¿Qué equipo necesito para tocar la guitarra en casa?
- El ampli “todo en uno”
- Plugins y apps: la solución por software
- Pedalera (o rack) multiefectos con USB: una solución versátil
- Pedalera autoamplificada y pantalla pequeña: otra manera de enfocar tu equipo
- Cabezales con caja de carga o atenuadores: la solución para los amantes de la válvula
- Conclusiones
Muchos de los que frecuentan estas páginas actuan en directo con sus grupos o formaciones musicales, pero una parte no menos importante son guitarristas que tocan predominantemente en casa. Y no hay que dejarse engañar: no es un entorno tan fácil como parece, ya que aunque el mundo del directo es aparatoso, los pisos plantean también algunos desafíos:
- Acostumbramos a disponer de muy poco espacio.
- No podemos hacer mucho ruido.
- Es bueno que sea fácil de montar y de recoger.
- A ser posible, es preferible que el equipo elegido sea versátil y concentre las actividades de práctica, grabación y ocio.
- Podemos hacerlo económico, o pegarnos el gustazo ¡y dejarnos la pasta!.
Basándonos en estos principios, os proponemos en este artículo varias configuraciones modernas para aquellos que aún no tengáis montado vuestro equipo ideal en casa o, simplemente, queráis mejorarlo o actualizarlo un poco. Por supuesto, hemos contemplado todo tipo de presupuestos, así que para daros una orientación, citaremos algunas cifras orientativas para cada uno de los supuestos casos.
El ampli “todo en uno”
[Índice]Antiguamente casi todos los guitarristas practicaban en casa con un pequeño amplificador de baja potencia, que ofrecía muy pocas funciones, pero que, al menos, les permitía tocar a volúmenes aceptables. La versión moderna de dicho concepto ha evolucionado muchísimo, se ha vuelto digital en la mayoría de los casos, y ha fusionado los conceptos de: práctica (es decir, servir simplemente como ampli), grabación (suele conectarse al ordenador con USB) y reproducción de música, tanto para tocar sobre ella como para simplemente escucharla.
Hay que apuntar que uno de los cambios importantes que se han producido en los últimos años es el cambio a un tipo de altavoz diferente al que encontrábamos en los antiguos amplis de prácticas. Los antiguos amplis también solían tener una entrada de mp3 o CD, pero no estaban optimizados para reproducir su música, ya que eran mono y tenían un altavoz más pensado para sonidos de guitarra. Hoy en día, los amplis de prácticas modernos tienen la tecnología para reproducir con solvencia tanto los sonidos procedentes de nuestra guitarra como la música sobre la cual tocamos (algunos son incluso estéreo). Muchos además se han pasado al formato sobremesa, como si fuesen un equipo Hi Fi o una radio.
Se trata de una solución integral, que ocupa no demasiado espacio, permite grabar con comodidad a nuestro ordenador y que suele ofrecer salida de auriculares para no molestar cuando necesitemos silencio. A veces, hasta incluyen metróno o looper, herramientas magníficas cuando se trata de practicar. En cuanto al precio, suelen oscilar entre los 100 y los 300 euros, y es típico encontrar el mismo producto en varias opciones de potencia, prestaciones y precio final, por lo que muchas veces se organizan en series, como la serie Spider V de Line 6, la ID:Core de Blackstar, Yamaha THR o los amplis Katana de Boss.
Plugins y apps: la solución por software
[Índice]Los amplis que hemos mencionado en el apartado anterior son digitales, por lo que algunas de sus habilidades pueden también ser resumidas en un programa que instalamos en nuestro ordenador, iPad o incluso iPhone (en Android no hay aún demasiada variedad por las limitaciones del sistema). Por si no estáis familiarizados, este tipo de programas se llaman plugins (o Apps cuando son para tablets y smartphones), y una vez instalados, nos permiten conectar la guitarra al ordenador y escuchar el resultado por nuestros auriculares o altavoces.
Es una opción que ocupa muy poco espacio si tenemos una habitación pequeña, pero tiene algunos pequeños inconvenientes. El primero de ello es que siempre que quieras tocar, tendrás que encender el ordenador y abrir el programa, lo cual le quita un poco de inmediatez, y es especialmente peligroso para los que les da pereza practicar. En iPad o iPhone, por ser dispositivos de uso algo más frecuente, no suele ser tan problemático.
El segundo inconveniente es que, aunque no es imposible, conectar la guitarra a las entradas de audio que suelen venir por defecto en los ordenadores no suele dar buen resultado. Hablamos de la entrada de línea y/o micro, a la que podemos conectarnos usando un adaptador de jack de ¼” a jack de ⅛”. No recomendamos este método, ya que aunque físicamente estaremos conectados al ordenador, es probable que más tarde os encontréis otros problemas por resolver, relacionados con cuestiones de software (especialmente en ordenadores equipados con Windows). Pero hay solución: ¡seguid leyendo!
