Coincido con Tokai en que los acabados son muy mejorables. En mi caso la cejuela venía mal y el traste cero estaba un poco marcado, con lo que se oía un clang asqueroso en los bendings en la tercera cuerda. Gracias al buen trabajo de un luthier la cosa quedó en nada, pero de nueva la guitarra no venía bien.
En lo referente al tacto me costó mucho hacerme a ella. Nunca me pude hacer del todo a mi Les Paul y por eso seguí usando la Yamaha como guitarra principal. El mástil de la Red Special es más parecido al de la Les Paul que al de la Yamaha. Después de mucho insistir conseguí hacerme a su tacto y eso me ha servido para empezar a disfrutar de paso la Les Paul.
En cuanto al sonido no creo que haya otra guitarra igual. Que tenga el mástil encolado, que sea semisólida, la electrónica, las pastillas y el propio diseño de la guitarra la hacen especial. Sus sonidos pueden ser tan gruesos como los de una LP y sé de lo que hablo porque tengo ambas. También pueden ser afilados o acampanados, es muy versátil. Tanto con treble booster y un Vox como con un Tubescreamer y un Marshall se sacan sonidos perfectos para rock. Creo que es una guitarra que lógicamente está identificada con el sonido de Queen pero esto a su vez no le hace justicia, ya que da para mucho más y en manos de un guitarrista que no estuviera interesado en sacar los sonidos de Queen sería un gran instrumento por derecho propio.
Pero lo mejor es que esta guitarra y un treble booster suenan solos. En mi grupo soy el único guitarrista y la Red Special llena muchísimo más que la Yamaha (que calza dos Seymour Duncan P-Rails), tanto en sonoridad como en frecuencias. Cuando pones un acorde lo notas lleno y con sustain pero si alternas con algún fraseo suena limpio y definido aunque tengas el ampli saturando. Es como si no hubiera partes rítmicas y solistas, todo sale muy natural. He comprobado que con la Les Paul también se consigue algo parecido pero con matices más agresivos, con un sonido no tan lleno. Todo esto influye en la manera de tocar, por lo menos en mi caso. Cuando le pillas el punto es como si tocaras lo que tocaras fuera a encajar en la canción. Y de lo que más me gusta es el vibrato Wilkinson y el clavijero. Puedes hacer dive bombs, trémolo, dar expresividad... Y además aguanta la afinación una barbaridad, hay que ser muy salvaje para que desafine. Acostumbrado a lo que gastan las Strato y similares esto es un cambio de la noche al día. ¡Y sin perder tono!
Pues eso, que muy versátil, que podía haber venido mejor acabada y que en general estoy encantado con ella.