Review de Yamaha FGX3 Red Label

Hay muchos enfoques diferentes con los que se puede abordar el diseño de una guitarra acústica. Desde siempre, Yamaha ha sido consciente de ello, por lo que ha ofrecido diferentes alternativas que apuntan a tipos de intérprete muy diferentes, desde los que buscan en una acústica un tacto moderno hasta los que quieren tener efectos en su guitarra acústica, o incluso clásica.

El instrumento que hemos analizado en nuestro último vídeo persigue capturar la esencia de las Yamaha FG originales de los 60, e trata del modelo FGX3 NT de la serie Red Label. Es una guitarra con una estética cálida y tradicional, pero que incorpora el previo Atmospheel y el tratamiento A.R.E, que busca envejecer articialmente la madera para variar su carácter tonal.

Como veréis en el vídeo, nos hemos llevado muy buenas impresiones de esta guitarra: no son pocas las guitarras acústicas innovadoras que hemos probado en los últimos meses (Yamaha Transacoustic, Lâg Hyvibe), pero esta ocasión era para disfrutar de una guitarra acústica que no tiene otra misión que ser eso: una guitarra acústica tradicional. Y a la FGX3 NT se le da muy bien: los primeros acordes tocados con fuerza ya revelan un carácter cálido, agradable y con personalidad, de los que grabarías de inmediato para tu próximo tema pop o folk. Los acordes y acompañamientos es donde más luce, y parece que suena mejor cuanta más energía le das al rasgueo, ofreciendo tonos cada vez más ricos y completos.

También el previo es más que correcto: como siempre solemos repetir en estas páginas, no hay demasiados previos en el mercado que logren hacer que dejes de echar de menos el sonido bien microfoneado de una guitarra acústica. Pero asumiendo eso, el previo Atmosfeel es bastante correcto, ofrece doble sistema (piezo y micro interno) que podemos mezclar a nuestro antojo, obteniendo sonidos equilibrados incluso sin ecualizar nada. Una cosa es segura: no hará milagros, pero está lejos de los sonidos de piezo nasales y "plastificados" en que los cerdeos suenan más que la interpretación incluso. Tenemos la sensación de que con un poquito de ecualización y algo de reverb, seréis más que capaces de sacar un sonido de trabajo muy decente en directo.

El tacto es bueno, y aunque no parece una guitarra para técnicas modernas, resulta cómoda en todo momento y el ajuste que traía de fábrica no nos ha causado una gran fatiga aún trabajo cejillas constantemente. Probablemente aún se podría lograr un ajuste más blando, pero el que traía nos parece bastante bien compensado. Nuestros únicos peros con esta guitarra son algunas vibraciones sonoras ocasionales que atribuimos a alguno de los componentes del previo (probablemente algún cable) o a alguna pieza chocando contra la tapa o la caja. No es preocupante, ya que probablemente sea algo de fácil solución (detectar la fuente de la vibración y fijarla), ni tampoco tiene por qué pasar en todas las unidades, pero es algo que convendrá arreglar antes de hacer grabaciones que impliquen un micro.

¿Y el precio? Esta guitarra está alrededor de los mil euros, que puede sonar algo exigente para algunos. Pero lo cierto es que no nos parece un mal precio para esta FGX3: creemos realmente que puede ser un instrumento profesional para aquellos guitarristas cuya especialidad sea la guitarra eléctrica, pero necesitan también una guitarra acústica en su arsenal que no se quede atrás a la hora de entregar un trabajo, ya sea grabado o en directo. La calidad de la señal del previo nos parece suficiente para trabajar, y el carácter grabado de la guitarra también. La estabilidad de la afinación es muy notable, y suena rica y agradable con casi cualquier pieza que hemos intentado tocar con ella. Por ello, y aunque un guitarrista principalmente acústico probablemente buscaría algo de una gama aún más alta, creemos que para muchos guitarristas que trabajan, la FGX3 podría ser una herramienta más que capaz con buen equilibrio entre calidad y precio.

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