Tanto si estamos usando un ordenador como un dispositivo móvil, para resolver los anteriores problemas, no suele ser mala idea hacerse con algún accesorio adaptador. Algunos son muy sencillos, ya que simplemente convierten la señal de nuestro cable de guitarra a lo que sea que necesite el dispositivo al que nos queremos conectar. Por ejemplo, el iRig de Ik Multimedia convierte nuestro jack a un conector más pequeño, ideal para un iPhone. Si usamos un ordenador, tal vez una solución minimalista sea un cable que convierte de jack a USB.
Pero si se cuenta con algo más de presupuesto, recomendamos hacernos con alguna pequeña interfaz de audio. Explicado de forma resumida, son accesorios para nuestro ordenador que pueden convertir varios tipos de señales de audio a USB (o a Lightning o Thunderbolt, más típico de usuarios de iPhones y Macs, respectivamente). Son prácticos para tocar y grabar con nuestra guitarra o bajo, pero en función del modelo, también permiten grabar micrófonos para voces e instrumentos varios. La mayoría de músicos tienen uno, ya que casi todos quieren grabar en casa pequeñas demos. Por eso, aunque te obligue a gastar un poco más, podrías interpretarlo como una inversión para grabar diversas fuentes de sonido para tus temas.
Las interfaces de audio no sólo facilitan el conectar instrumentos, también facilitan escuchar el resultado. Suelen tener una salida estéreo para altavoces y otra (a menudo con volumen independiente) para tus auriculares. Lo cierto es que mucha gente usa únicamente la salida de auriculares para practicar en su piso sin molestar, pero también hay quien invierte en unos buenos altavoces (o unos monitores de estudio) para mejorar la experiencia y, si son aficionados a la grabación, tener una idea más aproximada de cómo están sonando sus canciones.
Pero claro, ir añadiendo accesorios encarece, ¿cuánto cuesta esta solución?. Puede variar muchísimo en función de la profesionalidad con la que quieras montarlo. Te damos una orientación, suponiendo que ya poseas un ordenador o dispositivo móvil:
Ordenadores | iPhone/iPad | |
Software | Muchos son gratuitos, pero los de pago pueden oscilar entre 60 euros y unos 500 euros | Algunas ofrecen el kit básico de forma gratuita pero tienen compras integradas, normalmente económicas individualmente. |
Accesorio para conexión |
Opción 1: Cables jack a USB: entre 10 y 20 euros. Opción 2: Interfaces de audio: aunque pueden llegar a valer varios miles de euros, en el mercado hay unas cuantas lo bastante eficientes por unos 100 euros. |
Adaptadores/interface para iPhone estilo “iRig”: entre unos 30 y 150 euros. Nota: muchas interfaces de ordenador del mercado son también compatibles con dispositivos móviles. |
Método de escucha |
Opción 1: Auriculares, desde unos 15 euros hasta varios miles de euros. Opción 2: Altavoces o monitores para grabación, desde unos 70 euros hasta varios miles. |
Opción 1: Auriculares, desde unos 15 euros hasta varios miles de euros. Opción 2: Altavoces o monitores para grabación, desde unos 70 euros hasta varios miles. |
Precio final más frecuente |
|
|
Pedalera (o rack) multiefectos con USB: una solución versátil
[Índice]Muchas pedaleras multiefectos del mercado tienen salida estéreo (que podemos conectar a un ampli o a unos altavoces, ya sean monitores de estudio o de directo tipo FRFR), salida de auriculares (para practicar en silencio) y una conexión USB que permite grabar a tu ordenador. En definitiva, llevan a cabo la mismas funciones que una interfaz de audio del apartado anterior, pero como lleva sus propios efectos, no necesitas comprar ni descargar un software en tu ordenador.
Esto tiene algunas ventajas atractivas, y es que no has de encender todo tu ordenador para tocar, simplemente enciendes la pedalera y punto. ¿Es mejor que el ampli "todo en uno" del primer apartado? Más bien diríamos que es diferente: el ampli tiene sus propios altavoces, mientras que la pedalera necesita unos auriculares o altavoces externos para ser escuchada. La pedalera, a cambio, puedes meterla en la mochila y llevártela para ensayar con los amplis que haya en el local (o conectarla a línea). El ampli también te lo puedes llevar, pero es un poco más farragoso, por el peso y el tamaño.
Aparte de darte la oportunidad de llevarte tu sonido a todas partes, algo bueno de las pedaleras es que puedes controlar tus sonidos preprogramados con los pies sin parar tocar. Muchos de los amplis que hemos mencionado en el apartado uno se pueden controlar con una pedalera que en ocasiones deberás pagar aparte (otros directamente no ofrecen esta opción).
Además de decenas de efectos, muchas tienen metrónomo, ritmos de batería programados o incluso looper. Al tratarse de una opción muy popular entre el público joven y principiante, suele tener una relación calidad/precio muy buena, pudiendo encontrar pedaleras que realizan todas las funciones descritas por precios que van desde unos 100 euros (aunque puedan tener USB, por debajo de ese precio no todas lo utilizan para grabar) hasta precios muy elevados — pero sin necesidad de llegar a ellos para conseguir resultados convincentes.
