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Boss OD-2 Turbo Overdrive (1985)
Opiniones de usuario (3)
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Lo mejor: Rango de distorsión
Lo peor: Como distorsión se queda un poco corto
Este pedal tiene la gran ventaja de la versatilidad de uso. Con él puedes tener un buen overdrive, para obtener un agradable sonido crunch. También está muy bien para empujar como boost tu canal «sucio» del ampli o un pedal de distorsión. Además, tienes la opción de subirle la «caña» con el turbo de forma que puedes tener una distorsión bastante aceptable, aunque para algunos puede quedarse un poco corta. Los diferentes controles funcionan bien y responden gradualmente a lo que se les exige. Creo que en relación calIdad-precio es un pedal muy respetable. -
Lo mejor: Dos pedales en uno: overdrive y distorsión clásica. Buena construcción.
Lo peor: El sonido de la distorsión no acabó de convencerme.
Es un buen pedal de overdrive, para empujar el ampli funciona bien aunque presenta dos problemas: el volumen cae al encenderse, lo que implica tener que subir el nivel del pedal. El sonido de distorsión no me motiva demasiado, aunque si se consigue a buen precio da el pego. Yo lo modifiqué y aún lo uso.
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Lo mejor: Sonido, especialmente en el modo "normal"
Lo peor: Hay que usarlo con el control de level a tope
Hete aquí que el año siguiente me agencio un Fender Eighty-Five - red knobs de transistores -, y el DS-1 en el canal limpio era lo más chicharrero que había escuchado en mi vida. En aquella época no habia interneses ni nada, solo lo que leías en el Guitar World y lo que te contaban los amiguetes, y con esta información me llegó la onda de que necesitaba un overdrive.
Cojo el DS-1 en su cajita y me planto en Musical Ortiz, que entonces aún estaba en Triana, y pido realizar un cambio por el pedal que nos ocupa aquí, el OD-2. No recuerdo si tuve que poner algo de dinero - creo que sí -, pero el hecho es que me lo llevé y quedé bastante contento con el cambio.
El pedal lo usé durante varios años, en aquella época con la ganancia generalmente a tope y en el modo Turbo, hasta que un día al día siguiente volver de un concierto en la terraza Alfonso de Sevilla me encuentro para mi disgusto que la caja del pedal, donde lo guardaba después de cada uso, estaba vacía. Llevaba los pedales en un maletín, con sus cajitas originales, y cuando desmontaba los volvía a meter cada uno en su caja. Lo busqué por cielo, tierra, mar y aire; interrogué a mis compañeros de grupo, a mi familia, a todo quisque, y nada, no apareció. Llegué a la conclusión de que me lo habían robado en algún momento mientras guardaba los cacharros.
A lo que vamos, me quedé con la espinita clavada y echándolo de menos durante décadas, y pensando que si algún día se me ponía a mano lo repondría.
Y eso ha pasado hace cosa de un mes: lo ví bien de precio en el Cash Converters, y, aunque machacaíto que se ve, me lo compré.
Ahora veo las cosas con más perspectiva y tengo más criterio (creo). No voy a entrar en temas de robustez y durabilidad, porque está demostrado que los pedales de Boss van a compartir el planeta con las cucarachas, las ratas, Keith Richards y Jordi Hurtado tras la próxima aniquiladora pandemia.
En cuanto al sonido en sí, me gusta mucho con la ganancia a la mitad o un poco más y con el tono alrededor de un cuarto. Suena muy, muy bien, especialmente con el Fender The Twin y single-coils. El modo Turbo actualmente me sobra, ya que comparte pedalera con otro Boss DS-1 y para más saturación tiro de éste último.
Lo peor es lo que comenta Culebra más abajo: hay que subirle bastante el nivel. De hecho, con el nivel a tope incluso aún se nota que hay diferencia con el sonido limpio al activarlo. No sé si se trata de un problema de mi unidad concreta o es algo general.
Aún no lo he probado en contexto de banda, con volumen alto, pero espero que no me defraude.