Review de Hughes & Kettner Era 1, ampli compacto para guitarra acústica

Ganar control sobre el sonido que entregamos con nuestra guitarra acústica puede ser un activo de importancia especialmente cuando las condiciones en las que vamos a tener que tocar en directo no son siempre óptimas. Algunos pequeños bares, pubs y otro tipo de locales en los que tan frecuente podríamos necesitar realizar nuestros show acústico, no tienen las comodidades y cualidades deseables, ya no sólo por el sonido que recibe nuestro público, sino también por escucharnos decentemente.

En dichos escenarios, buscar alguna solución que nos de alguna garantía de comodidad no está de más, y el Era 1 de Hughes & Kettner es un amplificador de acústica que reúne algunas de las cualidades que pueden ayudarnos a ser algo más autónomos cuando vamos a salir a tocar con nuestra acústica y/o a cantar, ya sea en solitario o acompañando a algún otro artista en pequeñas formaciones. En guitarristas hemos tenido la ocasión de pasar unos instantes con el Hughes & Kettner Era 1 y contarte la experiencia.

Cuando sacamos el Era 1 de la caja, enseguida tuvimos una buena impresión causada por la funda incluida, hecha de un material similar al neopreno, un accesorio muy acertado considerando que este tipo de amplificadores son una buenísima opción para músicos acústicos trabajadores, que muy posiblemente carguen y descarguen el ampli en maletero muy a menudo, pudiendo sufrir roces y golpes. La funda tiene una apertura que permite agarrar el ampli por el asa, que no está añadida, sino que es una hendidura en la propia carcasa del ampli, y da una sensación de mucha confianza.

El ampli propiamente dicho también goza de muy buen aspecto, nuestra unidad era la que tiene el acabado en color madera, y le confiere un aspecto agradable y profesional, que en el escenario hará buena pareja estética con nuestro instrumento. La otra estructura que constituye el amplificador es un armazón de metal en el que van montados los controles, y que también tiene un tacto y una sensación muy sólida. Dentro de todo el conjunto, tal vez los controles hechos de plástico sean el componente que menos robusto parece, pero siguen siendo absolutamente correctos y con un tacto normal.

En cuanto a las cualidades a la hora de transportarlo, el tamaño es muy acertado, ya que no ocupará apenas espacio en el maletero, y no sería una locura transportarlo a pie si no fuese por el peso. No es el amplificador más pesado con el que nos hemos cruzado, y no será peor que un combo grande con dos altavoces, pero sí se nota que pesa más de lo que uno esperaría a juzgar por su tamaño. Pero, como decimos, esto sólo es un problema si por nuestra forma de trabajar tenemos que recorrer distancias a pie con él.

En este apartado, el Era 1 nos ha encantado: con él podemos hacer sonar nuestra guitarra acústica por uno de los canales, y tenemos otro canal completo idéntico para el otro instrumento que nosotros queramos: puede ser nuestra voz con un micrófono, puede ser otra guitarra u otro instrumento de cuerda, o incluso puede ser nuestra propia guitarra mediante un segundo sistema de captación, como un micro de condensador. Puesto que ambas entradas son combinadas de jack y XLR y ofrecen alimentación phantom (9V para jack y 24 para XLR), pocas son las combinaciones que no podamos llegar a recrear.

Ambos canales tienen ecualización, selector de “shape”, “Mute”, y una muy útil selección de efectos que puede darle el toque que necesita tanto nuestra guitarra como la otra fuente sonora que estemos haciendo pasar a través del amplificador. Pero no sólo el panel superior es completo, también la parte trasera ofrece interesantes posibilidades, como una salida digital directa (idónea para grabar), una salida de auriculares y una salida de línea con su propio volumen, para poder enviar nuestro audio a mesa al tiempo que usamos el ampli como monitor.

Hughes & Kettner anuncia que el amplificador tiene 4 canales, y es cierto en sentido literal, pero es importante notar que los canales 3 y 4 hacen referencia al loop de efectos estéreo y a la entrada de audio auxiliar, respectivamente. Dos prestaciones especialmente útiles si lo que deseamos es incorporar efectos externos o tocar sobre una pista de acompañamiento pregrabada.

Una salida DI balanceada completa la sección I/O trasera, de la que sólo echamos de menos que haya conexiones separadas para los canales L y R de algunas de las conexiones. Puede que en el loop de efectos no sea tan importante si solo vamos a conectar algún pedal de delay puntual o algún looper pensado para ser reproducido por el altavoz del ampli, pero la salida de línea hubiese estado bien en dos jacks de ¼ separados, o directamente con dos XLR balanceados.