Por supuesto, en esta variante también hay opciones de alta gama: las pedaleras y racks Line 6 Helix, Headrush Pedalboard, Fractal Audio Systems Axe FX III (o Kemper, aunque no es una interfaz de audio) son el equivalente de alta tecnología a los conceptos anteriormente descritos.
Pedalera autoamplificada y pantalla pequeña: otra manera de enfocar tu equipo
[Índice]Se trata de una curiosa solución que cada día es menos difícil de lograr: se trata de incorporar un pequeño amplificador "pedalboard-friendly" en nuestra pedalera habitual. Seymour Duncan, Hotone, Electro-Harmonix o AMT Electronics son algunas de las marcas que han creado pequeños amplificadores a transistores que podemos fijar con velcro junto a nuestros pedales. La gracia está en tener la amplificación siempre adherida al resto de pedales, de modo que cuando te llevas la pedalera del local a casa o al revés, siempre llevas tu ampli encima. Eso quiere decir que en el local puedes tener una pantalla de tamaño grande, y en casa puedes emplear una pequeña pantalla de 1x12", o incluso de 1x10", que ocupe menos espacio que la que usarías en directo.
Como sigue siendo una pedalera, nada te impide tener, en algún punto de la cadena de efectos, algún multiefecto o alguna solución de audio que te permita obtener una señal USB que grabar directa al ordenador. Y si no es el caso, siempre puedes hacerte con una interfaz aparte, aunque eso incrementará el precio.
Cabezales con caja de carga o atenuadores: la solución para los amantes de la válvula
[Índice]Cambiando radicalmente de tipo de público objetivo, muchos guitarristas con experiencia que han tocado durante años con su ampli a válvulas no encuentran satisfacción en otros sistemas distintos a ese. Por ello, es común que busquen incesantemente la posibilidad de seguir usándolo en el hogar, pero con una potencia reducida, para que el volumen sea controlable. O incluso con volumen nulo, ya que desean grabarlo de forma silenciosa usando unos auriculares, sin necesidad de tener una pantalla de altavoces rugiendo en la sala, y poder grabar demos nocturnas.
Para reducir el volumen de los amplis, algunos fabricantes ofrecen atenuadores. Ya que muchos amplis a válvulas han sido diseñados para sonar fuerte, estos accesorios reducen la potencia de nuestro ampli de una forma concreta, haciendo que el tono se vea menos perjudicado que si, simplemente, le bajásemos el volumen al ampli. Eso permite tocar en casa a un volumen más razonable.
En cuanto a la grabación silenciosa, algunos guitarristas emplean cajas de carga: se trata de un aparato que, conectado a la misma salida a la que normalmente conectaríamos nuestra pantalla de guitarra, recoge el sonido de nuestro cabezal y nos lo entrega por una salida de cable jack convencional, pudiéndolo dirigir a nuestra interfaz de audio. Esa es la forma de poder grabarlo y aplicarle una simulación digital de altavoces, para restaurar el realismo perdido por no haberlo grabado con el método tradicional (ampli a todo volumen + micro).
Este método ha proliferado mucho durante los últimos cinco años, por lo que el mercado también ha respondido ampliándolo y fusionando algunos productos que anteriormente sólo podíamos conseguir por separado. Por ejemplo, algunas cajas de carga son también atenuadores, y otras hasta incluyen sus propias simulaciones digitales de altavoces, como la serie de cajas de carga Torpedo de Two notes o las nuevas Suhr Reactive Load I.R.. Otros además han añadido a la ecuación una interfaz de audio y efectos para hacerlo aún más compacto, como la Boss Waza Tube Amp Expander. Incluso hay quienes, directamente, han mezclado todos o algunos de estos elementos en el interior de un cabezal a válvulas, como el Revv D20, las series Tubemeister y Grandmeister de Hughes and Kettner o el nuevo Diezel VHX.
Lógicamente, esta es la opción que mayor presupuesto exige por norma general. Aunque con un poco de búsqueda por las diferentes opciones de las que dispone el mercado, no sería extraño que consigas ajustar el presupuesto a algo aceptable, especialmente si ya tienes el ampli a válvulas que quieres emplear.
Conclusiones
[Índice]Para simplificar, hemos tratado de concentrar nuestro equipo de prácticas en aproximadamente un sólo elemento, pero nadie nos impide desglosarlo como creamos conveniente. Por ejemplo, podemos tener un ampli "todo en uno" para practicar, pero una interfaz de audio y plugins para grabar. Es tan sólo una elección personal. O incluso podemos hacer técnicas híbridas, combinando nuestros previos o cabezales a válvulas con multiefectos del tipo que creamos conveniente.
Lo verdaderamente importante, probablemente, sea que la combinación que escojas te de comodidad y que te invite a tocar más. A menos que sea tu profesión, probablemente tengas poco tiempo para tocar y lo hagas en momentos en que tal vez estés cansado después del trabajo: no conviene que tu único tiempo libre lo gastes en montar cableados imposibles o configurar drivers antes de poder tocar una sola nota. La clave está en tener algo que esté en armonía con nuestra forma de practicar y disfrutar del instrumento.