Las guitarras de la serie Revstar son la apuesta más reciente de Yamaha. Para la empresa, supone la primera vez en que el mundo de las motocicletas y el de las guitarras se encuentran, hablando en términos de diseño, ya que según la compañía, existe una línea común en en lo estético. Paralelamente a la filosofía del producto, existe además un concepto sólido y claro: una guitarra con formas firmes y sin estridencias que está enfocada a entregar sonidos clásicos en los que se pueda confiar. Está disponible no sólo en diferentes combinaciones de pastilla, sino también de de precios.
En Guitarristas estuvimos pasando un buen rato con uno de los modelos de la gama, concretamente el RS620 Burnt Charcoal, que se puede obtener aproximadamente por unos 800 €. Lo pusimos a prueba en diferentes terrenos, así que os podemos hacer un resumen de nuestras impresiones.
Ficha técnica
- Cuerpo de caoba
- Tapa de arce flameado
- Mástil encolado de caoba
- Forma del mástil 'Medium'
- Diapasón de palisandro
- Radio de 350mm
- Anchura de cejilla de 43mm
- 22 trastes jumbo
- Escala de 628mm
- 2 pastillas humbuckers Alnico
- Control de volumen master
- Control de tono (interruptor 'dry' push/pull)
- Interruptor Blade de 3 vías
- Golpeador en negro
- Herrajes de níquel satinado
- Puente Wrap-Around
- Acabado: Burnt Charcoal
Aspecto externo
El primer vistazo a las diferentes gamas de las Yamaha Revestar revela una intención de ofrecer algo que se salga de los estándares, pero sin llegar a extravagancias. Las formas no se corresponden al cien por cien a ninguna guitarra existente, pero al mismo tiempo, contiene un poco de muchas de ellas. Aunque su inspiración más clara es el modelo SG (nos referimos en esta ocasión al de Yamaha), la Revstar presenta una asimetría en sus formas que le aporta un factor algo más rebelde. Yamaha ha comentado en muchas ocasiones que esta nueva línea de guitarras tiene una conexión estética con las motocicletas Café Racer de los 60, con lo que es lógico que tengan una actitud bastante menos contenida que otros modelos de la marca. Aún así, sigue siendo una guitarra sin ángulos extremos ni excesos de personalidad.
En cuanto a los colores, hay una gama muy extensa de ellos, sobretodo al sumar todos los disponibles en las diferentes líneas de precio. Nuevamente, se han evitado los colores excesivamente manidos, pero tampoco encontramos nada que nos pueda resultar extravagante. Por ejemplo, el modelo que examinamos presenta el acabado Burnt Charcoal, una tonalidad bastante versátil que puede encajar en diferentes contextos musicales, desde el Rock duro hasta otros géneros más sobrios. En definitiva, creemos que es un equilibrio bastante razonable entre una guitarra con actitud, pero sin suponer una ruptura del guión en el historial de la marca.
En el terreno de la calidad de acabados, se trata de una guitarra muy satisfactoria: todos los perfiles, controles, golpeador e inlays combinan francamente bien. Es de agradecer el tiempo invertido en cuidar la selección de colores de esta RS620, ya que el acabado Níquel Satinado complementa perfectamente a las otras tonalidades del instrumento. El brillo general del modelo, sin ser ostentoso, es bastante agradable y da sensación de una guitarra de trabajo, pero fiable. Quizás, y por destacar algo negativo, el diseño y ornamentación de la pala queda algo atrás respecto al resto de la guitarra, y ofrece un aspecto algo escueto. La forma de la propia pala también es algo a cuestionar, aunque entra totalmente en el terreno de los gustos personales.
Tacto y sensaciones
Cuando comenzamos a manipular la guitarra, enseguida nos damos cuenta de que Yamaha tiene experiencia en crear instrumentos eficaces: la comodidad sobre la rodilla es notable. Los ángulos de rebaje para adaptarse al cuerpo son excelentes, y no nos requiere un grado de adaptación excesivo al nuevo instrumento. Se trata de una guitarra de caoba con mástil encolado, con diapasón de palisandro y escala de 24’75”, por lo que se podría esperar que entregara sensaciones parecidas a una Les Paul o SG. Si tuviésemos que compararla, estaría más cerca de la segunda que de la primera pero con un tacto bastante más moderno.
El mástil resulta más rápido (probablemente debido a su forma y a un radio más plano) y la sensación general de la tensión y la afinación es también más actual. Seguramente el tipo de puente y el diseño de pala (clavijeros, inclinación y otras variables), así como el ajuste particular del instrumento estén jugando un papel en el tacto general de esta guitarra, que nos ha parecido bastante positivo.
