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Misha Mansoor: “No logro ganarme la vida con Periphery, necesito ingresos externos al grupo”

14/03/2018 por Micky Vega

Periphery representan el paradigma de la banda de metal moderno nacida en la era digital. No pertenecen a la época en que vender discos físicos era aún una apuesta segura, que hacía ricas a miles de personas. Más bien, suelen ser considerados un ejemplo de grupo nativo de las redes sociales, del trabajo online, y de las grabaciones de corte moderno, usando emuladores de alta gama, respuestas a impulsos y confiando en la producción in the box. Ahora la banda ya lleva 10 años en activo, su popularidad es innegable dentro de su género, y el mercado de guitarra está inundado de productos signature de sus componentes, prueba inequívoca de su capacidad para inspirar a otros jóvenes guitarristas.

Sin embargo, las declaraciones recientes de una de sus caras más visibles, el guitarrista Misha Mansoor nos hacen reflexionar. En una entrevista con el youtuber Rick Beato, Mansoor se expresaba con naturalidad y sin tratar de ocultar nada: “No logro ganarme la vida con Periphery. Necesito ingresos externos al grupo”. En la entrevista, Mansoor cuenta muchos puntos reveladores y de gran interés, que incluso pueden llegar concienciar a las siguientes hornadas de grupos de cuáles son las estrategias a seguir, y qué expectativas tener:

“Ganar ingresos fuera del grupo. Eso es lo que hago con mis productos signature. Esa es mi forma de ganarme la vida. Es mi manera de ser capaz de ganarme la vida por mí mismo. La gente piensa a veces 'Periphery están teniendo algo de éxito'. No somos una banda de público masivo, pero no nos va mal. Pero no ganamos dinero. Y a la gente le cuesta entender eso.

Los tiempos de Metallica y todo eso — eso ya no existe. Hay que hacer otra cosa. Hay grupos que tienen montones de reproducciones en Spotify y ganan dinero, pero el metal siempre ha sido un género nicho, y no creo que vaya a cambiar pronto. No creo que sea agradable para la mayoría de la gente, así que no vamos a tener billones de reproducciones en Spotify ni nada parecido”.

"La capacidad de monetizar música ha disminuido por un factor de Dios sabe qué: 10, 100, lo que sea. Pero el coste de las giras se ha mantenido igual. Simplemente significa que obtienes muy poco dinero.

Y luego, si quieres tener una buena producción como nosotros, no quieres ser deshonesto. Quieres que sea un espectáculo agradable, y vas a invertir dinero en él. Así que sí, vamos a ganar un poco, pero no nos quedará mucho. Hicimos una gira de cinco semanas en Europa el año pasado, y nos fuimos sin nada. Y eso es una realidad: las giras por Europa son muy caras.

En EEUU nos va algo mejor, pero no puedes hacer eso todo el tiempo, ya que es un mercado saturado. Todo el mundo está de gira, y eso te garantiza que o te estancarás o te acabarás hundiendo ”

Al explicar esto, Mansoor nos da una idea de cuánto ha disminuido el potencial de mover dinero de los grupos de temas propios en determinados estilos, muy especialmente en los menos favorecidos de la industria musical. Y lo cierto es que cuando decimos "menos favorecidos" estamos hablando en realidad de muchos: es el metal el que protagoniza este artículo, pero la situación le resultará familiar a más de uno, toque la música que toque. La mayor parte de lo medios de comunicación masivos está acaparada por una cantidad de estilos musicales relativamente pequeña.

No hay que olvidar que hoy en día los principales inversores de la mayoría de grupos de estilos como el rock, el jazz, o el blues son los propios músicos. Esto los sitúa en una liga completamente apartada de la de las grandes producciones de pop y música de baile internacional, que normalmente son organizadas por corporaciones con recursos y presupuestos que tienen más en común con el lanzamiento de una nueva bebida, un nuevo coche o un nuevo teléfono móvil.

Las estrategias a seguir, por lo tanto, también difieren, y en el caso de los grupos de menor tamaño pasan por buscar la sostenibilidad económica en la diversificación. Los grupos como Periphery, aún no generando sumas suficientes (según parece) sí tienen una gran capacidad de inspiración en el público, y por tanto permiten la creación de productos con carácter aspiracional, como las guitarras, amplificadores y efectos signature. De la misma forma, los productos de merchandise del grupo, las masterclasses, la monetización de contenidos y otros tipos de negocio online son formas alternativas de generar ingresos elegidas por muchos músicos en la actualidad. Incluso está habiendo una gran proliferación de las marcas propias, como Solar de Ola Englund o Abasi Guitars.

Por supuesto, ha habido quien se ha sentido ofendido por las palabras de Mansoor. Algunos lo han interpretado como una queja. Más tarde, Mansoor ha acudido a dar respuesta:

"Parece que algunas personas aquí están optando por hacer juicios en base al título "semi-clickbait" en lugar de leer el artículo. Lo entiendo, es internet. Solo sé esto: definitivamente no me estoy quejando, hay una oportunidad la industria. Y solo quiero que las personas que aspiran a estar en bandas sepan lo que están buscando. Cuanto mejor educados estén sobre la situación, mejores decisiones podrán tomar ".

Definitivamente, Mansoor ha dado un paso interesante: no seguir ocultando la verdad a los que vengan detrás de él. A nuestro parecer, sus declaraciones no son tanto un lamento como un intento por romper el circulo vicioso por el que todas las bandas tratan de guardar las apariencias, provocando que las siguientes generaciones incurran en los mismos errores, y teniendo que aprenderlo todo por sí mismos a lo largo de años de ensayo y error.

La música ha cambiado, la forma en que la consumimos ha cambiado, y las posibilidades que tenemos los músicos a la hora de hacer económicamente sostenibles nuestros proyectos personales, han cambiado. Todo músico ha tenido que ser en algún momento un poco empresario, pero tal vez este sea el momento en que más necesario se haya convertido. No nos resulta agradable tener que aceptar que haya un factor económico en una propuesta artística, pero es una parte inseparable de ella. Todo grupo tiene que pagar transporte, alquileres de salas de ensayo, de salas de concierto, instrumentos, copias de discos, fotógrafos, diseñadores. Por no mencionar que la falta de dinero es uno de los mayores culpables de la separación de miles de bandas, que lo único que querían era tocar sin tener que poner en riesgo su economía doméstica.

Puesto que ahora, ni las entradas ni las ventas de discos parecen poder cubrir los costes de una propuesta musical seria, es posible que sea la hora de cambiar nuestra forma de hacer las cosas.

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