#36 Lo siento voluntario1. La pérdida de un amigo es un golpe muy duro y difícil. Sean cuales fueran las circunstancias, esa situación golpea los más profundos sentimientos y nos causan hondas heridas en el corazón y la mente, aunque no es fácil de entender para aquellos que no lo han vivido en primera persona, porque una cosa es ver las cosas del otro lado de la acera y otra estar en los zapatos del afectado. Por aquí te dejo un poema anónimo que está dedicado a aquellos a los que la vida separó.
Al caer la tarde cerraste tus ojos a
la vida, la vida que te vio nacer cual
capullo en flor desprendido del sublime
y divino amor.
Ah, con tu partida dejaste mi alma
tan vacía, añorando momentos
que se han ido; en torbellinos de hermosos
recuerdos de tu vida y la mía.
Aún recuerdo aquel ultimo abrazo
enternecido que fundieron nuestros
cuerpos algún día, diciéndome que el
tiempo no regresaría.
A cada instante resurge tu recuerdo
en mi memoria, cuando aquellos días
jugueteabas y sonreías sin imaginar
que tan pronto tú te irías de mi vida.
Te encuentro en la brisa de la mañana,
en el trineo de los pajarillos
y en el aroma de las flores
que pintan mil colores.
Te encuentro en el agua fugaz de un
rio que arrastran las piedras al vacío
y en el lucero de la noche que ilumina
esta cruel melancolía.
Vivirás todos los días en este corazón
que no te olvida y en estos tristes
versos que calman mi agonía.
Al caer la tarde cerraste tus ojos a
la vida, la vida que te vio nacer cual
capullo en flor desprendido del sublime
y divino amor.
Ah, con tu partida dejaste mi alma
tan vacía, añorando momentos
que se han ido; en torbellinos de hermosos
recuerdos de tu vida y la mía.
Aún recuerdo aquel ultimo abrazo
enternecido que fundieron nuestros
cuerpos algún día, diciéndome que el
tiempo no regresaría.
A cada instante resurge tu recuerdo
en mi memoria, cuando aquellos días
jugueteabas y sonreías sin imaginar
que tan pronto tú te irías de mi vida.
Te encuentro en la brisa de la mañana,
en el trineo de los pajarillos
y en el aroma de las flores
que pintan mil colores.
Te encuentro en el agua fugaz de un
rio que arrastran las piedras al vacío
y en el lucero de la noche que ilumina
esta cruel melancolía.
Vivirás todos los días en este corazón
que no te olvida y en estos tristes
versos que calman mi agonía.