Conoce la verdadera primera Fender Stratocaster, la número 0100
En la colección de guitarras de David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd, se halla una pieza excepcional: se trata de la Fender Stratocaster #0001, conocida de esa forma por su número de serie. Cuenta la historia que la guitarra perteneció a Leo Fender, quien más tarde la vendió a Seymour Duncan. Duncan la habría vendido a Phil Taylor, técnico de guitarras de David Gilmour. Gilmour explicó en 1986 a la revista “Guitarist” cómo la consiguió: “Finalmente Phil me pidió algo de dinero prestado para comprarse una casa, ¡así que le chantajeé! Le dije que la única forma de que yo le prestase dinero era si me vendía la Strato blanca...”. Desde entonces, la icónica Stratocaster Olympic White con herrajes dorados forma parte de la colección personal de Gilmour. La historia se complica al añadir un testimonio de Seymour Duncan, que afirma que existen dos Stratocasters con el número de serie 0001, hechas con piezas procedentes de otras guitarras. Pero ahondaremos en esa hipótesis en otra ocasión.
Sin embargo, y al contrario de lo que el número de serie 0001 puede sugerir, varios expertos advierten de que esa no es la primera Stratocaster. Aparentemente, la verdadera primera Strato lleva por número de serie 0100. El razonamiento tras todo ello es que en realidad la 0001 debía ser un modelo de exhibición para una ocasión especial, debido a la inusual combinación de color y acabado de los herrajes. Además, data de Septiembre de 1954.
Sin embargo, la 0100 es una guitarra que data de Abril del mismo año. Según el experto George Gruhn — dueño de una conocida tienda estadounidense, al que podéis ver en un vídeo más abajo — es la Stratocaster con número de serie más antigua que se conoce de forma plenamente documentada. Por supuesto, previamente existieron prototipos y otros instrumentos similares sin numeración. Pero Gruhn señala que “nadie tiene un original intacto antes que este”. La tienda de Gruhn se hizo con este instrumento único y lo puso a la venta en 2014, a un precio nada insignificante: 250.000 dólares. En este caso, quien vendió el instrumento a la tienda no fue un intérprete famoso, sino un particular y aficionado a las guitarras, del que George Gruhn destacó que "cuidó muy bien el instrumento, apenas está usado".