Juanjo Llorente, Damaluthier. Se desconoce si fue él quien eligió la
ubicación o fue ésta quien le atrajo a él. Lo cierto es que es el lugar
perfecto para que este luthier, hecho a sí mismo, moldee, cual ingenioso
hidalgo, sus sueños en forma de instrumento de cuerda. Juanjo
Llorente ha conseguido que El Romeral se convierta en un lugar de
peregrinación para músicos. Su taller tiene algo de litúrgico, mágico
para todos aquellos que amamos la música. En él se amontonan cientos
de piezas de madera esperando alcanzar el punto perfecto de secado.
Otras comienzan a tomar forma de mástiles, cuerpos… Y, al final,
como si de un museo se tratara, todo tipo de instrumentos -guitarras,
bajos, violines- muestran orgullosos su belleza.