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Bea de Beatriz. Fue una chica de la que estuve colgado. Era pelirroja, con pelo largo y rizado, brillante, hermoso. Sus labios rosados y sus ojos verdes, inteligentes y vivos. Tenía una piel de porcelana, blanca como una geisa. Nunca he podido olvidarla y aunque no la volví a ver, ahí va mi solo, para ella.
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Estridente armonioso y genial Don Búho. Se nota que quedaste colgado....
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Amores platónicos de juventud que nos marcan. Eres un tipo interesante Búho.
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#1 Cabronazo, yo también estuve colgado por una pelirroja de ojos verdes y me has recordado aquellos tiempos. Ya estarás pensando, "espero que no sea la misma". No, tranquilo, jejejeje, que aquella chica no se llamaba Bea, ni tampoco era madrileña y además aquel amor platónico no fue durante mi adolescencia; yo ya era cuarentón. Además, yo ya me emparejé con otra mujer, que no es pelirroja, pero me gusta a tope y me hizo olvidarla.
Muy buena interpretación, amigo.
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Búho: gracias por participarnos tu historia.
Yo, con 17 años, tuve también una novia llamada Bea. La moza tenía 19 años, medía 1.88m., enormes ojos azules, melena oscura y lacia, morros carnosos, vistiendo siempre un larguísimo abrigo de piel negra, caminar de modelo con sus taconazos, hombros anchos y rectísimos... Absolutamente impresionante, sin paliativos. Como por aquel entonces yo era un ganso (por decirme algo bonito), y no podía estarme quietecito, tenía al mismo tiempo otras dos novias (una atleta corredora de 1500m y una rubia de ojos verdes, con unas piernas espectaculares), y, pese a ello, no dejaba de buscar una cuarta novia, por si me estaba perdiendo algo sin saberlo...
El caso es que había compuesto una canción muy romántica, titulada "cada vez que te Bea" [lo sé, es un poco forzado, pero seguidamente encontraréis la explicación] que apareció en una maqueta grabada para la Televisión de Galicia, ganadora por cierto del concurso a la mejor maqueta de ese año, y que incluía los siguientes versos:
"Solo soy una niña
con el pelo rubio y los ojos verdes,
solo una niña
y no puedo dejar de quererte".
Como habrá observado el lector atento, eso del "pelo rubio y los ojos verdes" no se corresponde con las características físicas de la tal Bea, lo cual le hizo sospechar (acertadamente) que la canción servía a dos finalidades diferentes: el título se dedicaba a una mujer y el texto a otra. Bea se dirigió a mis amigos y, hábilmente (argumentos materiales no le faltaban) les preguntó quién era la verdadera destinataria de esa canción; ellos respondieron con esa sinceridad que siempre ha caracterizado a los hijoputas de mis amigos: "seguramente se referirá a Marta, una de sus otras novias"... Y justamente así se acabó esta historia de amor ciertamente vivida pero jamás contada...
Búho: gracias por la base, sobre la cual me he permitido hacer un "arreglito" para patentizar que los recuerdos no siempre son como creemos que son, sino que el tiempo los ha moldeado o convertido en algo diferente, adaptado a nuestra "nueva realidad", así que, seguramente, no es inteligente llorar cuando ya todo pasó (esos maullidos de tu guitarra me han dado mucha pena) y ya no volverá (o quizá sí...).
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La mía se cambió el nombre, justo al final. Se puso Adiós. Y me dejó. Antes de eso se llamó Ana, y antes Charo, Lola, ..;
Mismos problemas con distintas sonrisas.
¡Y cómo las echo de menos! (A las jams de este garito).
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