¿Y si hacemos nuestra propia Coca-Cola”, pensaron Kate Rich y Kayle Brandon, dos chicas que administran el bar de un cine cultural en Bristol, Inglaterra, y que rechazaban vender Coca-Cola porque están en contra de las prácticas económicas y ambientales de la empresa que produce la bebida más popular del mundo. Pues bien, lo lograron. Experimentaron varios meses, hasta que un día pudieron gritar: ¡Eureka! Ahora hasta venden un kit para que cualquiera pueda poner manos a la obra y gambetear al gigante de las gaseosas.
“No fue fácil. Ahora la fórmula se publica en internet (http://sparror.cubecinema.com/cube/cola/new_recipe.html) pero cuando nosotras la buscamos, no estaba en ningún lado, hasta que la encontramos”.
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