Lo mejor: Tamaño más compacto, mástil y acción cómodos para guitarristas acostumbrados a una eléctrica
Lo peor: Volumen y resonancia limitados en comparación con una acústica jumbo
La serie APX de acústicas de Yamaha nació a finales de los años 80 con el objetivo de servir a guitarristas eminentemente eléctricos que buscaban una guitarra acústica muy cómoda de tocar, más compacta que las habituales jumbo; pensada para usarse conectada a un amplificador o una PA en directo; pero con la suficiente caja como para ser utilizadas sin enchufar y para dotar de resonancia natural al sonido. Ciertamente, la historia ha demostrado que Yamaha acertó en el concepto, ya que la serie se sigue fabricando y vendiendo con distintas mejoras o cambios en el previo o los acabados; pero con el mismo diseño fundamental.
El modelo APX-5A es la serie intermedia de los primeros años 2.000 y a diferencia de las gamas más altas, solo cuenta con un sistema de captador piezoeléctrico, cuando los modelos superiores incluyen un doble sistema de micrófono más captador piezoeléctrico para ofrecer un sonido más rico.
La guitarra tiene unas dimensiones compactas y la caja es algo más estrecha que en una acústica convencional, y cuenta además con un cutaway que permite un acceso más cómodo a los trastes a partir del traste 15, teniendo en este caso 21 trastes. Los trastes, el perfil del mástil y el propio mástil son muy cómodos. Tiene un perfil entre C y D y es tirando a delgado, con un ancho de cejuela de 43 milímetros, mientras que el radio del diapasón es de 15 pulgadas, es decir bastante plano. El mástil va encolado y la boca de la tapa es ovalada, uno de los detalles característicos de la serie, que en los modelos básicos e intermedios como éste no tiene una decoración excesiva. Un detalle que Yamaha ha corregido en los últimos modelos es la pieza que cubre la boca de la tapa y que no es un adorno que haya gustado demasiado, de manera que ahora es todavía más sencilla.
En la parte superior del cuerpo va el previo y tiene además una segunda cavidad en la que se instala la pila de 9 V que lo alimenta, mientras que la conexión de jack va en el lateral derecho, pero no en el perno en el que se coloca la correa como es habitual ahora (en los modelos APX actuales, el jack va en esta pieza que hace doble función).
En acción
De serie, la acción de la Yamaha APX es muy cómoda y ciertamente es uno de los factores que ha hecho que este modelo se haya vendido tanto y más entre los guitarristas eléctricos que buscan un tacto menos duro y que les permita acercarse a las técnicas de guitarra eléctrica (aunque esto depende también del calibre de cuerdas que se use y el ajuste final de la acción de la guitarra). Los trastes vienen bien colocados y terminados, y la guitarra mantiene bien la afinación ya que la cejilla está bien cortada y ajustada. No obstante, al menos en esta gama intermedia, el clavijero es mejorable (sin ser tampoco de mala calidad). En todo caso, como decíamos es una guitarra muy cómoda para tocar de pie o sentado y pone pocos obstáculos a tus dedos, aunque evidentemente no es una guitarra eléctrica, se presta a hacer solos y adentrarse en los trastes más agudos (aunque también hay que decir que hay guitarras jumbo comodísimas de tocar). Del mismo modo, todo esto depende también del calibre y tipo de cuerdas que uses.
Sonido
El sonido de la guitarra al aire es dulce y muy equilibrado, y tiene volumen suficiente para usarse en un ensayo desenchufado, o para practicar a gusto en casa o incluso para grabar usando un micrófono de condensador; pero si tiene que competir con acústicas de tamaño completo se queda por debajo de manera sustancial. En cuanto al sonido enchufada, es también equilibrado, aunque se echa de menos también la resonancia de guitarras con más caja. Por supuesto, a cambio tienes mucha más comodidad en el escenario ya que es menos aparatosa, es muy cómoda de tocar y de acceder a los trastes superiores y es algo menos propensa a los acoples que una acústica normal (aunque no mucho menos). El previo es muy correcto; pero es evidente que el tiempo no pasa en balde y la mayoría de acústicas de la misma gama actuales tienen mejor electrónica. Sin embargo, con un buen procesador de sonido para acústica o un buen compresor el sonido es excelente para una banda con otros instrumentos o incluso para un solista o un cantante que se acompañe de esta guitarra.
En el previo tienes un ecualizador activo de tres bandas, un control de medios paramétrico y un control de volumen, de manera que puedes ajustar bastante el sonido, aunque es mejor si puedes hacerlo desde el procesador o la mesa de sonido porque el sonido crudo es algo nasal. En los modelos actuales, a las mejoras del previo se añade el habitual afinador, aunque la mayoría de guitarristas acústicos prefieren (preferimos) usar uno de pinza o un pedal, ya que son habitualmente más precisos y cómodos.
Conclusión
En definitiva, la Yamaha APX-5A es una buena elección si necesitas una guitarra no muy cara que sea muy cómoda de tocar por un guitarrista eléctrico y que tenga un sonido razonable para ensayar y para actuar en vivo enchufado. Sin buscas mucha sonoridad y resonancia no es la mejor elección ya que tiene menos volumen y un sonido menos resonante y rico que una acústica jumbo o dreadnought. La descripción que se me ocurre es que suena un poco más “a plástico” cuando la comparas en directo con otras acústicas de esta gama de mayor tamaño y sobre todo cuando tratas de competir con ellas sin enchufar. Sin embargo, para todo lo demás es una guitarra genial y perfecta para tener en casa esperándote en un sofá lista para practicar o para tocar cuando te apetezca, y también da mucha menos pereza echarla al maletero del coche que una acústica de tamaño completo, lo que al una se traduce en que es una guitarra que disfrutas en muchas situaciones.
