Circe fue abandonada con unos 6 meses de edad (puede que algo menos) en un pueblo de la zona limítrofe de Zamora y Salamanca (de curioso nombre, El ajo).
Durante dos semanas, este cachorro con mezcla, casi seguro, de un perro de caza, vago por el pueblo, tumbándose en las alfombras de las casas y tratando de recibir cariño.
Algunos habitantes de "El ajo" le dieron agua y comida, mientras que otros solo le daban patadas...
Circe dormía junto a las puertas y cuando los habitantes del pueblo salían a la calle, les seguía pidiendo cariño (es algo inherente a esta perra que se granjea la amistad de todo el que la conoce).
Pero había un problema. La perra era coja y nadie parecía quererla. Los niños se burlaban de un indefenso cachorro tirándole piedras a pesar de que ella se acercaba moviendo la cola, la cabeza gacha y los ojos tristes.
Un día, en las fiestas de verano, mi orquesta fue a este pueblo a tocar, y nos llamó la atención el carácter hogareño de este cachorro, que se acercaba a nosotros coleando y se tumbaba a nuestros pies.
Admito que en ningún momento pensé en llevármela... O tal vez si... Tal vez solo necesitaba que alguien me dijese que mi padre mentía cuando decía que no quería más perros, porque el dolor por la muerte de Thor, nuestro pastor alemán, aún nos embargaba.
Empezamos a hablar de llevárnosla, casi como si fuera un pensamiento banal, un mero sueño.
La noche fue pasando y, en los descansos de la actuación, Circe permanecía tumbada a nuestros pies, con la mirada desvalida, pero suspirando reconfortada ante la mínima caricia.
Se acercó a los chicos del pueblo y uno de ellos le tiró una botella de crista; no pude aguantar más.
Me dirigí a él y, sin pensar demasiado en lo que hacía, le dije que si volvía a tocar a la perra le saltaría los dientes. Lo habría hecho sin dudar, el ataque a un animal es algo que no soporto.
Si bien algunos "mozos" del pueblo vinieron rápido a amenazar, creo que ciertas promesas que proferí (puedo ser muy persuasivo, y si bien suelo ser civilizado, cuando cruzo un límite ya no existen más) les asustó lo suficiente como para irse.
Aunque repetí una vez más a mis compañeros que yo no podría hacerme cargo de la perra, sabía que era mentira.
Al finalizar la actuación busqué al animal con la mirada; parecía haberse marchado, lo que me entristeció. Pero cuando íbamos a marcharnos apareció.
La agarré en brazos (lo que la asustó un poco, tras tanto maltrato sufrido por la gente...) y la metí en la furgoneta. Mi antiguo "jefe" (por darle una denominación que jamás le di mientras trabajé para él ) me dijo que la llevara delante con nosotros, no con los trastos, mostrando un rostro humanitario que agradecí.
Expliqué que debía consultarlo con mi padre y la cantante se la llevó a casa donde estuvo hasta la siguiente actuación.
Última sorpresa;
La perra no estaba coja
La veterinaria explicó que tenía una herida abierta en la pata en la que se le habían introducido una cantidad anormal de piedras; según ella, en poco tiempo, de seguir abandonada, se le habría infectado y habría muerto.
Por lo tanto, final feliz. Os dejo unas fotos, quería compartir esta historia.
[ Imagen no disponible ]
[ Imagen no disponible ]
[ Imagen no disponible ]
Durante dos semanas, este cachorro con mezcla, casi seguro, de un perro de caza, vago por el pueblo, tumbándose en las alfombras de las casas y tratando de recibir cariño.
Algunos habitantes de "El ajo" le dieron agua y comida, mientras que otros solo le daban patadas...
Circe dormía junto a las puertas y cuando los habitantes del pueblo salían a la calle, les seguía pidiendo cariño (es algo inherente a esta perra que se granjea la amistad de todo el que la conoce).
Pero había un problema. La perra era coja y nadie parecía quererla. Los niños se burlaban de un indefenso cachorro tirándole piedras a pesar de que ella se acercaba moviendo la cola, la cabeza gacha y los ojos tristes.
Un día, en las fiestas de verano, mi orquesta fue a este pueblo a tocar, y nos llamó la atención el carácter hogareño de este cachorro, que se acercaba a nosotros coleando y se tumbaba a nuestros pies.
Admito que en ningún momento pensé en llevármela... O tal vez si... Tal vez solo necesitaba que alguien me dijese que mi padre mentía cuando decía que no quería más perros, porque el dolor por la muerte de Thor, nuestro pastor alemán, aún nos embargaba.
Empezamos a hablar de llevárnosla, casi como si fuera un pensamiento banal, un mero sueño.
La noche fue pasando y, en los descansos de la actuación, Circe permanecía tumbada a nuestros pies, con la mirada desvalida, pero suspirando reconfortada ante la mínima caricia.
Se acercó a los chicos del pueblo y uno de ellos le tiró una botella de crista; no pude aguantar más.
Me dirigí a él y, sin pensar demasiado en lo que hacía, le dije que si volvía a tocar a la perra le saltaría los dientes. Lo habría hecho sin dudar, el ataque a un animal es algo que no soporto.
Si bien algunos "mozos" del pueblo vinieron rápido a amenazar, creo que ciertas promesas que proferí (puedo ser muy persuasivo, y si bien suelo ser civilizado, cuando cruzo un límite ya no existen más) les asustó lo suficiente como para irse.
Aunque repetí una vez más a mis compañeros que yo no podría hacerme cargo de la perra, sabía que era mentira.
Al finalizar la actuación busqué al animal con la mirada; parecía haberse marchado, lo que me entristeció. Pero cuando íbamos a marcharnos apareció.
La agarré en brazos (lo que la asustó un poco, tras tanto maltrato sufrido por la gente...) y la metí en la furgoneta. Mi antiguo "jefe" (por darle una denominación que jamás le di mientras trabajé para él ) me dijo que la llevara delante con nosotros, no con los trastos, mostrando un rostro humanitario que agradecí.
Expliqué que debía consultarlo con mi padre y la cantante se la llevó a casa donde estuvo hasta la siguiente actuación.
Última sorpresa;
La perra no estaba coja
La veterinaria explicó que tenía una herida abierta en la pata en la que se le habían introducido una cantidad anormal de piedras; según ella, en poco tiempo, de seguir abandonada, se le habría infectado y habría muerto.
Por lo tanto, final feliz. Os dejo unas fotos, quería compartir esta historia.
[ Imagen no disponible ]
[ Imagen no disponible ]
[ Imagen no disponible ]