Review de Harley Benton Dullahan FT, guitarra headless asequible
Precio
- Harley Benton Dullahan-FT 24 BKS: 333€ en Thomann
- Harley Benton Dullahan-AT 24 TBK: 349€ en Thomann
Uno de los propósitos de la marca Harley Benton es el de ofrecer — y esto no es una mera suposición, sino algo que hablamos con algunas de sus cabezas pensantes — la oportunidad de tener alternativas asequibles de guitarras "atípicas" en nuestro arsenal. Estamos pensando, por ser más concretos, en cosas como una guitarra con doble mástil, o una estilo Rickenbaker, una mandolina, o una picuda en la onda BC.Rich...instrumentos distintos a los habituales Stratocaster/Telecaster/Les Paul que pueden ser simplemente caprichos o despertar nuestra curiosidad, pero por los que no pagaríamos grandes cifras a menos que vayan a ser la herramienta principal de nuestra actividad musical.
Nos parece que es esa filosofía de guitarras "especiales" puede verse parcialmente representada en el modelo que analizamos hoy, la Dullahan FT, una guitarra headless que reúne muchas de las cualidades de la Kiesel Osiris combinadas con otras que podemos encontrar en diferentes modelos de Strandberg. Se trata de un formato de guitarra que, sin ser ni mucho menos mayoritario por el momento, sí ha ganado una enorme popularidad en los últimos años y que, aunque lo hay en precios menos exigentes que los de las dos mencionadas marcas, suele identificarse con gamas elevadas y precios altos. Así, la Dullahan FT es un modelo de bajo coste (unos 450 euros), pero con el diseño estético y los elementos que definen en gran medida este tipo de instrumento.
En el vídeo que os ofrecemos sobre estos párrafos, podréis conocer algunas de las cualidades básicas de esta guitarra verdaderamente resultona, de la que tuvimos la versión de 22 trastes (ahora viene de serie con 24), y que nos ha dado una buena experiencia de trabajo mientras rodábamos su review.
El aspecto de la Dullahan FT es más que correcto, da muy buena impresión al sacarla de la caja y presenta algunos rasgos estéticos de la moda actual, como el acabado satinado y la ausencia de marcos de pastilla. El acabado negro mate le sienta bien, y aunque es una opción de color frecuente en instrumentos de bajo coste, no sugiere inmediatamente el hecho de estar ante una guitarra de 450 euros gracias a que el conjunto estético es coherente. El mástil, todo en arce, tiene 22 trastes de acero inoxidable bien acabados, y el conjunto general de los herrajes que acompañan, tanto en la "pala" (por llamarle de alguna manera, por que aquí no hay pala como tal) como en el puente, tienen buena pinta.
Un par de imperfecciones menores en lo estético sí pudimos encontrar, pero buscando a propósito. Algunas pequeñas motas pálidas en el cuerno superior y un aspecto algo tosco en la pieza del diapasón en la parte cercana al ajuste del alma fueron los únicos defectos estéticos, y francamente no son muy graves. Es más importante, a nuestro parecer, tener en cuenta antes de comprarla que los acabados satinados suelen perder su belleza al cabo de un tiempo al presentar "brillos", por lo que quizás también hay que plantearse la opción gloss del mismo producto, también disponible aunque con un diferente tipo de acabado, debido al veneer flameado y la pintura transparente del mismo.
El equilibrio de la guitarra es estupendo, y en general resulta cómoda, ya forma del mástil modern C junto con el acabado mate hace que moverse por el mástil sea rápido. Hay que tener en cuenta que el diapasón es bastante plano (radio 14) y por lo tanto su diseo ya apunta en esa dirección. Sin embargo, el punto de unión entre el mástil y el cuerpo podría ser algo más ergonómico, es cierto que hay un rebaje triangular en una de las esquinas de dicha unión, pero hay diseños de guitarras atornilladas bastante más ergonómicos que podrían haber encajado a la perfección en este modelo.
En cuanto al ajuste que venía de fábrica, es posible que más de uno opte por optimizarlo un poco: si bien es una guitarra que catalogaríamos como "fácil de tocar" y con una entonación muy notable, esperábamos una tensión menor y mayor facilidad en ligados y tappings, algo más acorde al tipo de recursos que se emplean en los géneros asociados a las guitarras headless. Como decimos, un ajuste puede mejorar esa cuestión.
Las guitarras headless pueden resultar desorientadoras los primeros minutos en lo referente a afinar y cambiar cuerdas si uno lleva toda la vida usando las guitarras tradicionales, pero lo cierto es que acaban resultando de lo más lógicas. Las cuerdas se introducen por el puente, se bloquean en la "pala" mediante una herramienta, y ya solo hay que girar un poco los afinadores situados en la parte del puente hasta alcanzar la afinación deseada.
Aunque esto es algo que podrían debatir los expertos constructores, parece que hay un cierto acuerdo en que un sistema más simple, con menos parte "no activa" de la cuerda favorece la estabilidad de la afinación. Si esto es cierto, la experiencia vivida con la Dullahan FT vendría a confirmarlo, ya que costando aproximadamente lo mismo que otras compañeras de marca, la estabilidad de afinación ha sido dramáticamente superior a ellas. Claro, no hay trémolo ni puente flotante, pero si un puente fijo ya encaja en nuestras necesidades, la Dullahan presentó una solidez en la afinación destacable.
