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Rock Progresivo: Discos Esenciales (1)

30/05/2013 por Manuel_Baez Actualizado el 31/05/2013

Podéis encontrar el artículo sobre orígenes e historia del rock progresivo en este enlace

Hacer una lista de discos "imprescindibles" del rock progresivo es algo completamente subjetivo y, desde luego, resultaría imposible hablar de ello en un único artículo. Cada uno tiene sus referentes y, un grupo a priori desconcido, puede haber influído en una banda de fama mundial, hasta el punto de ser tan importante como ésta. En el caso de una misma banda, podemos encontrarnos con diferentes épocas que suscitan controversia y enconadas discusiones sobre qué formación ha sido la más "auténtica", qué disco es más progresivo, o si el éxito comercial está reñido con el éxito artístico.

Sin embargo, si que existen ciertos grupos que surgieron a finales de los 60 y principios de los 70 y que son considerados como imprescindibles en el género, por ser pioneros y suponer, a lo largo de los años, los cimientos del estilo. Al ser este un género basado en la apertura mental y la experimentación, es común encontrarse con muchos discos de alta calidad en cada banda, por lo que, como mucho, hablaremos de dos discos por cada banda pudiendo citar algún otro.

No están todos los que son, pero son todos los que están... No haremos una biblia ni un decálogo ni es posible agrupar todas las grandiosas obras que dejaron estos geniales artistas, pero procuraremos rendir pleitesía al género como ya hiciéramos cuando repasamos el metal progresivo, poniendo de ejemplo un tema por disco.

No es un "top" ni hay un orden específico, tanto los discos que podéis encontrar, como los que citaremos en otras listas, son obras maestras de gran calado y un altísimo nivel, por lo que el orden es aleatorio. Recordamos también que en breve tendremos un nuevo artículo sobre discos poco reconocidos pero imprescindibles en el rock progresivo, y rock progresivo contemporáneo.

  • Yes

Yes es una de las bandas clave para comprender el desarrollo de este género. Formada a finales de los 60, será una de las grandes dominadoras del rock progresivo de los años 70 y continuará su labor más allá. Su impronta se deja escuchar en el progresivo de los 70-80-90... alcanzando de lleno a bandas modernas de diversos estilos, como Dream Theater, The Flower Kings, Blackfield, Porcupine Tree, Karmakanic... Además, los miembros de Yes se ven involucrados en la creación de obras y bandas paralelas, caso de Jon Anderson (cantante, letrista, compositor y fundador de Yes) junto al mítico Vangelis, Steve Howe (guitarrista) con ASIA y GTR, o Rick Wakeman (teclados), con una exitosa carrera en solitario.

Muchos son los discos de esta banda, incluyendo sus principios, tal vez con menos cuidados compositivos antes de la llegada del creativo Howe, faceta que se dispararía con la aparición de Wakeman, un erudito musical, o los discos más ochenteros que triunfaron en la radio, pero nos hemos quedado con dos discos que reflejan el estilo más progresivo de la banda, con pasajes instrumentales y constantes vuelcos en la musicalidad, además de una personalidad propia y el curioso estilo vocal de Anderson.

The Yes Album (1971)

La incorporación de Steve Howe aporta a la banda británica un plus de creatividad en un disco cuya grabación resultó dura y tosca, hasta el punto de terminar con el teclista Tony Kaye fuera de la banda. Un disco creativo, con texturas y un colorido especial, que sienta completamente las bases de lo que llega a ser Yes, con dos auténticas joyas que pasarían a la historia del rock progresivo: Starship Troopers y I've seen all good people. Guitarras de 12 cuerdas, secciones corales y estructuras variables que se desarrollan hasta progresar en ideas maravillosas en un compendio de musicalidad fascinante.

Fragile (1972)

El primer disco con la formación clásica y el tridente Anderson-Howe-Wakeman se caracteriza por convertir a Yes en una banda ecléctica, que gusta por sus arreglos comedidos pero trabajados y el sentido emocional de sus pasajes. Este álbum incluye arreglos de piezas clásicas, mostrando el influjo de Wakeman, e incluye una novedad que sería muy imitada en bandas progresivas a partir de ese momento; secciones instrumentales individuales para cada miembro de la banda, que permiten que los instrumentistas tengan su momento propio, y no solo se centren en la composición.

El éxito comercial de este disco es aún mayor que el de The Yes Album y temas como Roundabout alcanzan los primeros puestos en las listas de sencillos, algo casi impensable en un tema de casi 9 minutos con influencias que mezclan el clásico, el folk o la psicodelia.

  • Kansas

Una banda injustamente olvidada cuando hablamos de progresivo, que surge algo más tarde pero desarrolla su actividad más importante a mediados de los 70, demostrando versatilidad, y sabiendo combinar las secciones instrumentales y los cambios de compás, junto al lirismo y la musicalidad y la capacidad de plasmar sentimientos. Una gran voz, a cargo del genial Steve Walsh, y una composición y guitarras con muchísimo gusto y calidad, a cargo del líder del grupo, Kerry Livgren. Hay que destacar que Steve Morse formó parte de este grupo en los 80.

Leftoverture (1976)

Este disco incluye uno de los singles más exitosos y claramente progresivos de la banda, Carry on my wayward son, un tema de rock que destila buen hacer y se mueve por terrenos inusuales en el plano rítmico, además de unos cuantos temas con la inclusión de instrumentos de cuerda y arreglos clásicos. Las secciones vocales son absolutamente fabulosas, y algunos coros recuerdan a Yes. Hoy en día es considerado uno de los grandes discos de los 70.

