Tengo este amplificador desde hace más de 6 años y en este tiempo han entrado y salido otros, pero este ha permanecido y veo prácricamente imposible que alguna vez me deshaga de él. La calidad de su sonido en cualquiera de las emulaciones es sobresaliente; sencillamente la sensación es casi como la de un buen amplificador de válvulas. Una vez que lo tienes configurado en el sonido o sonidos que más te gustan, su uso es inmediato: encender y tocar. De hecho, yo lo tengo encima de una mesa y al lado de una guitarra. Me siento delante, lo enciendo, cojo la guitarra y a disfrutar. He tenido otros amplificadores caseros o de dormitorio y como este, ninguno. Y si lo conectas al ordenador, su magnífico editor (que hay que descargar de la web de Yamaha) hace que no te lo acabes nunca.