Según la marca, se ha puesto empeño en escoger buenos componentes, incluyendo preamplificadores y conversores de calidad, tratando de lograr que el sonido del previo de nuestra guitarra acústica sea reproducido lo más fielmente posible. Parece que la intención no es tanto que el amplificador modifique el sonido (como sí lo hacen algunos amplis actuales que tienen modos que supuestamente “enfatizan” las cualidades acústicas del sonido), como que nos entregue la señal sin trabas. Ciertamente los primeros instantes escuchando el amplificador fueron muy gratificantes reconociendo en él un tono agradable y sin estridencias. De su respuesta, lo que más nos ha gustado son los graves, que logran esa difícil combinación de fuerza y claridad, que no eclipsa el resto de frecuencias. También es admirable la capacidad del amplificador para entregar brillo y definición de agudos, sin que eso necesariamente venga de la mano de sonidos delgados y excesivamente metálicos. Los audios que os ofrecemos a continuación dan más datos acerca de cómo suena la señal de línea que del sonido del altavoz y el amplificador propiamente dicho, pero pueden servir para hacerse una ligera idea de cómo es la voz de este ampli.

Otro punto que llama la atención desde el primer momento es la dinámica de este amplificador, que realmente ofrece unas variaciones muy destacables. Será muy importante al tocar con él que trabajemos nuestra técnica, ya que en el Era 1 todas las imperfecciones relativas a la intensidad con la que tocamos cada nota será cruelmente expuesta con total sinceridad. Los efectos son útiles y bastante correctos, ninguno de ellos nos ha sorprendido especialmente, pero tampoco nos ha parecido que perjudicasen al sonido principal o que restasen interés, por lo que su uso opcional está más que indicado, más aún cuando tenemos una conexión de footswitch para activarlos y desactivarlos en cualquier momento.

Por curiosear, también conectamos un micro dinámico de voz (SM58) para ver qué ocurriría si quisiésemos, por ejemplo, cantar y tocar a la vez. Dentro de las limitaciones que supone el tener un único combo para reproducirlo todo, el resultado final fue más que aceptable y sí creemos que puede servir perfectamente como monitor personal para actuar en clubes, y poder escuchar nuestro instrumento y nuestra voz con comodidad, mientras el sonido estéreo sale por la PA, preferiblemente tratado por un técnico que lo escuche desde fuera. Si pretendemos usarlo como la única fuente sonora (sin PA), aunque tiene potencia de volumen suficiente para muchas situaciones, quizás ofrecería un área sonora excesivamente centrada en un punto, debido probablemente a su tamaño compacto.

Eso sí, hay que ser conscientes de que es un amplificador que, aunque tenga una colección de efectos y un bloque de ecualización bastante completo, en general, no colorea demasiado, y eso significa que recomendamos combinarlo con guitarras acústicas que, de por sí, ya posean un buen previo, ya que el ampli no maquillará ni esconderá lo que tengamos. Esa combinación aumenta las posibilidades de obtener un sonido claro pero rico al mismo tiempo, y que evite las clásicas tendencias sonoras desagradables de los piezos de gama baja.

A nuestro parecer, un amplificador de acústica que sea nuestro compañero fiel en nuestros conciertos nocturnos en clubes de tamaño pequeño y medio tiene que ser resistente, cómodo de utilizar y transportar, y sobre todo, sonar con definición en medio del jaleo de un bar sonorizado con una PA y monitores viejos y posiblemente no muy buenos. Si cumple esas condiciones, es cuando marca la diferencia entre disfrutar tocando o pasar un mal rato. El Era 1 cumple, a nuestro parecer, sobradamente con estas condiciones básicas.

Además, se ha querido incluir algunas prestaciones más elevadas, como la posibilidad de tener Phantom en los canales 1 y 2, utilizar los efectos incorporados, e incluso obtener una salida óptica para poder grabar lo que estamos tocando. Aunque puedan parecer opciones secundarias, las consideramos un gran acierto para todos aquellos a los que les gusta, día a día, probar otras maneras de mejorar su sonido final probando con diferentes micrófonos, o incluso aprovechar los momentos fugaces de inspiración que se dan durante las sesiones de práctica y poder grabar las ideas que surjan. Sí que hubiésemos preferido, no obstante tener algunas conexiones estéreo con salidas individuales, para podernos adaptar mejor a la mayoría de DI y mesas de mezclas del mercado sin tener que usar adaptadores o cables especiales.

Por desgracia, el precio es algo exclusivo: estamos hablando de 1.169 euros, que puede que eche para atrás a muchos guitarristas, especialmente los que no hagan un actividad profesional continuada. Como hacemos muchas veces, probamos este ampli en la redacción sin mirar el precio a propósito, y por su sonido y su dinámica, ya intuimos que no debía ser barato. Y más aún considerando que la primera guitarra que conectamos era de gama más bien baja y con un previo no muy exquisito (Takamine GF30CE). Por eso, llegamos a la conclusión de que este ampli ha sido concebido con la idea de poder ser un amplificador serio para un guitarrista acústico profesional, o bien para un amante de las guitarras acústicas que desee disfrutar durante muchos años de un ampli que difícilmente necesite sustituir, más tarde, por otro de mayor calidad.

Más información | Hughes & Kettner

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