night in San Francisco, una de las obras instrumentales más importantes de la música contemporánea, y la guitarra en particular, hemos de atender al contexto y los geniales músicos que forma este trío.

Paco De Lucía, español, es el músico de flamenco con más fama internacional de la historia junto a Camarón, cantaor para quien trabajó hace años, y proviene de una familia de músicos de flamenco que ha dado grandes figuras a las historia de la música contemporánea española.

El guitarrista supuso un antes y un después en el hermetismo del flamenco tradicional. Interesado por el concepto de la improvisación, los acordes con sonoridades diferentes a las flamencas, y otros estilos musicales, Paco ya había fusionado el flamenco más tradicional con los aires latinos y caribeños.

Si bien jamás piensa en abandonar el flamenco y la base de su estilo tiene unas raíces tradicionales y clásicas, De Lucía, caracterizado por una velocidad increíble y una elección de notas soberbia, pronto se siente atraído por la idea de tocar con dos de los mejores guitarristas de los terrenos de jazz y la fusión.

Al Di Meola es una de las más grandes figuras de la fusión y el jazz moderno americano. Colaborando con músicos de la talla de Chick Corea en la afamada banda Return to forever, Di Meola también se caracteriza por un dominio técnico apabullante y por su técnica de púa.

Di Meola siempre se sintió atraído por el peculiar sonido oriental de la música flamenca y gustaba de experimentar las diferentes músicas del mundo. Su mayor dominio del instrumento de las facetas musicales no impidieron que desarrollara una admiración sincera hacia el maestro flamenco.

John McLaughlin, guitarrista y músico inglés, que trabajó con Miles Davis o en la famosa Mahavishnu Orchestra, introduciéndose de lleno en la fusión más pura de estilos, que iban desde el cool jazz y el rock, a la música hindú, siempre ha sentido una curiosidad insaciable por el conocimiento de cualquier forma musical, lo que le llevó al flamenco.

Su relación con Di Meola era, naturalmente, fruto de la enorme fama que ambos atesoraban en el jazz. Su estilo es, tal vez, el menos virtuoso de los tres, aunque su destreza técnica es alta, pero destaca más en el conocimiento de la armonía. Multiinstrumentista, y proveniente de una familia de músicos, estudió piano, violín, solfeo y lenguaje musical desde niño.

Como podemos ver, el carácter extrovertido y curioso de los tres músicos supuso el detonante perfecto para una fusión de dos mundos, el jazz, y el flamenco, siempre vistos desde un punto de vista único, al tratarse de músicos que ya de por si representan una corriente de apertura en sus respectivos géneros.

Además, la época, en los albores de la década de los 80, es perfecta, pues España y el flamenco comienzan a abrirse al mundo en una nueva era para el país, mientras que los músicos de USA o el Reino Unido han abandonado el hermetismo territorial para interesarse en la música que se practica fuera de sus fronteras.

El jazz fusión y la investigación se encuentra en un momento álgido, cimentado sobre figuras como Miles Davis, Coltrane, o Alan Holdsworth, mientras que la música instrumental ha cobrado importancia gracias a músicos como Oldfield o Vangelis.

Asímismo, la guitarra vive su mejor momento como instrumento, gracias al rock británico de los 60 y la eclosión del rock americano en los 70, que eclosiona, a finales de los 70, con la figura de virtuosos como Van Halen, que incluye también el uso de guitarras españolas y sonoridades cercanas al flamenco en el disco Van Halen II con el famoso tema Spanish Fly (mosca española).

El mundo está, pues, preparado para el advenimiento de la corriente más virtuosa de la música instrumental, personificada a finales del siglo XX en la guitarra, por lo que los astros se juntan y los tres maestros juntan su talento preparando una representación en vivo que tiene lugar el 5 de diciembre de 1980 en San Francisco, en el Warfield Theatre, y que en 1981 verá la luz como disco de directo con el nombre Fryday night in San Francisco.

El disco, que parte de la crítica condena por ser "excesivamente virtuoso" o veloz, y que no cuenta con ningún instrumentista al margen de los tres maestros, resulta ser una bomba comercial sin precedentes, arrasando en el mercado y convirtiéndose en uno de los discos más vendidos y laureados de la época. También propiciaría diversas actuaciones de este G3 antes de que los músicos retomaran sus respectivas y exitosas carreras.

5 temas, cuatro en directo, y el último, una joya mucho más intimista y menos veloz, llamada Guardian Angel, muestran tres guitarristas incansables y miles de notas que van y vienen, creando sensaciones, tensiones y movimiento constante, pero sin olvidar jamás el ritmo y la interacción.

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La edición de audio es nula o casi inexistente, dejando que los pequeños errores sean apreciables por los oyentes, algo que no frena en absoluto su ascenso al olimpo de los mejores discos del siglo XX, pese a que muchos habían augurado un rotundo fracaso al considerar que los "no músicos" no aceptarían un disco instrumental en directo interpretado, únicamente, por guitarristas, y menos con semejante carga de virtuosismo.

Es de mencionar que el disco es grabado de forma que cada guitarra ocupe un espacio auditivo, de forma que puede escucharse quién toca en cada momento sin atisbo de duda.

Por desgracia, el trío no volvería a juntarse hasta 1983, para publicar Passion, Grace and Fire, cuyo resultado en ventas también es abrumador, aunque no llega al nivel de la obra en directo. El disco, en esta ocasión de estudio, contiene seis temas, componiendo cada músico dos cortes de forma equitativa y conservando el espíritu de Friday night, en el que ningún músico destaca sobre los demás.

Finalmente, en 1996, el trío publica Guitar trio, disco de estudio que obtiene mucha menor repercusión y resulta ser algo más frío y menos temperamental. Hay que tener en cuenta que el momento es totalmente diferente, dada la caída del jazz a nivel comercial, y el auge absolutista e imperial de las corrientes anti-virtuosas, así como el desinterés de la población por la música comercial.

¿Es, por tanto, Friday Night in San Francisco el primer G3 de la historia? Para la mayor parte de los expertos, si. Incluso, muchos opinan, de forma subjetiva, por supuesto, que esta obra es mucho mejor que las publicadas por los guitarristas eléctricos.

Sin embargo, lo que si es cierto y no permite duda, es que hablamos de uno de los mejores discos de la historia de la guitarra, que todo fan de este estilo debe tener y guardar como oro en paño.

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