¿Cuánto puede soportar un pedal Behringer de plástico?
Ya sabemos que hay una parte nada pequeña de los youtubers que se dedica a tratar de romper cosas de todo tipo. No siempre con el punto tan sádico del youtuber del que estamos a punto de hablaros, pero en general existe una corriente de contenidos dedicados a satisfacer la curiosidad de aquellos que, lógicamente, no quieren romper sus cosas, pero sí se preguntan cómo de resistentes son en realidad o, en una faceta más perversa, qué les pasaría en una prensa hidráulica.
Os hacemos esta introducción porque esta vez le ha tocado recibir a un pedal Behringer Super Fuzz SF300, de la popular serie de pedales con carcasa de plástico. Se vendieron muchísimos porque eran baratos, y al final cubrían diferentes necesidades de nuestras pedaleras aunque tuviesemos un presupuesto muy ajustado. Sin embargo, la teoría era que eran muy frágiles por culpa de su construcción, que no era de metal.
El youtuber canadiense Blake Wyland del canal Tone Mob se compró tres unidades aprovechando una oferta: una para sí mismo, otra para sortear y otra para someterla a toda clase de perrerías y ver si pedal es o no frágil. Las pruebas a las que fue sometido fueron tan numerosas como innecesarias; por supuesto estuvo la prueba del pisotón, de dejarlo caer desde cierta altura y la de atropellarlo con el coche (un clásico del género). Pero también otras más absurdas, como meterlo en la barbacoa o chamuscarlo con una llama de gas.
No tenemos muchas ganas de chafaros la sorpresa de ver su resistencia, pero sí os avanzamos que los pedales suelen ser de metal por algo. Y otra cosa, las pruebas que realmente nos dan una idea de la resistencia son las primeras, las últimas ya son simplemente recrearse en destruir. Aunque el resultado hace reflexionar sobre la diferencia entre la construcción externa y la interna, eso sí.