10 cosas que debes saber antes de comprar tu primer amplificador

Muy a menudo, el primer amplificador que compramos viene acompañando a la guitarra. En ocasiones no prestamos demasiada atención a dicho accesorio, pero es posible que pronto nos demos cuenta de que está jugando un papel clave a la hora de encontrar un buen sonido. En ese instante, es fácil que nos planteemos comprar nuestro primer ampli. Estrictamente no es el primero, pero sí que es nuestra primera vez tomando decisiones de lo que queremos y no queremos en él.

Algunas cosas han cambiado en los últimos años: los amplificadores siguen estando muy presentes, pero las nuevas tecnologías digitales los han influido mucho, y han cambiado su planteamiento. Además, hoy en día no es descabellado pensar que un primer amplificador sea a válvulas. Años atrás ni nos hubiésemos molestado en hablar de las válvulas en un artículo como este, ya que era una tecnología con precios destinados al sector profesional y semiprofesional. Pero hoy en día tienen un tamaño, potencia, y precio que los hacen aptos para aquellos que quieren y pueden permitirse entrar con pie firme en el mundillo, o los que ya tocan algún instrumento y no quieren pasar por las típicas compras graduales hasta tener un equipo con el que se sientan confortables. Por lo tanto, vamos a hacer un repaso de todo ello y dar 10 consejos que pueden servir de brújula que nos de orientación en el mar de opciones que ofrece el mercado.

Si aún no tienes guitarra eléctrica, y no has podido probar ninguna, es posible que no seas consciente de lo flojo que suena. Por lo tanto, nos tememos que no podrás ahorrarte el comprar algún complemento que permita amplificarla. Y por si lo habías pensado, tampoco funciona conectar directamente unos auriculares normales directamente a la guitarra. A menos que se trate de auriculares específicamente pensados para ello, como los Vox AmPhone.

Este es otro caso común de confusión. La señal de la guitarra eléctrica es especial, y necesita un amplificador diseñado para guitarra. Algunos han experimentado conectado guitarras directamente a la entrada de equipos de música, karaokes, y similares. Y aunque es posible obtener algún sonido, no están pensados para ese uso, por lo que el resultado sonoro puede ser imprevisible (por no mencionar que a menudo son equipos de calidades medias o bajas). Por último, los altavoces que suelen venir con esos equipos no son capaces de amplificar sí solos, por lo que tampoco podrás conectar la guitarra directamente a ellos. Lo mismo ocurre con las pantallas de guitarra (¿No sabes lo que son? Mira el apartado “hay dos formatos de amplificador”).

Se llaman combo y cabezal+pantalla. El primero es un único mueble, que integra el altavoz (o altavoces, pudiendo presentar dos o incluso cuatro de ellos), los controles y toda la circuitería que se encarga de amplificar la señal. En el caso del cabezal+pantalla, la única diferencia reside en el que los controles y la circuitería están en un mueble, mientras que los altavoces están en otro mueble completamente independiente. Esto permite a los guitarristas combinar su cabezal con los altavoces que deseen. Nuevamente, es posible encontrar muebles de altavoces con uno, dos, o cuatro altavoces, de diversos tamaños (comúnmente llamados “pantallas de altavoces”).

Aunque esto te puede resultar aburrido, has de saberlo. Los amplificadores pueden ser a válvulas, a transistores o digitales. También te hablaremos de amplificadores híbridos.

Es la tecnología clásica, y normalmente se considera la de mejor sonido, aunque esto es algo totalmente subjetivo. Lo cierto es que sí son más caros de media, y algo más pesados. También es posible que tengas que hacer un cambio de válvulas cada ciertos años. La mayor parte de los amplificadores importantes de la historia, y que sirven de guía de sonido aún hoy en día, eran a válvulas.

Hace décadas fue creado el amplificador a transistores como sustituto del valvular. Es más ligero, y más barato, pero la mayoría de guitarristas consideran que es difícil hacerlo sonar tan bien como los de válvulas (algo subjetivo, nuevamente). Algunos de ellos, como el Roland JC-120, o algunos amplificadores para Metal de Randall son considerados clásicos de la historia de la amplificación, como también son muy apreciados en el mundo del jazz por su tono neutro y generalmente poco intrusivo. En este preciso instante, están algo menos de moda, pero hay alternativas interesantes en el mercado debido a su simplicidad, bajo precio y resistencia. Tal vez por eso siguen siendo comprados por muchos locales de ensayos por horas y pequeñas salas de concierto.

Los digitales emplean las tecnologías más modernas para generar sonidos. La ventaja más destacable de ellos suele ser que, al trabajar con un software interno, pueden ofrecer decenas de sonidos, efectos, memorias y funciones enfocadas al “todo-en-uno”, ofreciendo comodidades de grabación (como salida USB), salida de auriculares y numerosas prestaciones. Últimamente incluso suelen reproducir música vía Bluetooth y se pueden manejar desde iPad o Android. ¿Su mayor contra? El hecho de que, con tantas funciones, a veces son complicados de manejar. Otro punto no muy positivo es que, aunque la tecnología digital más puntera es capaz de entregar sonidos de una calidad asombrosa, hay algunos productos en que esto no se ve representado, y el sonido puede resultar algo sintético.

