Yo también soy de Córdoba (suscribo lo dicho por mi paisano y compañero de profesión) y vivo aquí desde hace nueve años, tras pasar otros nueve en Madrid.
Veo que en ambas ciudades, a pesar de las diferencias demográficas, hay parecidos en lo bueno y en lo malo. El sevillano es un poco cerrado, la verdad. Muchos solo salen de la ciudad para ir a las costas de Huelva y Cádiz y no le duelen prendas para seguir afirmando que su ciudad "es la mejor".
Pero sí veo esa querencia por "ser normal", casi idéntica en ambas ciudades (lo hago por contextualizar en Andalucía) y quizá acrecentada aquí por una idealización del "señorito". Ayer mismo, por un compromiso "laboral", estuve en la zona de copas del paseo de Colón y veía a todo el mundo igual, bebiendo lo mismo, en los veladores de "pubs" que son idénticos entre sí... El ideal de diversión es gintonics-en-copa-de-balón+rumba-pija-en-vivo.
Y yo creo que esta modelización, esto de tener tan idealizado los usos y costumbres del señorito andaluz, viene del hecho de que Andalucía es REALMENTE POBRE y tenemos esa imagen como el objetivo a alcanzar. Un tío como yo, con 46 años, que va a trabajar por las mañanas honradamente en un VW polo con Motorhead en el CD, no es el modelo a seguir (para mis hijos, espero que sí); el objetivo es tener un audi Q7, caseta en la feria y apartamento en Costa Ballena. Escuchar a Opeth me ha convertido, por ejemplo, a los ojos de los padres de los compañeros de mis hijos en un extravagante, aún a pesar de que tengo más libros o más piezas de música clásica que todos ellos juntos y me puedo comunicar en tres idiomas.
Efectivamente, aquí todo el mundo quiere pasar por el aro. Lo han logrado.
Saludos a todos y perdón por el ladrillo.