Point of know return (1977)

Disco que fue devorado por su propio éxito con el tema Dust in the wind, una de las baladas más melancólicas y minimalistas que dieron los 70, convertida en uno de los éxitos universales e imperecederos. Sin embargo, Point of know return es mucho más que un tema, y contiene temas como el homónimo del disco, con reminiscencias a Yes y Genesis, con algunas trazas armónicas de King Crimson, pero un sonido mucho más americano y radiable, que recuerda al que posteriormente adquirirá ASIA. La voz de Walsh parece madurar aún más y hacerse fuerte en esta gran obra.

  • Emerson, Lake & Palmer

Con miembros de King Crimson, The Nice y Atomic Rooster, E,L&P fue una de las primeras, si no la primera, superbandas del progresivo, y una de las más exitosas de la historia, con decenas de millones de discos vendidos.

Capaces de moverse por terrenos folk al estilo de Cat Stevens o Bob Dylan, para después girar sin problema alguno hacia el jazz, la psicodelia, el rock o los arreglos clásicos, es una de las mejores bandas a nivel de arreglos y composición que dieron los 70 y, probablemente, la historia. Los sonidos de sintetizadores fueron, sin duda alguna, una de las claves del posterior desarrollo de la música.

Es francamente difícil escoger un único disco de esta banda, por lo que citaremos dos, sin olvidar los geniales Tarkus, Trilogy, o Brain Salad Surgery.

Emerson Lake & Palmer (1970)

El primer trabajo y uno de los más destacables, por su gran importancia para la historia de la música. Una cara del disco dividida en tres partes, cada una de las cuales está compuesta por un miembro de la banda, que se convierten en temas clásicos (Lucky Man) y marcan las directrices a seguir por buena parte de las bandas posteriores.

El resto del disco contiene arreglos de músicos clásicos, Bartok y Bach, adaptados de un modo genial al estilo de la banda.

Pictures at an exhibition (1972)

Se trata de un arreglo para directo realizado por la propia banda sobre la obra de Músogorski, uno de los grandes compositores de clásica. El disco acerca la música clásica al gran público y supone un golpe de efecto por parte de Emerson, estrella en esta obra, bien secundado en todo momento por sus compañeros de banda, que aportan el aire modernista a la obra con la inclusión de voces y guitarras desgarradoras y arreglos que parecen moverse entre la canción americana, el clásico y el jazz, contrapunto del enfoque experimental-clásico de Emerson en esta obra.

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  • Pink Floyd

Sinfónicos, psicodélicos, progresivos, espaciales, orquestales... todos los términos parecen pocos para la banda británica que consiguió la friolera de 300 millones de discos vendidos en todo el mundo, una cifra solo soñada por las grandes bandas con éxito mundial o iconos como Michael Jackson.

Pink Floyd comenzó como una banda eminentemente psicodélica, liderada por Syd Barret, con una clara tendencia al estilo Beatle exagerando sus características más experimentales y alucinatorias. Pocos podrían imaginar que un genio acechaba tras la todopoderosa figura de Barrett. Roger Waters, bajista y, por aquel entonces, segundo vocalista de la banda, estaba llamado a convertirse, ante la desgraciada caída en el infierno de las drogas de Barrett, en una de las grandes figuras artísticas del siglo XX junto a David Gilmour, quien entraría a sustituír a Barrett como guitarrista y se convertiría en uno de los mayores clásicos en la historia de la guitarra.

The piper at the gates of dawn, Ummagumma, Animals o el todopoderoso The Wall, del que hice una crítica en esta misma página que encontraréis pinchando aquí, son geniales obras de las que podríamos hablar horas, pero en este caso nos centraremos en dos discos de gran éxito que muestran en gran medida la faceta más progresiva de la banda.

Dark Side of the moon (1973)

La eclosión de Pink Floyd y de Roger Waters como figura de la música progresiva en un disco conceptual que trata temas humanos y casi shakesperianos que formarían parte de la carrera de Waters. Locura, odio, frustración, la sensación de alienación social. Tópicos en las letras de Waters que encuentran en temas descarnados pero perfectamente hilados el caldo de cultivo perfecto para crecer.

Dark side es casi como una obra teatral de un genio loco que se busca a si mismo, con cambios constantes en la música y los ritmos. Como curiosidad, tiene en su haber el único sencillo de toda la historia que llegó a los primeros puestos a pesar de estar escrito en 7/4; Money. Destaca también Time, un precioso tema con corte psicodélico. Otro detalle curioso es que el disco lleva en torno a 950 semanas entre los más vendidos según la Billboard.

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Wish you were here (1975)

El siguiente disco tras Dark side y uno de los más emotivos y arriesgados de la banda, que ataca frontalmente la industria y la comercialización del músico y su creatividad, con referencias constantes a la locura de Syd Barrett. Waters culpaba a las discográficas por la espiral descendente en la que había caído Barrett y que, en cierto sentido, comenzaba a vivir en sus propias carnes.

Sin embargo, un disco que podría estar cargado de odio destila también una prosa lírica de altos vuelos, alcanzando su cúlmen en el tema, dividido en dos secciones, Shine on your crazy diamond, con el genial aporte de Gilmour en solos memorables de guitarra, así como en el corte Wish you were here, una preciosa balada que haría historia.

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Continuaremos con la segunda parte de los discos más importantes de la primera era del rock progresivo, discos super ventas o de culto que se hicieron fuertes con el paso de los años.

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