En global, invita más a los riffs y las guitarras rítmicas que a los solos vertiginosos de estilo Shred, pero está claro que ese nunca ha sido el propósito de este modelo. Aún con todo, tampoco se han olvidado de perfeccionar el acceso a los trastes agudos, que presenta una forma ergonómica más que acertada.
Sonido
El primer acorde con la Yamaha Revstar RS620 nos sorprende con sus graves. Y no en un mal sentido, ya que entrega una gran sensación de poder. Sin embargo, como la potencia sin control no sirve de nada, procedemos a comprobar si somos capaces de encontrar diferentes caracteres sonoros. La Revstar también es una guitarra con brillo, por lo que no nos resulta difícil obtener tonos algo más pop suavizando los graves desde el amplificador.
Por otra parte, la propia guitarra también incluye el control de Yamaha llamado Dry Switch Eq, un circuito pasivo que sirve justamente para domesticar los graves de la guitarra y acercarnos a un sonido de estilo single coil. Yamaha insiste en que este sistema no consiste en un Split Coil convencional, y que gracias a él no hay pérdida de volumen al pasar de un modo al otro. Podemos dar fe de ello ya que lo que obtenemos al usarlo es un cambio de carácter, pero el volumen no decae apenas. Y de hecho, es bastante efectivo para aportar claridad a la guitarra cuando tocamos en limpio. Con este modo llegamos a lugares que nos resultan familiares, obteniendo tonos con reminiscencias a Gibson, especialmente en la posición central, utilizando ambas pastillas a la vez.
En limpio, se beneficia de amplificadores con un brillo con personalidad, que sacan su lado más vibrante y resaltan los matices de las tres posiciones de pastilla, todas ellas equilibradas y con la cantidad justa de agudos. Posiblemente Yamaha haya previsto que utilicemos más el modo Dry Switch si usamos muchos tonos en limpio, ya que el modo convencional se enturbia fácilmente, especialmente con según qué amplificador. Además, la entonación de la guitarra en acordes abiertos resultaba más armoniosa con el Dry Switch activado que en el modo convencional, evidenciando este último algunas dificultades de entonación, algo a lo que la unidad que pudimos probar era algo propensa. Por lo tanto, este sistema es una inclusión interesante.
Sin embargo en distorsión, preferimos no utilizar el Dry Switch, especialmente para obtener los tonos más agresivos posibles. En ese contexto, tener la respuesta completa de graves de la guitarra resultó de gran ayuda para tener sonidos de Palm Mute contundentes y sonidos solistas cálidos. Tal vez en los terrenos intermedios, como los sonidos Crunch o de Rock Clásico, la elección no está tan clara, ya que ambos modos resultan efectivos. Pero está claro que el sentido de tener esa salida de graves tan generosa está en poderla utilizar con un amplificador Hi Gain y obtener sonidos rítmicos verdaderamente gruesos.
Clips de Audio
A continuación encontraréis sonidos de cada posición de pastilla en limpio, distorsión y un par de muestras sonoras del modo Dry Switch Eq.
Limpio
Limpio puente | |
Limpio posición central | |
Limpio mástil |
Distorsión
Distorsión puente | |
Distorsión posición central | |
Distorsión mástil |
Comparativa Dry Switch Eq
Crunch Normal/Crunch con Dry Sw. | |
Distorsión Normal/Distorsión con Dry Sw. |
Conclusión
Con todo, la Yamaha Revstar se revela como una guitarra capaz de cubrir un espectro sonoro muy amplio. El sistema Dry Switch Eq, aunque sea sencillo, permite llegar a matices sonoros bastante recurrentes, y poco menos que nos sitúa en dos niveles de intensidad muy diferentes. Así, es una guitarra completamente válida para el heavy metal y para el pop o el rock al mismo tiempo.
Conceptualmente, es una versión modernizada de algunas de las guitarras más versátiles del mercado, recuperando caracteres sonoros que nos son familiares, pero combinándolos con un tacto y peso modernos. Por eso gustará a aquellos que no quieran alejarse radicalmente de las guitarras clásicas de la historia, pero busquen un extra de comodidad y actualidad de prestaciones.
En el lado menos positivo, nos ha resultado una guitarra a la que hay que acostumbrarse con el fin de obtener la mejor entonación (especialmente en referencia a los acordes abiertos), tanto a la hora de afinar como a la de ejercer la presión adecuada en la mano izquierda al tocar. Pero es un fenómeno al que muchos estarán acostumbrados, ya que también está presente en grandes modelos de Gibson u otras marcas clásicas.
En resumen: por su precio y por su aparente capacidad para afrontar casi cualquier estilo musical sin pestañear, es una de las guitarras a considerar para todos aquellos que estén buscando alternativas a guitarras como la Les Paul o la SG, pero deseen gastarse menos dinero y obtener un instrumento con más concesiones a la modernidad y la ergonomía.