Será que no veo nunca la televisión excepto cuando las reuniones familiares lo exigen, o quizás será que soy demasiado reservado y ni siquiera las personas más allegadas a mí conocen lo que me importa y lo que no de verdad, pero el caso es que hace más de un mes y medio que murió el director de cine sueco Ingmar Bergman y ni siquiera me he enterado hasta hace pocos días. Me parece increíble que, a pesar de todo, me haya enterado de la muerte de Puerta, Pavarotti, Umbral, Colin Mcrae etc... y no de la de este genio con todas las letras. Aún siendo ya tan tarde (murió el 30 de Julio) no quiero dejar pasar la oportunidad de rendirle desde aquí homenaje a alguien, que como en la vida, pasó desapercibido en su muerte. Sé que aquí lo que nos une es la guitarra y la música, y que hay pocos cinéfilos desperdigados por el foro (y menos aún que vean cosas tan difíciles como Bergman) pero lo suyo es que al menos deje constancia de su marcha aunque sólo sea para tranquilizar mi conciencia y dedicarle unas líneas que sin duda merece.
No me canso de repetirlo, se ha ido un genio fuera de lo común, una de esas personalidades que se da un única vez en varias generaciones; se ido un cineasta, pero también se ha ido un filósofo, un psicólogo, una mente privilegiada con una sensibilidad y una capacidad de observación excepcionales, un pensador desgarrado por la existencia, obsesionado por las relaciones personales, por la ausencia de Dios, por la tragedia de la vida, se ha ido un artista como jamás he contemplado en toda mi vida; si los últimos 100 años han dejado algo que mereciese la pena, ése ha sido Bergman. Por mucho que me guste la música, así como otras artes, es muy posible que este director sea la personalidad más grande con las que he tenido el placer de compartir un pedacito de tiempo en la tierra. Por ello, mi más sentido adiós queda aquí para Ingmar Bergman, alguien cuya reflexión sobre la muerte ha ido más allá de donde cualquiera podría haber soñado y que sin embargo ha sucumbido a ella como cualquier otro, como sucumbiremos todos. Nunca conocí personalmente a Bergman, (ni él a mí, obviamente) y sin embargo me conocía mejor que nadie, y yo a él, es ése tipo de conexión que sólo aquel que conoce todos los recovecos del alma humana puede conseguir, algo que sólo el genio verdadero puede alcanzar y que hará que su nombre quede estampado al lado de los Mozart, Bethoven, Van Gogh, Leonardo, Shakespeare, Nietzsche, Schopenhauer, etc... La posteridad le aguarda, y aunque nunca le ha servido de nada a ninguno de los genios muertos ser recordados eternamente, sí nos sirve a nosotros y les servirá a los que vendrán detrás para recordar lo que son, para contemplar la belleza más profunda en el arte, y, sobre todo, para saber que no están solos al fin y al cabo; ya que allí donde ha llegado cualquier pensamiento, allí donde ha surgido cualquier sentimiento, es donde reside la grandeza del genio, que ha morado previamente en él y nos ilumina con su clarividencia para poder seguir hacia delante.
Por todo esto te digo adiós Ingmar, adiós, pero sobre todo gracias.
-> http://www.elpais.com/articulo/cultura/Fallece/89/anos/director/cine/Ingmar/Bergman/elpepucul/20070730elpepucul_1/Tes
-> http://www.filmaffinity.com/es/search.php?stype=director&stext=Ingmar+Bergman
No me canso de repetirlo, se ha ido un genio fuera de lo común, una de esas personalidades que se da un única vez en varias generaciones; se ido un cineasta, pero también se ha ido un filósofo, un psicólogo, una mente privilegiada con una sensibilidad y una capacidad de observación excepcionales, un pensador desgarrado por la existencia, obsesionado por las relaciones personales, por la ausencia de Dios, por la tragedia de la vida, se ha ido un artista como jamás he contemplado en toda mi vida; si los últimos 100 años han dejado algo que mereciese la pena, ése ha sido Bergman. Por mucho que me guste la música, así como otras artes, es muy posible que este director sea la personalidad más grande con las que he tenido el placer de compartir un pedacito de tiempo en la tierra. Por ello, mi más sentido adiós queda aquí para Ingmar Bergman, alguien cuya reflexión sobre la muerte ha ido más allá de donde cualquiera podría haber soñado y que sin embargo ha sucumbido a ella como cualquier otro, como sucumbiremos todos. Nunca conocí personalmente a Bergman, (ni él a mí, obviamente) y sin embargo me conocía mejor que nadie, y yo a él, es ése tipo de conexión que sólo aquel que conoce todos los recovecos del alma humana puede conseguir, algo que sólo el genio verdadero puede alcanzar y que hará que su nombre quede estampado al lado de los Mozart, Bethoven, Van Gogh, Leonardo, Shakespeare, Nietzsche, Schopenhauer, etc... La posteridad le aguarda, y aunque nunca le ha servido de nada a ninguno de los genios muertos ser recordados eternamente, sí nos sirve a nosotros y les servirá a los que vendrán detrás para recordar lo que son, para contemplar la belleza más profunda en el arte, y, sobre todo, para saber que no están solos al fin y al cabo; ya que allí donde ha llegado cualquier pensamiento, allí donde ha surgido cualquier sentimiento, es donde reside la grandeza del genio, que ha morado previamente en él y nos ilumina con su clarividencia para poder seguir hacia delante.
Por todo esto te digo adiós Ingmar, adiós, pero sobre todo gracias.
-> http://www.elpais.com/articulo/cultura/Fallece/89/anos/director/cine/Ingmar/Bergman/elpepucul/20070730elpepucul_1/Tes
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