Por lo visto era un regalo de Fito y Fitipaldis.
La verdad es que me dió envidia "sana".
Hace dos días que mi mujer trajo una cacerola nueva preparada para las vitrocerámicas, que amablemente dijo estaba a mi disposición para mi uso y disfrute.
Entonces pensando y pensando he llegado a la conclusión de que:
¡¡Diós le da pañuelo a quien no tiene mocos!!.