Los 10 propósitos de año nuevo para guitarristas
- 1. No seguir modificando tu pedalera
- 2. Ir a los ensayos con los presets hechos
- 3. Cambiar las cuerdas cuando toca
- 4. Estar satisfecho con las guitarras que ya tienes
- 5. Decirle al batería de vez en cuando que lo aprecias
- 6. Decirle al bajista de vez en cuando que aprecias al batería
- 7. Deshacerse de una vez de los jacks que no van
- 8. Hacer el bolo con el mismo volumen que en la prueba
- 9. No aguarle la fiesta al que se compra una Gibson
- 10. Tocar más este año
Hoy es el día en que uno se promete ser mejor durante el nuevo año que entra: los juramentos de apuntarse al gimnasio, de aprender inglés o de ponerse a ahorrar nacen justo en las próximas horas, las últimas que quedan antes de que el año se extinga.
Los guitarristas también nos hacemos propósitos, y al igual que los que hemos mencionado anteriormente, los cumplimos...a nuestra manera. Sin embargo, eso no es excusa para que cada vez que la tierra de una vuelta completa, volvamos a ser optimistas y volvamos a experimentar el noble sentimiento de querer mejorar. ¡Pues claro que sí!
Por eso, vamos a divertirnos enumerando algunos de los propósitos que los guitarristas nos podríamos haber hemos hecho alguna vez al enfrentarnos al año nuevo. Por supuesto, son bienvenidas vuestras aportaciones propias en la sección de comentarios.
1. No seguir modificando tu pedalera
[Índice]Todos sabemos que no lo vas a cumplir, pero nadie te quita el derecho a creer que este será el año en que llegues a la versión definitiva de tu pedalera. “Solo me faltan dos o tres pedales y ya”. Pero claro, no te cabrán, y te replantearás el tamaño de la base. Pero entonces te sobrará un poquito de espacio que, ya puestos, podrías aprovechar metiendo otro pedal…”¡Uy! No cabe por poco…pero ya que estamos me pillo una base más grande”. En fin, ya conoces la historia.
2. Ir a los ensayos con los presets hechos
[Índice]Ponte en situación: el batería anuncia el inicio del tema haciendo chocar las baquetas: “un, dos, tres, y…”. Pero se ve interrumpido por tu “espera, espera, que hago un ajuste rápido”, mientras te agachas a navegar menús en tu flamante multiefectos. Este es el año en que has de cambiar ese hábito: tienes que presentarte al local como un caballero, con todos tus presets bellamente configurados. ¡Todos te amarán por ello!
3. Cambiar las cuerdas cuando toca
[Índice]Tener unas cuantas guitarras es un lujo que algunos disfrutamos, pero a menudo no somos igual de espléndidos a la hora de tenerlas mantenidas y con las cuerdas al día. Este año has de marcar, una vez al mes, “el día del cambio de cuerdas”. Eso sí, cambiar las cuerdas una vez al mes puede ser muy caro: un lote de 10 juegos de cuerdas de gama media cuesta alrededor de 50 euros. Considerando que fuesen todas las que gastaras en un año (cada juego duraría 1,2 meses) y tuvieses, digamos, 4 guitarras eléctricas, el gasto anual es de unos 200 euros. Lo cual nos lleva al siguiente propósito...
4. Estar satisfecho con las guitarras que ya tienes
[Índice]Es muy difícil no querer más guitarras, nosotros también lo sufrimos. Es maravilloso, en nuestra cabeza, cambiar de una Strato a una SG, y luego a una Schecter de 8 cuerdas o una Gretsch semisólida. Pero te vamos a dar algunas cosas que pensar que te amargarán un poco la existencia —pedimos disculpas por ello—. Más guitarras cuestan más dinero, evidentemente, pero también ocupan más espacio en casa. Si vienen con estuche, son más estuches que ocupan espacio en casa, amontonándose en tu microscópico piso en el centro de la ciudad. Y si no vienen con funda, tendrán que estar en algún soporte de alguna clase, y deberás comprarlo.
Además, sería bueno que tuvieses las cuerdas en buen estado, para que no tengas reticencias a tocar cualquiera de ellas, por no mencionar que, como cualquier guitarra, tendrán achaques, y tendrás que llevarlas al luthier. Y el hombre (o mujer) esperará cobrar por ello. ¿Usas diferentes afinaciones en directo? Entonces, tal vez deberías tener otra guitarra de backup por cada afinación en caso de romper cuerda. Y eso son más guitarras, más fundas, y más dinero, y alquilar una furgo más grande para llevar los instrumentos de todos. En fin, seguramente la cosa no es tan dramática como te la estamos pintando, pero si te hemos arruinado el día, hemos logrado nuestro objetivo.
