La cripta de Dr. Bender I : Rawhead Rexx
16/06/2010 por
Juanjo Pelegrín
Inauguro esta nueva serie de artículos con la ilusión de compartir con todos vosotros la obra de toda una serie de artistas, de guitarristas y de bandas, que han caido en saco roto, en el olvido, en el cansancio e incluso en el ostracismo por causas no muy comprensibles. Genios de culto, que descansan en su cripta a la espera de que, atemporalmente, alguien ría, llore, sienta algo o rechace, otra vez, su trabajo; su arte.
No sólo voy a hablar de guitarristas o de bandas relacionadas con el metal. Sí, aclaro, que parto de ese genial e inmarcesible árbol de procesos que es ese tridente formado por el jazz, el blues y, porsupuesto, el rock; del que derivan los géneros que más me agradan y los que considero de mayor importancia y agrado también para una comunidad general de guitarristas. Lo que quiero decir, grosso modo, es que no voy a hablar de grupos o guitarristas de culto, pero conocidos o desarrollados en el underground, que no aporten gran cosa a una visión musical como oyente o como guitarrista. Lo que os propongo es un viaje a zonas oscuras del panorama musical, un trasbordo a los poemas muertos de unas páginas olvidadas en la cubierta de un barco que nunca llegó a zarpar. Dentro de los "malditos" hay , porsupuesto de todo, pero el que realmente es maldito es aquel que nunca ha conocido ni la fama ni la trascendencia en el panorama real. Pues de nada sirve que salgas en el cd de una revista o des 15 conciertos si a los tres meses se acaba todo sin llegar a ninguna parte, por las causas más pintorescas posibles. A eso es adonde quiero ir, a ese elenco de músicos, de géneros, de colores; y a ese montón de notas que se disolvieron en el pentagrama antes de ser interpretadas. A una vertiente no próspera de la prosperidad.
Por ello os invito a mi cripta de buena gana, lugar donde no hay de qué avergonzarse de nada; porque nada hay salvo lo que uno quiere encontrar. No vais a escuchar quizá obras sempiternas, merecedoras de laudes y cornios al aire; pero sin duda más de una sorpresa podemos llevarnos al contemplar algunas cosas que, por su posterior devenir, rozan lo ilógico y lo incomprensible. Adentrémonos, sin miedo y sin perjuicio en esta cripta de deseos olvidados y oraciones desatendidas.
Inauguro esta serie con un grupo que me ha dejado directamente alucinado. Supe de ellos por vez primera allá por 2002, cuando la edición española de la revista Kerrang! lanzó un recopilatorio en el que se encontraban nuevos lanzamientos de grupos noveles con otros de bandas consagradas. Recuerdo la estupendisima y horrenda portada del primer lanzamiento de esta banda, en las páginas interiores junto a una pequeña descripción. Bueno, dije, otra banda alemana de power que saca un disco, bla, bla, bla; en fin, otro buen grupo, estándard incluso diría yo, de power metal para la saca.
Cuando escuché aquél tema, de nombre Mr. Hyde, me llevé una sorpresa de la que aún no me he repuesto. Aquello era un temazo con todas las de la ley. Un buen conjunto, potente y, sobretodo, una temática interesante en las letras, una propuesta rejuvenecedora con un cantante digno de muchos poemas de Tolkien (ya que estamos hablando de power metal, vamos a meternos en el papel de guerreros y druidas-oyentes).
Aquella voz era una mezlca entre Michael Kiske y Sebastian Bach que siempre me ha parecido de lo mejor que he escuchado en el género. Especialmente por el dominio que tenía en los cambios de tono rápidos y en el uso de los acentos, los intervalos y los agudos extremos. Todo un portento. Ello junto a un sonido de rítmicas que me parece extraordinario. Ya que tiene el equilibrio de medios/agudos que me gusta en los discos grabados con guitarras pasivas (a medida que voy oyendo más música, más distingo si son activas o no las guitarras con las que se graba un disco; el encanto pasivo diría yo sin querer parecer un Panorámix cualquiera.)
Pero lo curioso es que, una vez conseguida su discografía, mi impresión de que era otra banda de power cayó al absurdo enseguida. Es una banda que, a pesar de la notable influencia de Hellowen post-Kiske y, en ciertos aspectos muy marcados, de Anhilator; mezcla con maestría varios géneros que engloban con mucha clase en un heavy metal de toda la vida que me sabe, personalmente, a gloria.
Naturales de Alemania, forman el grupo en 1997 pero no es hasta 2002 (sí, año de aquella revista) cuando sacan su primer disco con AFM Records. Disco simplemente titulado con el nombre del grupo, donde se encuentran bastantes grandes temas y el castañazo del que os hablo líneas arriba. La horrible portada muestra a Rawhead Rex, personaje de ficción en el que se basa el nombre del grupo. Rawhead Rex es el título de una película de terror, realmente mala, cuyo guión es de Clive Barker (se cubrió de gloria con esta peli, pese a que daba para mucho más). Lo de siempre en las pelis de terror de bajo presupuesto: un monstruo muy malo que va matando a la peña hasta que lo matan a él. Escenarios de cartón piedra y lo peor del reino animal convergiendo en el diseño del rostro de este temible villano.
