Guitarralinda: La primera bicicleta/guitarra del mundo está en Tenerife y cualquiera puede tocarla
Esta escultura de madera que combina una bicicleta y una guitarra doble por cada lado rinde tributo a los grandes guitarristas de todos los tiempos, y es obra del artista, ingeniero, y ciclista checoslovaco Milos Smilnak, quien la ideó en Ámsterdam en 2017 y la terminó en la República Checa el 1 de marzo de 2019. Según su autor, Guitarralinda es la primera bicicleta/guitarra del mundo, algo confirmado según él por el National Guitar Museum y el Songbirds Guitar Museum de Estados Unidos, y por The Museum, un museo de arte contemporáneo en Umeå (Suecia).
Aunque Milos dice que la doble guitarra del lado blanco para zurdos es una Stratocaster dedicada a Jimi Hendrix, y la roja una estilo Les Paul en homenaje a Jimmy Page, lo cierto es que tanto una como otra cuentan con un doble mástil con una pala con 6 afinadores en linea y otra con 3+3, con un cuerpo double-cut que combina dos humbuckers en una mitad y 3 single coils en la otra. Y por lo que parece viendo las palas, ha empleado guitarras Harley Benton como base, al menos en la parte Les Paul.
La bicicleta es totalmente funcional con dos neumáticos de 28", freno trasero, y un peso de 45 kg. En las ruedas están grabadas las iniciales de 77 guitarristas famosos con la silueta de su instrumento: Eric Clapton, Joe Satriani, Mark Knopfler, Tony Iommi, Steve Vai, Carlos Santana, Chuck Berry, Van Halen, B.B. King...
Guitarralinda es una obra de arte callejero interactiva instalada en las Islas Canarias, concretamente en Puerto de la Cruz, Tenerife, y cualquiera que pase por ahí y se anime puede tocar las guitarras, siempre bajo la atenta mirada de El Niño, el perrillo de Milos Smilnak que siempre está en la cesta de la bicicleta. Milos graba un breve video a cada uno de los turistas de todo el mundo que tocan algo con su obra, los numera, y los va subiendo a YouTube. Las dobles guitarras permiten incluso tocar a duo.
La última participante es esta alemana que hace el número 1590. Milos Smilnak bromea diciendo que el valor estimado de la obra es de 666 666 €.
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