10 consejos para mejorar tu sonido (primera parte)
La mayor parte de los guitarristas viven obsesionados con el sonido en todas sus vertientes. El sonido del amplificador, el sonido de la guitarra, los efectos, el tono de la guitarra, el sustain...
Sin embargo, muchos de ellos se cuestionan por qué, a pesar de tener el equipo de tal o cual músico, totalmente profesional, y haber depositado miles (o cientos) de euros en su equipo, suenan peor que otros guitarristas que tienen "peor" equipo.
Así, es muy común en diversos foros y portales encontrarse con uno u otro forero que hablan de los equipos que han pasado por sus manos, amplificadores de alto standing, guitarras de gama altísima, casi de lujo, y que declaran que "no son para tanto", o no les daban el sonido que buscaban, mientras que encontramos que otros músicos, con muchos menos recursos, o con los mismos, son capaces de encontrar un sonido muchísimo mejor.
Famosos son los videos de músicos como Joe Satriani tocando con un amplificador Academy, o BB King y su uso de amplificadores de transistores (como ejemplo, Roland) en blues.
¿Qué falla entonces? Son muchos los matices que podemos encontrar en quien cuida su sonido al milímetro y quien parece dejar en manos de la providencia o la inversión económica el resultado final; en el término medio encontramos la mayor parte de músicos, que podrían mejorar sustancialmente siguiendo unas pausas.
Comenzamos, pues, con el listado de consejos breves y confiamos en que os sirvan para mejorar vuestro sonido sustancialmente.
Primer consejo; elige un equipo a tu medida.
Es muy común comprar un equipo por recomendaciones de amigos, estética, o porque X guitarrista utiliza esa marca. Sin embargo, pocas veces tenemos en cuenta una cuestión primordial; ¿para qué vamos a utilizar ese equipo?
Hemos de tener en cuenta si vamos a tocar en casa, si vamos a ensayar, o si por el contrario vamos a hacer conciertos. Para tocar o grabar en casa hemos de regirnos por la norma de "cuantos menos vatios mejor". Para ensayos, o conciertos en bares o locales pequeños, debemos tener amplificadores de más potencia. En cambio, para tocar al aire libre, debemos tener en cuenta otras cuestiones (si existe monitorización aparte de nuestro amplificador, o el volumen de ruido dentro del escenario).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el estilo que vamos a tocar. No es lo mismo tocar blues que tocar rock o metal. Tampoco es lo mismo que tocar pop o jazz. Guiarse por el reconocimiento la popularidad de una marca o modelo de guitarra o amplificador sin tener en cuenta para que lo vamos a utilizar es un tremendo error. Exagerando un poco, no tiene ningún sentido comprarse una guitarra ESP para tocar jazz clásico, o comprarse una Ibanez Artcore o una Gibson 335 para tocar metal.
Para quien tiene la música como un hobby pero toca diversos estilos es interesante buscar un equipo polivalente. En cambio, si tu inspiración es el guitarrista de Pink Floyd, lo lógico es que busques un sonido y un equipo acorde al estilo.
Este simple consejo, que parece muy obvio, en la realidad no lo resulta tanto. Es muy común ver guitarristas con una Jackson que se quejan de que su guitarra no suena bien cuando tocan blues, como lo es ver guitarristas del metal con un amplificador Fender, que critican su falta de pegada.
Segundo consejo; la púa y sus vicisitudes.
La púa es un elemento infravalorado y muy polémico en el resultado del sonido de un guitarrista. Existen diversos tipos de púa, cada una hecha de materiales diferentes, y con diferente grosor, elementos que terminan afectando de forma directa del sonido.
Es imposible sonar como Yngwie Malmsteen o John Petrucci, que utilizan púas de un grosor considerable, si tocamos con una púa de nailon de 0.60mm. Tampoco podemos pretender rasguear una acústica con comodidad con una púa diseñada para la guitarra solista. Algo similar ocurre con los materiales. Brian May, guitarrista de Queen, utiliza un penique para tocar la guitarra. Una púa de metal genera un sonido más agudo, una púa de nailon tiene un sonido más delgado que otras púas de materiales diferentes.
Todo esto, sin tener en cuenta nuestro ataque y la angulación de la púa, algo esencial en el sonido. Si el ataque es seco y el movimiento de la muñeca es muy marcado, el sonido resultante es percusivo y la acentuación será fuerte. Con un ataque que tienda a apoyar más sobre la cuerda, el sonido será menos definido y marcado, algo que en determinados momentos puede ser interesante. Tampoco es lo mismo tocar con la púa angulada de forma perpendicular a la cuerda, que formando un ángulo oblicuo, como hace Paul Gilbert, o Steven Wilson, de Porcupine Tree, que a veces golpea con el canto de la púa para lograr un sonido más metálico y filoso.
