Estoy convencido que hay muchos más músicos de sofá en este mundo, entre los cuales me incluyo muy orgullosamente, ya que me espiritualizo escuchándome a mi mismo, y no habiendo pisado nunca un escenario más que en pequeñas reuniones sociales, donde, sin pretensión de amenizar o de canibalizar la atención, alcanzo un éxtasis personal, hasta cuando la reunión es solitaria.
Por ello me parece magnífico compartir experiencias con gente tan diversa que visita este portal de sabiduría.
Larga vida a la guitarra,
ya sea de pie o sentado,
ya sea colectivo o en soledad.
Gracias por escuchar mi canto.