Keith Richards deja el tabaco: "ha sido más difícil que dejar la heroína"

El estereotipo "sexo, drogas y rock n' roll" que durante tanto tiempo ha sido una maldición y, a la vez, un recurso de marketing para las discográficas y artistas, se ha visto a menudo reforzado por los excesos de las vidas privadas de algunos músicos. En realidad, no necesariamente nació con el rock, ya algunos guitarristas de Blues acumularon cierta fama de llevar una vida muy agitada, y estamos seguros de que mucho antes de todo esto ya existían leyendas sobre las "hazañas" de muchas personalidades de la sociedad musical. Pero no hay duda de que el rock n' roll aprovechó todo eso como parte de su discurso, haciendo que muchos de sus protagonistas fueran embajadores de ese estilo de vida. Uno de los nombres que resulta difícil no mencionar cuando hablamos de vidas llenas de excesos es el de Keith Richards de The Rolling Stones.

A menudo se hacen bromas entre guitarristas acerca de la resistencia y la capacidad de supervivencia de Keef, y no es para menos: tiene 76 años y sigue estando dispuesto a coger aviones a cualquier país para actuar en los estadios más grandes del mundo. Es difícil pensar en él sin ver un cigarro en su mano: sin embargo, tras el personaje está el ser humano, y en este 2019 (posiblemente por recomendación médica) Keith decidió dejar de fumar y de consumir las bebidas alcohólicas de mayor graduación. El motivo: poder mantener el ritmo para cumplir con sus actuaciones con The Rolling Stones.

Aparentemente logró dejar el tabaco definitivamente este Octubre, tal como le contó a la emisora de rock clásico New York Q104.3. Un año antes, en otras declaraciones a Mojo, admitió que le estaba resultando "más duro que dejar la heroína [...] Dejar la heroína es un infierno, pero un infierno corto. Los cigarros están siempre ahí, y es uno de tus hábitos. Los sacas y los enciendes sin tan siquiera pensar en ello". En cuanto al alcohol , no ha dejado de beber completamente, pero sí ha pasado a beber sólo "un poco de vino con las comidas, y una Guiness o una cerveza o dos".

Nos alegramos mucho de que Keith haya dado este giro en su vida, sobre todo si eso le permite seguir disfrutando de su trabajo. Además, también puede ser una fuente de inspiración para todos aquellos que estéis sufriendo lo difícil que es dejar el tabaco. Pero lo que más nos gusta de esta noticia es que, al final, para Keith la música ha sido más fuerte que cualquier otra necesidad.