Para la Dullahan, han resistido la tentación de incluir Push Pull en uno de los potenciómetros y se han decantado por ofrecernos 5 posiciones en el selector de pastillas, algo muy de agradecer ya que incrementa la versatilidad de las 2 pastillas que incluye. Además, la selección de pastillas ofrece las consabidas posiciones de mástil, puente y mástil+puente, pero también otras que parecen elegidas con bastante astucia: mástil + puente en single coil y la del mástil en paralelo. Definitivamente, dos sonidos la mar de usables que, en una guitarra como esta, muy probablemente suenen mejor que limitarse a poner una de las pastillas en modo single sin más.
En los sonidos, veníamos preparados para escuchar mucha ganancia, pero resultaron ser mucho menos agresivas. Por supuesto, son pastillas con una salida generosa para el rock (260 mV y 270 mV, mástil y puente respectivamente), pero en absoluto son monstruos de la ultra distorsión, más bien parecen estudiadas para que en al menos 4 de las 5 posiciones podamos tener sonidos crunch y limpios con carácter y algo de dinámica, y reservar las saturaciones extremadas para la posición humbucker de puente. Esta selección de sonidos nos animó a tocar otro tipo de música, no tanto el progresivo ultra pesado para el que veníamos preparados (en el que también son muy populares las headless), sino para terrenos más marcados por los solos instrumentales con secciones fusioneras y ambients más calmados en limpio, que combinan estupendamente con reverbs modernas y un poco galácticas.
¿Serviría para tareas musicales cotidianas, como un grupo de versiones o similar? Pues curiosamente, creemos que sí, porque en la gama de sonidos del selector de pastillas a veces pasamos de forma tangencial con sonidos más bien familiares. En ningún momento estamos al 100% en un sonido de Strato o de Tele, pero en algunos de ellos podríamos darles el cambiazo y funcionaría decentemente para tareas laborales comunes. Y no sería una mala opción, ya que la ausencia de pala reduce un poco el tamaño y peso, con lo que los viajes frecuentes con ella podrían ser algo más fáciles.
Conclusión
La Dullahan FT es una alternativa a guitarras como la Kiesel Osiris o algunos modelos de Strandberg por un precio mucho menor, de la que hay que tener en cuenta algunos detalles: no es una guitarra tan para metalheads como pueda parecer, ya que es capaz de bastante sutileza y una buena parte de los sonidos que entregan sus pastillas son en realidad de salida bastante moderada. Parece más bien una guitarra en la que tanto las pastillas como las conmutaciones elegidas para su selector apuntan a terrenos más prog, rock fusión y en general, música de guitarra rock instrumental contemporánea. Pensad en músicas como la de Plini o Polyphia para haceros a la idea.
Honestamente, el formato headless le favorece mucho, ya que algunos problemas de afinación que hemos encontrado en Harley Bentons anteriores de precios similares aquí han sido reducidos a la mínima expresión, ya que apenas tuvimos que preocuparnos por ese aspecto mientras la usábamos.
Salvo el hecho de que esperábamos un ajuste de fábrica algo menos tenso que favoreciese el ligado y tapping, no hemos encontrado muchos contras específicos de esta guitarra en particular, sino simplemente cosas que podríamos reprochar a casi cualquier headless. Para cambiar cuerdas necesitamos una herramienta para apretar los cierres (nada que vaya a asustar a un usuario de un Floyd Rose), y puesto que la mano que afina es la misma que ataca las cuerdas, el proceso de afinar a veces puede resultar un poco torpe. Por suerte, la precisión de los afinadores lo compensa, acortando el tiempo necesario para afinar gracias a que son bastante precisos.
Solo hemos encontrado un par de faltas estéticas prácticamente negligibles por el precio, en un instrumento cuyo aspecto es bastante convincente, especialmente en el mástil, cuyas maderas y trastes lucen francamente bien. Y como ventaja añadida, si no te gusta el logo de Harley Benton, aquí no aparece por ningún lado porque no hay pala. Solo en la parte trasera hay un pequeño sello recordando el fabricante.
Viendo lo estable de la afinación y lo decentes de sus sonidos, no nos daría miedo aconsejarla como guitarra principal a un guitarrista joven interesado en los géneros antes descritos que quiera dar el salto a los escenarios y dejar atrás su guitarra de principiante e invertir entre 300 y 500 en su siguiente instrumento para actuar. Otro posible uso de esta guitarra es el de guitarra de backup de otra similar. Por último, no habría que descartarla como guitarra de batalla en orquestas/grupos de versiones, debido a su tamaño reducido y a sus 5 posiciones de pastilla sorprendentemente flexibles (HX Stomp en el bolsillo de la funda, y a correr). En este último caso, hay que reconocer que la estética puede no encajar tanto como la de una guitarra más común.
A pesar de lo sofisticado que pueda resultar el concepto de las headless por no ser la guitarra típica a la que estamos acostumbrados, en realidad la Dullahan FT es una guitarra relativamente minimalista: el acabado es muy simple y sobrio, no hay push-pull ni marcos de pastillas ni complicaciones. Y eso posiblemente eso la favorezca, ya que aunque es barata, se trata de una guitarra bastante eficiente y con una paleta de sonidos nada desdeñable.
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