Gonorreo: preciosa improvisación, con esa altura de miras que caracteriza a los guitarristas que saben dónde se encuentran en cada momento, y que se patentiza en la diversidad melódica de las frases, en la variación rítmica en la pronunciación de esas frases, en la diversidad de técnicas utilizadas, en la oscilación de intensidades (generalmente de menos a más, o en forma cíclica -de menos a más acabando abajo nuevamente, cuando la duración del solo lo permite-), en la matización de determinadas notas dentro de cada frase (ya sea por razón de la propia nota o por el momento rítmico en que se produce), y, en definitiva, en todo lo que sirve para construir una improvisación bien concebida, al menos tal y como yo comprendo la improvisación en guitarra eléctrica.
En realidad, estamos tratando de manipular el proceso de atención del oyente para que permanezca atento y apegado a nosotros, y todo lo que es plano, reiterativo, incoloro, insulso y no presenta sorpresa alguna en ningún momento, invita a la desconexión del escuchante y, por consiguiente, ese "tocar un solo" se convierte en "tocar solo" sin que nadie pueda permanecer atento. Quien tiene experiencia en tocar en lugares pequeños, conoce perfectamente la sensación que se experimenta cuando repentinamente toda la gente comienza a hablar, suenan los vasos de cristal, se mueven los culos en las sillas, se oyen carcajadas sabiendo que no molestarán a nadie porque ya nadie escucha, etc., etc., síntomas todos ellos de desconexión con la música, que es lo peor que puede suceder a un músico.
Vamos, que me ha gustado mucho lo que has hecho, y que me gusta cómo tocas la guitarra. Bravo...!!!