Solucionado:
Para hacer el arreglo he contado con la ayuda de mi suegro, que tiene un taladro de mesa, imprescindible para hacer un buen agujero en una madera tan fina como es el mástil de una Ibanez.
Primero ampliamos el agujero original con una broca de 4mm, porque 3 era poco y 5 demasiado. Luego introducimos a presión en el agujero el cilindro de madera.
El agujero que hicimos no quedó perfectamente cilíndrico en la entrada, porque el taladro en cuestión tenía cierta holgura en su montaje y al apoyar la broca sobre la madera se movía alguna décima. Lo cierto es que no era un taladro muy bueno, pero al final resultó suficiente para el arreglo. Para rellenar ese hueco que quedaba en la superficie, debido a la imperfección del agujero en los primeros milímetros, usamos un pegamento epoxi, idóneo para reparar este tipo de problemas en madera.
Al día siguiente, con el pegamento bien seco, nos pusimos a hacer el agujero para el tornillo. No es una buena idea atornillar sin hacer primero un agujero, pues la madera tiende a abrirse al pasar el tornillo y en esa zona del mástil esto puede ser un desastre. Por ello hicimos un nuevo agujero de calibre ligeramente inferior al tornillo y a continuación cruzamos los dedos para que la madera de haya que habíamos usado para la reparación aguantase bien el tornillo.
Todo perfecto, el tornillo entró con mucha precisión y la rosca agarró con fuerza.
Después afinamos tranquilamente y dejamos que el mástil volviese a su curvatura original
(tened en cuenta que en 24 h sin cuerdas el mástil se va a doblar ligeramente hacia atrás por acción del alma. Comprobé esto con una regla de acero, y efectivamente había una curvatura hacia atrás que se podía medir en los primeros trastes, de unas décimas de milímetro. A simple vista no se apreciaba) Afinamos varias veces hasta que el mástil volvió a su sitio, y por fin llegó la hora de probar el trabajo de la cejuela.
Cerramos bien las presillas y nos dispusimos a probar el trémolo. Estiré las cuerdas hasta el tope, y ningún crujido. Un dive bomb hasta que las cuerdas quedaron colgando, y tampoco hubo crujidos. Para asegurarme, me pasé toda la tarde tocando y usando el trémolo al estilo Herman Li, y la cejuela no dio síntomas de flojera. De hecho os escribo hoy domingo, y la reparación ya la acabamos el miércoles, así que llevo todos estos días tocando y no ha fallado para nada. Parece que la reparación ha tenido éxito
En conclusión, si os pasa esto con vuestra locking nut, la reparación con listón cilíndrico de haya funciona bien, y no es excesivamente complicado de hacer si tienes un taladro de mesa. Espero que este post os resulte útil si tenéis el mismo problema. Gracias a Carlos Sanz por su consejo.