Schecter Diamond Jeff Loomis Signature, mega review
25/08/2010 por
Manuel_Baez
Schecter Diamond Jeff Loomis Signature (C7)
Dado que muchos preguntáis por esta maravilla de guitarra de 7 cuerdas, y que hay muchas dudas al respecto de si su calidad es tanta como se dice, me he decidido, tras dos años de jugar con ella casi a diario
Empecemos pues.
Surgida de la fábrica Schecter, y avalada por el virtuoso guitarrista de Nevermore, Jeff Loomis, la Schecter Jeff Loomis (en este caso de puente fijo), es una de las guitarras de 7 cuerdas más potentes del mercado, y quizás, la mejor guitarra de 7 cuerdas en el campo del metal extremo.
Esto es importante, y es que hemos de tener en cuenta que hablamos de una guitarra de especialista; con esto, me refiero a que es una guitarra válida, especialmente, para cierto tipo de géneros, preferentemente, de metal pesado, ya sea Thrash, Death, Mathcore, Metalcore, Grind...
Desde luego esto no hace que deje de ser gama alta, ya que en el terreno metal barre, literalmente, por pegada y contundencia, además de definición, a sus competidoras. Pero es cierto que carece de la polivalencia de guitarras más caras, como Musicman, o Caparison, que valen igual para hacer metal (aunque sin la contundencia de esta schecter), que para tocar progresivo, pasajes suaves, o jazz fusión.
Entremos ahora en la valoración objetiva, precio, materiales...
Lo primero, antes de entrar a valorar sus características, es hablar de su relación calidad/precio; y es que, hablamos de una de las mejores guitarras de 7 cuerdas, elaborada con los mejores materiales (maderas, pastillas)... y su precio no llega (salvo en el floyd rose) a los 1000 euros.
¿Por qué? Porque como muchos sabéis, Schecter no puede competir, al menos de momento, con los gigantes del género, con más dinero invertido en endosers y publicidad, como puenden ser ESP, Ibanez, o Musicman, con lo que rebaja sus ganancias para poder vender más modelos, y llegar a más gente.
Igualmente, sacrifica muchísimos campos musicales, y prefiere hacer guitarras muy elaboradas, pero que no sean todo terreno (no como una Gibson, por poner un ejemplo). Jamás me imaginaría tocando blues con este modelo de guitarra, porque no me daría los matices necesarios.
Sin embargo, seamos sinceros. No hemos comprado un modelo de 7 cuerdas que chilla como un animal y con una estética completamente agresiva, para tocar blues, sino para tocar metal. Y como digo, su relación calidad/precio, la convierte en la mejor guitarra metal de 7 cuerdas del mercado. Ninguna puede competir con ella en su rango de precio, y tampoco en rangos superiores en el terreno metal... Es algo que nadie que la haya tocado ha puesto en duda en mi experiencia como músico. Incluso aquellos a los que no les gusta su timbre, alzan la cabeza sorprendidos por el sonido seco, cortante, y a la vez superdefinido de esta bestia.
En cuanto a características generales, es una guitarra de puente fijo, con las cuerdas atravesando el cuerpo, aunque hay modelo con Floyd Rose.
El cuerpo y el mástil de la guitarra son de una sola pieza, lo que aumenta su estabilidad y su sustain. Las pastillas son humbucker, Emg activas (Set EMG 707, de alta ganancia).
El mástil es de 24 trastes tipo jumbo, el puente es un TonePros y los afinadores Grover.
Características y valoración punto por punto;
Maderas y construcción. 9/10. Cuerpo de fresno y diapasón y mástil de arce, todo de altísima calidad. No tiene un peso excesivo para una guitarra de 7 cuerdas, da impresión de solidez, pero no de pesadez. El mástil es comodísimo, los dedos deslizan muy bien, y la respuesta de la madera con las pastillas es buenísima, saca graves, pero también frecuencias armónicas.
Pastillas. 10/10. Schecter monta el juego de pastillas activas, de ganancia hiper-alta, EMG 707, junto a las Blackout de Seymour duncan, las pastillas activas de 7 cuerdas más "burras" y metaleras. Reconozco que en cuanto a limpieza, definición, y equilibrio de ecualización (los graves suenan hipergraves, pero no exentos de brillo), son las mejores pastillas activas que he probado jamás, mejores que el famoso pack 81-85, también de EMG, utilizado por Zakk Wylde.
Los limpios son muy claros y cristalinos, pero algo fríos. Sin duda, estas pastillas piden guerra... Y de la buena. No responden mal a volúmenes bajos, pero tampoco tienen la personalidad de unas riogrande o unas dimarzio. Son para tener el volúmen al 10 casi constantemente.
Sonido. 9.5/10. En rítmicas, absolutamente increíble. He probado musicman de gama alta, Ibanez, ESP, BCRich... Y ninguna de esas guitarras se asemejaba, ni de lejos, en pegada y contundencia, y tampoco en definición. Las pastillas de alta ganancia y la alta calidad de la madera hacen de esta guitarra la herramienta perfecta para hacer metal, sea con un equipo valvular (suena de lujo en mi Mesa Boogie), como en un simulador (es la guitarra que tengo que mejor suena con un Pod, y con el amplitube su respuesta es increíble).
En cuanto a solos, el golpeo de la púa se escucha con una nitidez que asombra. El sweep, el tapping, el alternate picking... Y los armónicos... Esto ya va más lejos. Las 707 tienen una respuesta brutal en armónicos, los artificiales son como gritos de guerra.