5. Decirle al batería de vez en cuando que lo aprecias
[Índice]Lleva el instrumento más pesado, con menos movilidad, siempre al fondo del escenario contemplando permanentemente vuestros glúteos. Se queja de que el batería del grupo telonero le ha movido las memorias de los platos, y vosotros le ignoráis. Le duele que pusieseis mala cara cuando, en directo, se le soltó la cadena del doble pedal y tuvisteis que contar chistes al público mientras la arreglaba. ¿No es hora de que sepa que le queréis, y que valoráis todo el esfuerzo que hace?. No dudéis más y sacadlo a tomar unas cervezas y unas patatas bravas en su honor, ¡seguro que lo merece!.
6. Decirle al bajista de vez en cuando que aprecias al batería
[Índice]Es importante que el bajista sepa que sois capaces de apreciar, ya que jamás lo ha vivido. Que vea que expresáis vuestro cariño hacia el batería puede ser un excelente aprendizaje vicario: si se esfuerza, algún día puede llegar a ser como él.
7. Deshacerse de una vez de los jacks que no van
[Índice]Tu local, tu casa, tu mochila e incluso puede que tu coche, están plagados de jacks, y a la vez, no tienes ninguno: padeces el síndrome del jack en mal estado. Son jacks de funcionamiento parcial o intermitente, de los que no terminas de deshacerte, porque te da pena: después de todo, funcionan. Pero luego, eres lo bastante osado o despistado como para llevártelos en directo, y en pleno show deleitas al público con un sublime ruido de falso contacto. “Los guardo, en realidad, para volverlos a soldar y repasarlos”, te dices a tí mismo. Pero jamás lo hiciste.
8. Hacer el bolo con el mismo volumen que en la prueba
[Índice]Hay que ser disciplinados, y el pobre técnico espera que no le traiciones. Ya sabemos que durante el show uno se viene arriba, y entran ganas de hacer trabajar las válvulas del stack que tenemos detrás, pero cuando vuelvas a sentir ganas de hacerlo, piensa en la imagen del técnico de sonido con mirada triste de cachorro. Seguro que si te contienes, y no subes el volumen pactado durante la prueba de sonido, el técnico será feliz, y podréis ser amigos para siempre. Y si además acabáis el show a la hora acordada, dará saltos de alegría.
9. No aguarle la fiesta al que se compra una Gibson
[Índice]Tu colega se compra una Gibson y le sueltas: “No sé por qué te la has comprado, mi Tokai se la come con patatas”. Pero hombre...¡pobrecillo!. Con lo contento que está con su guitarra nueva. Si hasta se ha traído el sobrero de copa para enseñártela. Este año, vamos a cambiar la costumbre: cuando tu amigo venga con una nueva Gibson directamente salida de la tienda , sed ambos quienes os comáis unas patatas. Bravas, por supuesto, en el bar de la esquina, y luego os vais a probar la guitarra juntos para ver qué tal salen las de este año y, de paso, a grabar unos temas.
10. Tocar más este año
[Índice]Dejamos momentáneamente los chistes para plantear un propósito real: el de encontrar tiempo para uno mismo y practicar. Es posible que, para la mayoría de nosotros, la etapa clave para la práctica del instrumento haya sido la juventud, y muy especialmente la adolescencia. Es una etapa en la que, a pesar de tener que estudiar, hay tiempo para desarrollar los intereses y aficiones (a veces hasta lo fomentan familia y escuela), y nos aventuramos en proyectos artísticos, deportivos y/o de ocio más elaborados que, en algunos casos también se convierten en nuestra profesión.
Pero cuando eso no ocurre, al llegar a la vida adulta el trabajo, la familia, y las obligaciones cotidianas (compras, trámites, recados, tareas domésticas, hacer cola en sitios, llamar para quejarse de cosas, reparar cosas estropeadas y un interminable etcétera) exigen un número de horas diarias que jamás habríamos imaginado como tiernos teenagers, desplazando, en muchos casos, nuestras aficiones o diversiones para un “cuando tenga tiempo” que nunca llega.
Por eso, es importante encontrar un pequeño hueco semanalmente (más de una vez, si tenemos esa posibilidad) para seguir entrenando una faceta de nuestra persona que, si bien desde la perspectiva adulta pueda parecer de una importancia menor, en realidad es algo que quizás nos haya ayudado a soportar los problemas, esculpir nuestra personalidad, y lograr ser algo más felices.
Que tengáis un magnífico año nuevo, guitarristas.