La construcción artesanal de guitarras se ha desarrollado a un nivel extraordinario. Cada vez hay más constructores de guitarras que ofrecen productos innovadores y de gran calidad.
En mi experiencia con las guitarras, como guitarrero y también como guitarrista, puedo decir que tocar una guitarra de calidad es algo emocionante.
Durante muchos años, toqué guitarras de gama media que intenté adaptar para que fueran cómodas. Y claro, se puede hacer mucha música con guitarras de este nivel. Pero cuando tuve la oportunidad de probar guitarras de gama alta, realmente empecé a enamorarme de este instrumento y a disfrutar de matices que no conocía hasta ese momento.
El tiempo que uno puede pasar tocando cuando la guitarra es cómoda y cuando el sonido es rico y equilibrado es mucho. Uno puede pasarse horas haciendo música sin darse cuenta, encantado con la música que sale de esa pequeña caja de madera.
Cuando llegué a España, comencé a estudiar música y también la construcción de la guitarra española. Con la primera guitarra que hice (que no fue la más hermosa), me di cuenta de que tocar con guitarras de madera maciza, seca y de calidad era algo muy diferente.
Claro que no tengo nada en contra de las guitarras de fábrica. Mucha gente no habría podido aprender a tocar la guitarra si estas solo se fabricaran a mano. Me parece excelente que existan guitarras de serie, que permiten un bajo coste y hacen que cualquiera que lo desee pueda tener una.
Sin embargo, la experiencia con una guitarra de calidad hecha a mano es muy enriquecedora.
Desde mi experiencia como guitarrista y guitarrero, creo que se puede hacer una guitarra artesanal de calidad pero simple. Una guitarra que no requiera tantas horas de trabajo y, por lo tanto, que no tenga un coste tan elevado.
Hay accesorios que llevan tanto tiempo de construcción que elevan mucho el coste de la guitarra. Por ejemplo, las decoraciones en chapas de madera personalizadas requieren mucho trabajo. Los barnices también pueden llevar más tiempo que la propia construcción de la guitarra, especialmente cuando se busca un acabado tipo espejo, con poros cerrados y muchas capas para lograr un brillo intenso. Esto puede tomar meses.
A todos nos gustan ese tipo de guitarras, pero es cierto que un acabado satinado o mate, quizás con aceite u otros productos, es más simple y la experiencia sonora y de ejecución del instrumento puede ser la misma. Se podría hacer una prueba con los ojos cerrados y nadie notaría la diferencia. Este tipo de acabados brillantes y tipo espejo están pensados para dar un aspecto de lujo al instrumento.
Pero no es necesario para conseguir un instrumento artesanal de calidad.
Por eso, me gusta ofrecer un tipo de guitarra con un diseño minimalista y elegante que reduce el tiempo de trabajo y, en consecuencia, el coste, sin sacrificar la calidad del instrumento. Usando productos y maderas de calidad y realizando un trabajo muy cuidadoso, se pueden lograr grandes resultados.
Menos es más. Una guitarra con un acabado en aceite es tan sedosa y cómoda que uno no quiere soltarla. Uno deja de preocuparse por las marcas en la madera porque simplemente no se reflejan ni se ven. Por otro lado, las guitarras con acabado espejo me parecen hermosas, pero no me transmiten esa sensación. Con estas guitarras, estoy siempre pendiente de no dañarlas, intentando mantener su brillo para que no parezcan sucias. Esto, creo, resta más que suma. Les da un sentido de fragilidad, como si fueran reliquias.
Me gustaría terminar este artículo citando al gran maestro Ken Parker respecto a este tema. De hecho, aprendí de él todo esto. En su web explica el acabado que aplica a sus magníficas guitarras Archtop. Puedes consultarlo aquí:
[https://kenparkerarchtops.com/etude-applying-finish](https://kenparkerarchtops.com/etude-applying-finish)
Emmanuel Carlucci
En mi experiencia con las guitarras, como guitarrero y también como guitarrista, puedo decir que tocar una guitarra de calidad es algo emocionante.
Durante muchos años, toqué guitarras de gama media que intenté adaptar para que fueran cómodas. Y claro, se puede hacer mucha música con guitarras de este nivel. Pero cuando tuve la oportunidad de probar guitarras de gama alta, realmente empecé a enamorarme de este instrumento y a disfrutar de matices que no conocía hasta ese momento.
El tiempo que uno puede pasar tocando cuando la guitarra es cómoda y cuando el sonido es rico y equilibrado es mucho. Uno puede pasarse horas haciendo música sin darse cuenta, encantado con la música que sale de esa pequeña caja de madera.
Cuando llegué a España, comencé a estudiar música y también la construcción de la guitarra española. Con la primera guitarra que hice (que no fue la más hermosa), me di cuenta de que tocar con guitarras de madera maciza, seca y de calidad era algo muy diferente.
Claro que no tengo nada en contra de las guitarras de fábrica. Mucha gente no habría podido aprender a tocar la guitarra si estas solo se fabricaran a mano. Me parece excelente que existan guitarras de serie, que permiten un bajo coste y hacen que cualquiera que lo desee pueda tener una.
Sin embargo, la experiencia con una guitarra de calidad hecha a mano es muy enriquecedora.
Desde mi experiencia como guitarrista y guitarrero, creo que se puede hacer una guitarra artesanal de calidad pero simple. Una guitarra que no requiera tantas horas de trabajo y, por lo tanto, que no tenga un coste tan elevado.
Hay accesorios que llevan tanto tiempo de construcción que elevan mucho el coste de la guitarra. Por ejemplo, las decoraciones en chapas de madera personalizadas requieren mucho trabajo. Los barnices también pueden llevar más tiempo que la propia construcción de la guitarra, especialmente cuando se busca un acabado tipo espejo, con poros cerrados y muchas capas para lograr un brillo intenso. Esto puede tomar meses.
A todos nos gustan ese tipo de guitarras, pero es cierto que un acabado satinado o mate, quizás con aceite u otros productos, es más simple y la experiencia sonora y de ejecución del instrumento puede ser la misma. Se podría hacer una prueba con los ojos cerrados y nadie notaría la diferencia. Este tipo de acabados brillantes y tipo espejo están pensados para dar un aspecto de lujo al instrumento.
Pero no es necesario para conseguir un instrumento artesanal de calidad.
Por eso, me gusta ofrecer un tipo de guitarra con un diseño minimalista y elegante que reduce el tiempo de trabajo y, en consecuencia, el coste, sin sacrificar la calidad del instrumento. Usando productos y maderas de calidad y realizando un trabajo muy cuidadoso, se pueden lograr grandes resultados.
Menos es más. Una guitarra con un acabado en aceite es tan sedosa y cómoda que uno no quiere soltarla. Uno deja de preocuparse por las marcas en la madera porque simplemente no se reflejan ni se ven. Por otro lado, las guitarras con acabado espejo me parecen hermosas, pero no me transmiten esa sensación. Con estas guitarras, estoy siempre pendiente de no dañarlas, intentando mantener su brillo para que no parezcan sucias. Esto, creo, resta más que suma. Les da un sentido de fragilidad, como si fueran reliquias.
Me gustaría terminar este artículo citando al gran maestro Ken Parker respecto a este tema. De hecho, aprendí de él todo esto. En su web explica el acabado que aplica a sus magníficas guitarras Archtop. Puedes consultarlo aquí:
[https://kenparkerarchtops.com/etude-applying-finish](https://kenparkerarchtops.com/etude-applying-finish)
Emmanuel Carlucci