Gibson podría enfrentarse a una gran crisis
En 2012, los ejecutivos de Gibson Guitar vieron que el negocio de los instrumentos musicales se hallaba en mitad de lo que ahora se ha convertido en un lento declive, con menos compradores de instrumentos a causa de los cambios en los gustos musicales. Sabiamente, la compañía decidió diversificar y salir a comprar participaciones en empresas como Onkyo, Tascam, Esoteric o Stanton (entre otras) en un esfuerzo por enderezar lo que parecían pérdidas potenciales en el futuro. El problema fue que la compañía pidió préstamos para estas adquisiciones, y ninguna de ellas se ha convertido en beneficio. Como resultado, ahora la compañía se enfrenta al pago de varias deudas que podría no ser capaz de cumplir o refinanciar.
Según informa la web sobre negocios Strata-gee, Moody’s (una de las mayores agencias de calificación de riesgos) ha rebajado la calificación crediticia de Gibson, principalmente debido a la deuda de 520 millones de dólares que tendrá que asumir en 2018, y al hecho de que sus ingresos disminuyen constantemente. Como resultado, Moody’s tomó esta postura debido al "débil desempeño operacional de Gibson, la presión de liquidez de los vencimientos próximos y la visión de que la estructura de capital de la compañía es insostenible". Gibson Brands tiene un préstamo bancario asegurado de 145 millones de dólares que vence el 23 de julio de 2018 y otro de 375 millones que vence el 1 de agosto de 2018.
Aunque Gibson está vendiendo algunos de sus activos para mitigar la deuda (como estas propiedades en Nashville), Moody’s no percibe que ello vaya a marcar diferencia alguna. Una de las razones es que la compañía ha tenido que limitar el número y el tipo de guitarras que puede hacer, debido a las nuevas regulaciones gubernamentales sobre ciertos productos de madera. Se trata de la mayor fuente de ingresos para Gibson, por lo que menos modelos sumados a menos compradores no constituyen un buen presagio para el futuro.
Aunque se puede culpar a la compañía por tratar de diversificarse ante la inminente caída de las ventas de guitarra (que, como industria, ahora representan la mitad de lo que solían ser hace una década), haber tomado prestado el dinero para hacerlo es el gran problema. Se apostó porque las compañías adquiridas ayudarían a recuperarse durante el déficit. El único problema con esa estrategia fue que las compañías que Gibson compró estaban prácticamente en la misma industria, y también estaban teniendo problemas. Cualquiera que esté familiarizado con el negocio musical a cualquier nivel sabe cómo de respetados son el nombre y la marca de Gibson. Espero que, independientemente de lo que ocurra, ese legado sea preservado.
Bobby Owsinski es un veterano de la industria de la música que ha trabajado en más de cien producciones y da cursos en Berklee College of Music, Trebas Recording Institute, Nova Institute y Lynda.com. Varios de sus 24 libros, como Mixing Engineer’s Handbook y The Recording Engineer’s Handbook, están entre los más vendidos del sector. Web de Bobby Owsinski.