La Ibanez que vino a mi Vol.XI
28/02/2010 por
zabu | 1 min de lectura
Capítulo undécimo
(Modo nerd ON)
Al abrir la tapa de la electrónica no salió ninguna aguja envenenada para clavarse en mi mano ni nada por el estilo.
(Modo nerd OFF)
Aparentemente todo estaba bien conectado, aunque las soldaduras eran un desastre, y concretamente la unión común a masa en el potenciómetro de volumen era un enorme pegote de estaño con una marabunta de cables al más puro estilo "Pelo de Marge Simpson".
Quien tuvo el cariño de cambiarle las pastillas a la guitarra tuvo mejor intención que maestría con el soldador. De todas formas no le puedo culpar pues sin cierta veteranía soldando la longitud y el calibre (sección) de los cables no facilitan nada la operación.
Desmonté el selector y los potes y limpié todo el hueco. El conexionado era el típico de una configuración H-S-H (pastilla doble, simple y doble), para que las posiciones 2 y 4 del selector funcionaran combinando la centrar con una sola bobina de las dobles.
Me entró la duda, una doble con una simple a la vez? Cancelaría zumbidos eso? Estarían fuera de fase o se cancelarían entre ellas?
Demasiadas preguntas. Entiendo la electrónica porque he estudiado de eso, pero nunca me había metido en profundidad en su aplicación a las guitarras.
Había llegado el momento de aprender.
Me puse unas gafas negras. Armado con mi ratón óptico (con puntero láser), me monté en mi Google-Davidson y comencé la búsqueda para acabar con la Ignorancia Connor que impedía un futuro donde la electrónica de mi guitarra dominase el mundo.
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