Martin D-16GT

Hace años, en una época en la que viví al otro lado del charco, decidí ir en busca de una guitarra acústica que me permitiera poder tocar en casa, ya que no pude llevarme ninguna de las que tenía en España. Para ello, fui a un Guitar Center donde me permitieron probar toda una gama de acústica de un rango similar de precio en una sala aislada. Después de probar varios modelos de diferentes marcas bien conocidas, el encargado que me estaba ayudando en dicha tarea se acercó a mi y me dijo, con una mirada bastante elocuente: «try this one». Yo miré la guitarra no muy convencido, puesto que mi idea original no era comprarme una dreadnought, pero en el momento en que toqué el primer acorde supe que había encontrado lo que estaba buscando. Hoy en día sigo alegrándome de aquella decisión, cada vez que todo las que sigue siendo mi acústica de referencia. Me sorprendió la combinación de sonido rotundo, tan característico de Martin, con una melosidad que no esperaba en guitarras de esta marca. No es tan dulce como el sonido de una Taylor, por ejemplo, pero el cuerpo de caoba junto con la tapa de picea sitka le proporcionan un enorme rango dinámico, con graves muy redondos, medios claros y agudos delicados. Resulta, por tanto, una guitarra muy versátil para casi cualquier estilo, con pegada y a la vez con suficiente dulzura para sonar delicada cuando la tocas sin púa o con una púa suave. Para mí, su acción es perfecta y te permite ser eficaz en acompañamiento, finger-picking y punteo. Tanto el mástil como el diapasón, que creo es de richlite, son muy agradables y cómodos. La construcción, como corresponde a una guitarra del rango medio de Martin, es intachable. Sin duda, para mí, un instrumento imbatible en su rango de precios. Pruébala y no te arrepentirás.