Ahora bien, ya que no todo pueden ser pros en una review objetiva, diré que su timbre en limpios, es tan aséptico, que en estilos alejados del metal carecen de la calidez y la personalidad que podríamos esperar. No puede simular, ni de lejos, el tono limpio de una Fender, el semisaturado de una Gibson, o el sonido preciosista de una musicman. En los solos semisaturados pasa lo mismo, al igual que al bajar el potenciómetro. La sensación es la de que, simplemente, estamos bajando un master, pero no alterando el timbre del instrumento.
Controles y potenciómentros. Poca cosa, pero de fácil acceso. Palanca de 3 posiciones (pastilla del puente, del mástil, y pastilla media) y control de volúmen. ¿Para qué un control de tono? La guitarra ofrece lo que ofrece, y como he dicho, es una guitarra especializada en metal. El tono tiene un ajuste genial para ese estilo.
Puente y afinación. 10/10. Cuando las cuerdas están viejas como Matusalén, la 7ª cuerda desafina... ¿Y en que guitarra no? El puente de este modelo, igual que del modelo FR, es increíblemente estable.
Como ejemplo, yo la tengo bajada a A (1 tono por debajo), y a veces toco en G Drop. A pesar de los cambios de afinaciones, lo único que requirió fue aumentar el calibre de cuerdas para mantener la tensión.
Nunca desafina, es increíble. Y eso que yo golpeo las cuerdas como un salvaje...
Sustain. Muy bueno. 9/10. El puente fijo, y las cuerdas atravesando el cuerpo, así como el cuerpo y mástil de una sola pieza, ayudan. El sustain compite con el de una PRS. No es necesario vibrar para mantener las notas. Y las pastillas se encargan de hacer el resto.
Dinámicas de volúmen. 4/10. Uno de los puntos negativos... Apenas existe dinámica de sonido. Si percutes suave, no da la sensación de tener un timbre diferente, si tocas con los dedos tampoco. Simplemente, suena menos. Es como bajar el master de un multiefectos, para entendernos. No hay diferencia de color. Desde luego, no es una guitarra para expresividad dinámica.
Jamás tocaría temas de Gilmour o Knopfler con esta guitarra, porque se perderían los matices interpretativos. Da igual también bajar el volúmen del potenciómentro, la respuesta es simplemente una disminución de volúmen, no hay una diferencia palpable.
De todas formas, es uno de los problemas de las guitarras de metal. Por sus propias características, la señal suele ir comprimida, y esto se nota.
Definición de sonido. 10/10. Aquí no tiene rival, y si lo tiene, no lo he catado. Podéis verlo en los videos. Es absolutamente cristalina y transparente, con poca distorsión, o con mucha. ¿Lo mejor? Se escuchan perfectamente los ligados, o la percusión de la púa. ¿Lo peor? Si falláis se escucha cojonudamente, la pesadilla de los punkys
Estética y acabados. 8/10. Aquí solo tengo una pega. La pintura, de un precioso rojo sangriento, se desconcha al más mínimo roce. Basta con llevar una camiseta algo áspera para encontrar pequeñas fisuras en el acabado, algo bastante molesto... Es un aspecto a mejorar por parte de la marca.
Por lo demás, los inlays, que podéis ver en los conciertos de Loomis, son bonitos, pero también muy visuales. Ayudan mucho a la hora de localizar los trastes. El color del acabado es fabuloso. Parece rojo, y lo definen como rojo vampírico o sangriento, pero realmente es un rojo ocre, oscuro, y nada chillón. Tiene un toque tétrico que en general me encanta.
Comodidad. 9/10. El tiro es más largo y el mástil más ancho que lo que suele ser en otros modelos. De hecho, es anchísimo. Si vienes de una 6 cuerdas, lo pasarás mal. El acceso a los últimos trastes, sentado, es complicado, pero no más que en otras guitarras.
Ahora bien... Es una guitarra de hipervelocidad. Vuelas por el mástil. Los dedos deslizan sin problemas y resbalan como si nada por el diapasón. La altura de las cuerdas se puede ajustar hasta el infinito. No es una guitarra de acción alta, ni mucho menos, y el equilibrio entre dureza y flexibilidad de las cuerdas, es fabuloso.
El acceso a los potenciómetros está muy logrado, y los apoyos de la mano en el puente para los palm mutes son geniales.
En definitiva, una guitarra que califico con una relación calidad precio de 10/10, y una calidad general de 9.5/10. El 0.5 restante no se lo doy por no ser polivalente, cosa que no creo que busque nadie en este modelo. Podéis tratar de tocar temas de Johny Cash con ella, pero no es lo propio... Igual que una Strato no sirve de mucho para hacer Death metal.
Y por último, os dejo con unos videos demostrativos, con Amplitube 3, testando la guitarra, un tema de Dimmu Borgir para que la escuchéis sobre una base, y un solo grabado con mi equipo valvular.
Test de ritmos (puritania Dimmu Borgir) y solos sin backing, con amplitube 3.
[Este vídeo ya no está disponible o la URL es incorrecta]
Solo con equipo valvular, Mesa Boogie Triaxis.
Espero que hayáis disfrutado de la review. Llega tarde, pero ahora mismo creo que conozco esta guitarra como la palma de mi mano.
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