Puesto que la válvula es un gran atractivo comercial, muchos fabricantes han optado por incorporarla en sus diseños de transistores o digitales, tratando de crear un producto con un precio asumible, pero que incluya algunas de las bondades de las válvulas. Acostumbran a crear gran controversia entre los que opinan que el efecto de dicho componente por sí solo es casi inexistente y los que opinan justo lo contrario y argumentan que la válvula juega un gran papel en el sonido final. Nuestro consejo, aplicable para cualquiera de los amplis anteriormente expuestos: elegir el amplificador que suene mejor, no dejándonos influir por el hecho de saber lo que contiene. Por supuesto, la publicidad tratará de lograr lo contrario.

Si planeas utilizar tu primer amplificador para conciertos en directo, necesitarás más volumen. En nuestras primeras compras, damos por hecho que más potencia es sinónimo de más volumen, pero esto no es cierto. El volumen final es algo que depende de la eficiencia de varios componentes del amplificador, por lo que dos modelos de ampli de 100W no sonarán necesariamente igual de fuerte. El hecho de utilizar una tecnología u otra también influye mucho: es bastante normal que los amplis a válvulas entreguen mayor presión sonora que los de transistores de la misma potencia. Por ejemplo, es posible que para obtener el volumen deseado para un concierto te bastase un ampli a válvulas de entre 20W y 50W, mientras que, en transistores, podrías llegar a necesitar el doble.

A veces leemos alabanzas acerca de equipos de amplificación de gran potencia, o vemos a nuestros artistas preferidos con ellos. Pero lo cierto es que si tu primer ampli va a ser sobretodo para tocar en casa, con 5W podría ser más que suficiente. ¡Incluso hay quien ha tenido problemas con los vecinos con esas potencias! Recuerda que 5W a válvulas pueden llegar a sonar sorprendentemente fuerte. Comprobar si el ampli que nos gusta tiene salida de auriculares o algún tipo de solución para tocar de forma silenciosa siempre es algo a tener en cuenta.

Esta afirmación acostumbra a ser cierta, los amplis a válvulas suelen sonar mejor fuerte. Por ello, muchos guitarristas con experiencia que buscan un equipo doméstico eligen amplificadores de 1W o 5W, siendo estos los valores más frecuentes (a pesar de que, incluso a esa potencia tan baja, puede seguir siendo excesivo para un hogar, especialmente al subir el volumen) . Para concierto, tampoco es mala idea tantear varias posibles potencias, para descubrir cuál es la que trabaja mejor en el volumen deseado.

Algunas personas viven en apartamentos en los que casi es posible oír la conversación a tono normal de los vecinos. Esas personas están perpetuamente obligadas a usar los auriculares para tocar la guitarra, lo cual hace inútil el altavoz de un ampli, al tiempo que abre la puerta a alternativas. Las opciones disponibles para personas que se encuentran en esa situación particular son las siguientes.

Los multiefectos en pedal y formato sobremesa incluyen, prácticamente siempre, salida de auriculares. Estos aparatos tienen un gran número de sonidos de amplificador, efectos y posibilidad de conmutarlos entre sí (de forma muy similar a los amplificadores digitales). Los hay de muchísimos tamaños y precio, y en ocasiones permiten grabar directamente al ordenador mediante USB. Si no necesitamos altavoz y siempre tocamos con los auriculares puestos, son una opción a considerar.

Para explicarlo sin demasiados tecnicismos: viene a ser un dispositivo que hace más cómoda, y de mayor calidad, la conexión de instrumentos al ordenador, normalmente con el propósito de grabar. En sus entradas se suele conectar una guitarra, un bajo, o un micrófono para hacer que su señal llegue a nuestro ordenador, donde puede ser procesada con algún programa que emule sonidos de amplificador y efectos. Dichos programas suelen ser bastante completos, e incluyen herramientas para practicar, como un reproductor de música, un afinador, controles para cambiar la velocidad y tono de las canciones que queremos tocar o incluso funcionalidades para grabarnos tocando. También existen en formato tan minimalista que se reducen a un cable de guitarra que es USB por uno de sus extremos.

Muy similar a lo anterior, pero pensados para smartphones y tablets. Pueden tener aspectos muy diversos, pero en definitiva, siempre conectan nuestra guitarra al dispositivo, para poder usar apps pensadas para guitarra. Nuevamente, dichas apps tienen las mismas funciones y versatilidad antes descritas.

No son amplificadores del todo, ni tampoco pedaleras multiefectos exactamente. Son aparatos muy diferentes entre sí que combinan algunos elementos de las anteriores, como el BOSS JS-10, el Vox Amplug o el Joyo Jam Buddy u otros. En ocasiones integran un pequeño altavoz, otras veces son para auriculares, pero suelen tener en común la capacidad de integrar diversas necesidades de prácticas en un paquete reducido.

La posibilidad de controlarlo con el pie también es importante. La mayoría de amplificadores que contemplan ser usados en directo dan esta posibilidad, pero si compras un ampli de prácticas o para casa, procura asegurarte de que hay esa opción. De lo contrario, siempre que quieras pasar de un sonido limpio a uno distorsionado, tendrás que usar las manos, interrumpiendo tal vez un solo absolutamente épico.

Si eres nuevo o nueva en el mundillo, es posible que tengas la sensación de que Fender o Marshall son sinónimos inequívocos de calidad. Pero lo cierto es que todas las marcas han tenido sus más y sus menos, y han hecho productos buenos y no tan buenos a lo largo de su historia. Y cuanto más económico es el producto que se evalúa, más se acentúa esta irregularidad​. Por eso, no descartes ninguna marca. Los guitarristas sabemos que las marcas tienen una cierta importancia, pero a veces el sonido que uno busca puede estar en cualquier parte, más allá del logo que haya en el frontal.