Candy es mi pelirroja bonita, y no la encuentro.
Soy Candy...
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Menuda obsesión tienes con las pelirrojas. Tendría que presentarte a una que me gustó hace tiempo y a quien no pude conseguir, a ver si se cumple tu sueño. Pero claro, tú vives en Madrid, te pilla muy lejos.
Yo también tenía obsesión con las pelirrojas, hasta que acabé con una morena y se me quitaron las manías. Las obsesiones no son buenas, amigo. Además que vives en un país poco o nada adecuado para conseguir una pelirroja, ya que la probabilidad es de una entre mil. Ve pensando en hacer las maletas a Irlanda y países cercanos para ello, si es que de verdad tu amada tiene que ser pelirroja por narices.
Yo también tenía obsesión con las pelirrojas, hasta que acabé con una morena y se me quitaron las manías. Las obsesiones no son buenas, amigo. Además que vives en un país poco o nada adecuado para conseguir una pelirroja, ya que la probabilidad es de una entre mil. Ve pensando en hacer las maletas a Irlanda y países cercanos para ello, si es que de verdad tu amada tiene que ser pelirroja por narices.
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Búho escribió:fjbull escribió:
Las obsesiones no son buenas, amigo.
Perdón, no lo he terminado:
fjbull escribió:Las obsesiones no son buenas, amigo
No, no, no es obsesión por las pelirrojas, es por una chica en concreto que era pelirroja. Simplemente la recuerdo y sí con pasión, no obsesión.
Son los recuerdos más bonitos de mi vida. Me proporcionan momentos de dulzura y momentos de furia, cuando levanto mi música.
La obsesión, es el estado de la persona que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella.
Las obsesiones no son buenas dices: ¡Ludwig van Beethoven, Igor Stravinsky, Da Vinci, Tesla, Friedrich Nietzsche, Dickens, trabajaban con obsesión!. ¡Incluso el mismísimo BACH, siempre dijo que él, componía para Dios! El resultado fue una música que al escucharla, parece estar hecha para Dios.
¡Bendita obsesión la de estos maestros y hombres, que tanto bien nos dejaron!
Búho escribió:No, no, no es obsesión por las pelirrojas, es por una chica en concreto que era pelirroja. Simplemente la recuerdo y sí con pasión, no obsesión.
Son los recuerdos más bonitos de mi vida. Me proporcionan momentos de dulzura y momentos de furia, cuando levanto mi música.
Para todo siempre hay una solución. Primero hay que encontrar otra chica que sea capaz de proporcionarte los nuevos recuerdos más bonitos de tu vida, nuevos momentos de dulzura y nuevos momentos de furia; Eso no es tan difícil.
Segundo paso:
Le regalas esto:
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Starivok escribió:wow! introduje la paradoja en el buscador y me cerraron la cuenta de google:
Joder tío qué mal rollo.... No me lo creo, no es posible... JAJAJAJAJA.
Mira, ya te he dicho lo que más me gusta es la Belleza. Ella era más que eso.
Ahora como músico, imagínatela en esta música.
Así era ella.
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Lo escuchábamos juntos. Y lo interpretábamos juntos Casi siempre música Barroca, porque ella leía música a toda hostia. jaja.
Voy a escribir los versos de la obra, que son enormes.:
No hay que decir el primor
ni con el valor que sale,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire.
Es tan bizarra y presumida,
tan valiente y arrogante
que ha jurado que ella sola
ha de vencer al dios Marte,
que ha jurado que ella sola
ha de vencer al dios Marte.
Si sabe que la festejan,
las florecillas y aves,
juzgará que son temores
lo que hacéis por agradables,
juzgará que son temores
lo que hacéis por agradables.
Muera con la confusión
de su arrogancia, pues trae,
por blasón de la victoria,
¡rayos con que ha de abrasarse!
¡rayos con que ha de abrasarse!
No hay que decir el primor
ni con el valor que sale,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire.
Voy a escribir los versos de la obra, que son enormes.:
No hay que decir el primor
ni con el valor que sale,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire.
Es tan bizarra y presumida,
tan valiente y arrogante
que ha jurado que ella sola
ha de vencer al dios Marte,
que ha jurado que ella sola
ha de vencer al dios Marte.
Si sabe que la festejan,
las florecillas y aves,
juzgará que son temores
lo que hacéis por agradables,
juzgará que son temores
lo que hacéis por agradables.
Muera con la confusión
de su arrogancia, pues trae,
por blasón de la victoria,
¡rayos con que ha de abrasarse!
¡rayos con que ha de abrasarse!
No hay que decir el primor
ni con el valor que sale,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire,
que yo sé que es la zagala
de las que rompen el aire.
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Tenía una hermosa casa en el Este, al lado de un precipicio que caía al Mediterraneo. Recuerdo el dormitorio que tenía una pared de cristales y se veía todo el mar de mil colores.
¡Cómo vives la decía yo!, y me cogía con sus bracitos y me abrazaba. Y yo la quería.
El dormitorio el nuestro (había más) tenía una cama redonda grande como una plaza de toros.
Por la mañana, siempre me despertaba yo primero; y la miraba, siempre encogidita y como era tan pequeñita,
parecía un algodón.
De pronto, salía el Sol. Los rayos entraban por la enorme vidirera. El mar parecía fuego... y yo me abrazaba a ella.
¡Su pelo rojo, furioso bajo el naciente!, mis sabores, mis colores, mis resplandores, mis más bellos momentos, se escurrieron
de mis manos como el agua pura. No tenía piel, era aire, tan suave como el aire y yo decía:
¿¡Cómo te atreves tú Sol, a tocar un palmo de su piel!? ¡Juro que te derrotaré! ¡Juro que te derrotaré!
¡Cómo vives la decía yo!, y me cogía con sus bracitos y me abrazaba. Y yo la quería.
El dormitorio el nuestro (había más) tenía una cama redonda grande como una plaza de toros.
Por la mañana, siempre me despertaba yo primero; y la miraba, siempre encogidita y como era tan pequeñita,
parecía un algodón.
De pronto, salía el Sol. Los rayos entraban por la enorme vidirera. El mar parecía fuego... y yo me abrazaba a ella.
¡Su pelo rojo, furioso bajo el naciente!, mis sabores, mis colores, mis resplandores, mis más bellos momentos, se escurrieron
de mis manos como el agua pura. No tenía piel, era aire, tan suave como el aire y yo decía:
¿¡Cómo te atreves tú Sol, a tocar un palmo de su piel!? ¡Juro que te derrotaré! ¡Juro que te derrotaré!
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