Es interesante consultar videos de guitarristas para apreciar estas diferencias, sutiles, pero claves en el resultado final. Mucho más que una ecualización, puesto que afectan al sonido base.
Tercer consejo; los botones de tu guitarra sirven para algo.
La configuración de "todo a tope" es una de las más extendidas entre los guitarristas. Es común encontrarse con un guitarrista que jamás manipula los botones de tono y volúmen de su guitarra. Lo cierto es que estos botones alteran radicalmente el sonido en la mayor parte de los casos. Un tono alto sonará muy brillante, algo que las mayor parte de los casos se agradece. Sin embargo, un tono muy bajo genera un sonido mate y opaco. Este sonido en el que los grandes tienen una mayor importancia, puede resultar interesante muchas ocasiones.
Una Stratocaster puede sonar muy bien en ciertos estilos de jazz si bajamos el tono casi al cero. Igualmente, muchas guitarras Ibanez, ESP, Caparison o Musicman pueden sonar razonablemente bien en estilos que nunca podríamos imaginar jugando con su tono.
Algo similar ocurre con el volumen, especialmente cuando tocamos con amplificadores valvulares, ya que la señal que llega al amplificador es menor, produciéndose una saturación inferior a la normal cuando bajamos el potenciómetro. Esto incide directamente en el sonido final. Bajar el volumen puede hacer que éste suene más dulce o más limpio, y en muchos casos podemos tocar con un único presente si sabemos jugar con el botón de volúmen. Incluso podemos hacer sonidos con un volumen bajo y jugar luego para subirlo y bajarlo. Muchos guitarristas no mantienen su tono y volumen al máximo; parten de parámetros inferiores para tener más capacidad de maniobra. Steve Vai es un gran ejemplo entre los shredders.
Cuarto consejo: Ecualiza tu amplificador sin efectos y cambia la ecualización con cada guitarra.
Mucha gente ecualiza con un pedal de overdrive o distorsión externo, con la reverb o el delay puesto, o incluso con efectos de modulación. Esto es un error. Lo lógico es partir de un sonido "base", para luego ir creciendo y matizando ese sonido; en este caso, la palabra es "matizar". Debemos crear sonidos y ecualizar el amplificador para crear un gran sonido. Si quieres un gran sonido en limpio o saturado, búscalo en tu amplificador, y cuando lo tengas, varía levemente el sonido.
Si vas a usar un pedal de overdrive o distorsión como base, busca primero un sonido en limpio con tu amplificador (o saturado), luego añade el pedal, y por último, re-ecualiza.
Reverb, delay, efectos de modulación... van a matizar ese sonido, no están hechos para obrar milagros. También es importantísimo tener en cuenta las diferentes guitarras con las que vas a tocar. No pretendas mantener la misma ecualización para una guitarra con pastillas single coil que para una guitarra con doble, ni uses el mismo sonido con una guitarra de fresno y una de caoba, o con pastillas activas y pasivas. Si tu amplificador no guarda presets, no seas vago; apunta las configuraciones, que solo tienes que mover unos potenciómetros.
Consejo cinco; Revisa el cableado y compra un cableado acorde a tu equipo.
Si, hemos dicho que no hablamos de invertir dinero, pero... ¿Cómo va a sonar bien tu Mesa Boogie de 3000 euros si tienes cables de 5 euros? El cableado es una parte crucial del sonido, Un cable demasiado fino, no poner cable de carga en la salida a pantalla de un cabezal, o tener un cable semi estropeado, pueden restarnos casi la mitad del tono de nuestro equipo, resultando un auténtico desastre. Mucha gente cree que los cables no afectan al sonido, pero esto es radicalmente falso, pregúntale a cualquier ingeniero en el estudio o a los grandes técnicos de sonido. El tono necesita una conducción eléctrica adecuada para sobrevivir.
De hecho, usar un cable normal en lugar de un cable de carga puede, en casos excepcionales, provocar un desastre real, destrozando nuestro amplificador. No es común, pero... ¿vamos a arriesgarnos cuando solo tenemos que cambiar un cable por otro?
Un cableado de calidad puede mejorar tu sonido hasta límites insospechados y no es tan caro, sobre todo, si te lo haces tú mismo o se lo encargas a un "manitas". No hablamos de una diferencia "leve" en el sonido, puede ser algo radical. Menos ruído, mejor tono, más sustain, mayor definición... Muchas veces, el problema radica en los cables, esos grandes desconocidos.
En la próxima entrega, los cinco consejos restantes
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