Curiosamente, la portada nos hace imaginar una música mucho más ratonera y periclitada, con una produción mucho más pobre y polvorienta, que lo que luego nos econtramos. Pues el resultado es un disco de 9 fácil. Un trabajo de ritmicas, composición, temática y voces sensacional. Con perlas como éstas:
Con el "éxito" de opinión que en el underground del metal de espadas y dragones tiene el disco, pronto empiezan algunos conciertos que llevan al grupo al status siguiente a "no ser absolutamente nadie". Con los cuatro párrafos que les dedicaron las revistas y con los pocos conciertos que dieron, se auguraba en estas tribunas un muy buen futuro para esta formación.
Enseguida vuelven a entrar al estudio y, en 2003 y de manos de la misma compañía, lanzan Diary in Black. Un disco mucho más enfocado al power y al speed que el anterior. Muy dentro de la onda Metallium con la que enseguida empiezan a asociar al grupo. Sin embargo es un muy buen trabajo, con igualmente buena producción y genial sonido de rítmicas y de voz. Una buena temática y unas líneas compositivas que aumentan en belleza, complejidad y profundidad a medida que reoímos el trabajo. Es un disco más de dragones y espadas que el anterior, pero que guarda muchas chispas de genialidad. El disco está grabado por la misma formación del anterior, que diríamos no clásica sino única:
Dany Loeble: drums
Juergen Volk: vocals/guitars
Face: bass
Rudy Fleck: guitar
(tanto Juergen como Rudy eran miembros de la también maldita banda Glenmore que sacó un buen disco-Materialized- allá por 1993 que es hoy considerada banda de culto y que en su momento tuvo más movimiento que Rawhead; sabrá dios por qué)
En cuanto a lo criticable, tenemos lo chillón y sobrepasado que está el sonido de las solistas en relación con el resto de la mezcla y en relación con su anterior trabajo. Asimismo, la inclusión de coros un tanto abusivos y rallantes, el ánimo por lo reacargado y lo obsesivo, todo un horror vacui musical, en que se cae cuando hablamos de artistas power y speed metal echan a perder levemente lo que este gran trabajo hubiera podido dar de sí. Ya que, a diferencia del primero, y pese a tener una fuerza y garra considerable, es muy identificable en cuanto a ideas y muy comparable con el trabajo anterior de los grandes del género; especialmente Gamma Ray (os basta escuchar el estribillo del video que voy a poner a continuación para entender que digo) y Metallium (esas formas en la batería...)
Nada más lanzar el disco, uno de los motores del grupo, el batería que luego militaría en Helloween, Dani Löble, abandona la banda. Para colmo, el gran guitarrista (que se turnaba en las tablas esta labor con el cantante, el cual también es guitarrista) Rudy Fleck también sale volando. Por lo que el grupo desaparece totalmente en cuestión de meses.
Pasaron por el antiguo Machina Rock ese mismo año y tras unos pocos conciertos, con buenas críticas, quizá con un buen futuro por delante, con fuerza y calidad; este grupo desaparece por completo.
Tras la marcha de sus componentes y un ir y venir de formaciones sin rumbo, se quedan sin sello discográfico. Su página web ha caducado y su dominio está a la venta. En 2007 se refundaron con el batería Rob Antonucci (así lo anunciaron a pleno bombo en su myspace) y se disponían a buscarse la vida para sacar el supuesto nuevo material en el que habían trabajado. De repente (en la misma entrada del myspace nos cuentan todo esto, es la última) Rob es despedido por motivos personales que se reserva la banda. Para más INRI resulta que hay una banda de hardcore que se llama Raw Head Rex, nombre prácticamente idéntico.
La última noticia es que la Encyclopedia Metallum nos informa de que ahora la banda funciona como trío (haciéndose cargo el cantante de todas las guitarras, supuestamente) con un tal Vito Cecere a la batería. Aún quedan existencias de sus dos álbumes que sigue vendiendo AFM records y que se pueden pillar en internet. No obstante, la banda ni da conciertos, ni está en ningún sello, ni se sabe absolutamente nada, ni ya le interesen probablemente a nadie. Sólo queda un grupo de facebook que ha hecho un español, un myspace polvoriento que tiene poco más de 4000 visitas y tres videos en youtube con lo que fueron sus temas. Nada más podemos adivinar de esta formación que, de haber ido las cosas de otra manera, quizá estaría ahora en lo más alto del género.
Mi admiración, mis respetos, mis oídos y mi cerveza para esta extinta gran banda. Que sus malditos acordes lleguen a vuestros oídos.
Juanjo Pelegrín
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