Lo mejor: Tamaño más compacto, mástil y acción cómodos para guitarristas acostumbrados a una eléctrica
Lo peor: Volumen y resonancia limitados en comparación con una acústica jumbo
El modelo APX-5A es la serie intermedia de los primeros años 2.000 y a diferencia de las gamas más altas, solo cuenta con un sistema de captador piezoeléctrico, cuando los modelos superiores incluyen un doble sistema de micrófono más captador piezoeléctrico para ofrecer un sonido más rico.
La guitarra tiene unas dimensiones compactas y la caja es algo más estrecha que en una acústica convencional, y cuenta además con un cutaway que permite un acceso más cómodo a los trastes a partir del traste 15, teniendo en este caso 21 trastes. Los trastes, el perfil del mástil y el propio mástil son muy cómodos. Tiene un perfil entre C y D y es tirando a delgado, con un ancho de cejuela de 43 milímetros, mientras que el radio del diapasón es de 15 pulgadas, es decir bastante plano. El mástil va encolado y la boca de la tapa es ovalada, uno de los detalles característicos de la serie, que en los modelos básicos e intermedios como éste no tiene una decoración excesiva. Un detalle que Yamaha ha corregido en los últimos modelos es la pieza que cubre la boca de la tapa y que no es un adorno que haya gustado demasiado, de manera que ahora es todavía más sencilla.
En la parte superior del cuerpo va el previo y tiene además una segunda cavidad en la que se instala la pila de 9 V que lo alimenta, mientras que la conexión de jack va en el lateral derecho, pero no en el perno en el que se coloca la correa como es habitual ahora (en los modelos APX actuales, el jack va en esta pieza que hace doble función).
En acción
De serie, la acción de la Yamaha APX es muy cómoda y ciertamente es uno de los factores que ha hecho que este modelo se haya vendido tanto y más entre los guitarristas eléctricos que buscan un tacto menos duro y que les permita acercarse a las técnicas de guitarra eléctrica (aunque esto depende también del calibre de cuerdas que se use y el ajuste final de la acción de la guitarra). Los trastes vienen bien colocados y terminados, y la guitarra mantiene bien la afinación ya que la cejilla está bien cortada y ajustada. No obstante, al menos en esta gama intermedia, el clavijero es mejorable (sin ser tampoco de mala calidad). En todo caso, como decíamos es una guitarra muy cómoda para tocar de pie o sentado y pone pocos obstáculos a tus dedos, aunque evidentemente no es una guitarra eléctrica, se presta a hacer solos y adentrarse en los trastes más agudos (aunque también hay que decir que hay guitarras jumbo comodísimas de tocar). Del mismo modo, todo esto depende también del calibre y tipo de cuerdas que uses.
Sonido
El sonido de la guitarra al aire es dulce y muy equilibrado, y tiene volumen suficiente para usarse en un ensayo desenchufado, o para practicar a gusto en casa o incluso para grabar usando un micrófono de condensador; pero si tiene que competir con acústicas de tamaño completo se queda por debajo de manera sustancial. En cuanto al sonido enchufada, es también equilibrado, aunque se echa de menos también la resonancia de guitarras con más caja. Por supuesto, a cambio tienes mucha más comodidad en el escenario ya que es menos aparatosa, es muy cómoda de tocar y de acceder a los trastes superiores y es algo menos propensa a los acoples que una acústica normal (aunque no mucho menos). El previo es muy correcto; pero es evidente que el tiempo no pasa en balde y la mayoría de acústicas de la misma gama actuales tienen mejor electrónica. Sin embargo, con un buen procesador de sonido para acústica o un buen compresor el sonido es excelente para una banda con otros instrumentos o incluso para un solista o un cantante que se acompañe de esta guitarra.
En el previo tienes un ecualizador activo de tres bandas, un control de medios paramétrico y un control de volumen, de manera que puedes ajustar bastante el sonido, aunque es mejor si puedes hacerlo desde el procesador o la mesa de sonido porque el sonido crudo es algo nasal. En los modelos actuales, a las mejoras del previo se añade el habitual afinador, aunque la mayoría de guitarristas acústicos prefieren (preferimos) usar uno de pinza o un pedal, ya que son habitualmente más precisos y cómodos.
Conclusión
En definitiva, la Yamaha APX-5A es una buena elección si necesitas una guitarra no muy cara que sea muy cómoda de tocar por un guitarrista eléctrico y que tenga un sonido razonable para ensayar y para actuar en vivo enchufado. Sin buscas mucha sonoridad y resonancia no es la mejor elección ya que tiene menos volumen y un sonido menos resonante y rico que una acústica jumbo o dreadnought. La descripción que se me ocurre es que suena un poco más “a plástico” cuando la comparas en directo con otras acústicas de esta gama de mayor tamaño y sobre todo cuando tratas de competir con ellas sin enchufar. Sin embargo, para todo lo demás es una guitarra genial y perfecta para tener en casa esperándote en un sofá lista para practicar o para tocar cuando te apetezca, y también da mucha menos pereza echarla al maletero del coche que una acústica de tamaño completo, lo que al una se traduce en que es una guitarra que disfrutas en muchas situaciones.