Un momento bochornoso de cuando éramos unos inconscientes.
Si recordais algunas de las fotos que puse en cara de feeling recordaréis también la de mierda que tenían las paredes del local de ensayo.
Era lógico, ensayabamos en un cuartito de una granja de pollos.
El grupo se llamaba "t'espero detrás del gallinero" o "t'espero detrás del tendedero" También recordareis una sarta de calcetines que colgaban de un cordel justo en mitad del local.
Pues bien, justo dos semanas antes de nuestra primera actuación seria perdimos al vocalista porque se incorporó obligatoriamente al servicio militar escoltado por la guardia civil.
No obstante ¿rompimos el contrato? noooooooooooo.
Nos presentamos en la verbena de un pueblecito (una aldeucha) con nuestro vocalista de repuesto. un hijo del dueno de la granja que, por ser de la casa, habia asistido a todos nuestros ensayos y se conocía las canciones, eso sí, no las habia cantado ni una sola vez.
Os imaginais un pueblo de 700 u 800 habitantes donde 45 minutos antes de la tocata empezaron los viejos a sacar sillas de sus casa y a sentarse delante de la tarima de dos palmos de altura que servia de escenario. En la prueba del equipo ya habia allí almenos 400 de los 800 habitantes, los mas mayores. Pero, estaban casi todos menos el vocalista. El vocalista estaba con el alcalde en un chiringuito de feria bebiendo de gorra (gratis) y borracho perdido ensalzaba las cualidades del grupo en un tono entre orgullo y disculpas por lo que se avecinaba.
Salimos a tocar. La primera instrumental. El vocalista arengaba a las masas sesenta o setentaneras con delantal y caballeros con boina (de las del sur de españa). El alcalde de pié (el único que permanecía en esta postura) justo al lado del escenario me tiraba del pantalón y me decia: "el chiqui no está en condiciones pa cantá. Mejó que le apagueis el aparato y que cante cualquiera de vosotros".
"El chiqui", que así se llamaba el vocalista accidental, tenia un pedo muy considerable (cogorza descomunal, borrachera antológica) además no sabía cantar ni habia ecualizado su micro, aunque eso poco importaba.
Aún recuerdo la canción "peligrosa maria" de los suaves. El chiqui se desgañitaba mientras "paquito micro" en la mesa de voces hacía lo que podia para que no se oyera tanto. Las corcheas y semicorcheas bullían de su garganta huyendo tras la armonía perdida entre acoples y subsónicos. Tales eran los berridos de aquél energúmeno que eran dignos de ser recogidos en el libro recodr's guinness por ser el primer cantante que no afina una sola nota en una canción completa.
La canción acaba en plan apoteósis, reasgueos de guitarra y redobles de tambores para terminar en un unísono "chimpúm".
El silencio de la plaza y la quietud de los espectadores hicieron que se me secara aún más la boca. Temía no solo por la integridad de los componentes del grupo, sino que sospechaba que tras la calma aparente se escondía quizás una catastrofe de dimensiones megalíticas. ¿Puede una sola canción acabar con la vida de 800 espectadores? tal era la quietud que creedme si os digo que la idea de que todos estaban muertos pasó un segundo por mi mente. El público se había convertido en estatuas de sal como aquellos que desoyeron los consejos de los ángeles y cuando abandonaban la ciudad de Gomorra no pudieron resistir la tentación de echar un último vistazo.
Un señor en la tercera fila mantenía su boina agarrada con las dos manos ante su pecho, los dedos blancos, crispados, la boca entre abierta y no dejaba de mirar fijamente al pobre vocalista. Su mano derecha dejó de ejercer su tenaza y se distendió. Supimos que estaban vivos porque soltó de la boina una mano, secó el sudor de su frente con el antebrazo peludo y se encasquetó ese gorro típico que en éstas latitudes se usa porque es "funda" mental.
Tan mal había sonado que Chiqui se sintió obligado a pedir perdón, y mas le valía haberse quedado callado, pero un segundo más en silencio y quizás los habitantes de la aldeucha no habrían salido jamás de ese coma inducido.
Nuestro vocalista se disculpaba entre escusas vanas. Todo tenía la culpa menos él. El equipo no sonaba, los monitores no estaban bien orientados y la acústica de la plaza no era adecuada... Recuerdo casi con exactitud sus palabras pero os ahorraré el bochorno, tan solo deciros que en un momento concluyó su disertación con un:
"...total, que por eso ha sonado todo hecho una mierda"
En ese momento, el alcalde que se había mantenido de pié junto al escenario todo el rato, me volvió a tirar del pantalón y me dijo:
"¿Una mierda? ¿UNA MIERDA? ESO HA ESTAO UN METRO MÁS P'ALLÁ DEL MONTÓN DE MIERDA"
La actuación terminó tras las tres canciones instrumentales que teníamos en el repertorio y concluímos que cómo mínimo tendríamos que buscar otro vocalista y cambiarle el nombre al grupo. Como daba la casualidad que el cuartito de la granja donde ensayabamos estaba situado justo en "ese sitio" ¿sabeis como bautizamos al grupo? Como es evidente, pasó a llamarse:
"UN METRO MAS P'ALLÁ DEL MONTÓN DE MIERDA"
...y desde entonces se sucedieron los éxitos, y el grupo triunfó en unas giras por todos los continentes (Grandes Hipermercados ahora llamados Carrefour) donde el grupo pagaba las cervezas y el manager ponía los bocadillos.