Amplificadores

Review de Yamaha THR30II, amplificador para tocar en casa con efectos, inalámbrico y Bluetooth

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Veredicto
Un amplificador "todo en uno" de prácticas con buenos sonidos que no flaquea en casi ninguna de las necesidades de un producto de este tipo

Pros

  • Su simplicidad no implica apenas renunciar a nada: tenemos inalámbrico, bluetooth, app, batería de litio, montones de sonidos para eléctrica y unos cuantos para bajo y guitarra acústica (incluso un modo Flat por si queremos conectar alguna otra cosa). Como puede ser nuestra interfaz de audio, puedes dejarlo en tu despacho o dormitorio y simplemente conectándolo con el USB, se convierte en un Home Studio con monitores incluídos (los altavoces no suenan al mismo nivel que unos monitores dedicados, pero cumpliría la función bastante bien). Incluso podemos cambiar sus sonidos con el pie usando una pedalera bluetooth inalámbrica.

Contras

  • Algunos sonidos podrían ser algo más elásticos, especialmente la sección crunch. Otra posible mejora sería un nivel dedicado de la salida de línea (un potenciómetro en la parte trasera, por ejemplo, estaría genial).

Si algo fundamental diferencia los amplificadores de prácticas de hace unas cuantas décadas del concepto actual, es sin duda la incorporación de la tecnología. Y no se trata de una incorporación trivial, sino de algo que ha ocurrido casi de forma obligatoria: los móviles, ordenadores y en general todos los electrodomésticos sacan provecho de las tecnologías actuales. En el mundo de la guitarra, esto se ha visto manifestado en la facilidad para grabar en cualquier momento con las conexiones USB, el uso de Bluetooth para librarnos de algunos cables y descongestionar un poco los paneles de controles físicos de los aparatos, delegando en aplicaciones cuando se trata de ajustar parámetros más finos y menos frecuentes.

Todo ello se puede encontrar en los nuevos amplificadores de prácticas en formato sobremesa de Yamaha, los THRII. Pero además, reúne todos los sonidos de las series anteriores en un solo amplificador, también incluye la posibilidad de utilizar un inalámbrico (Line 6 GS10) y la de usar el amplificador sin necesidad de conectarlo a la corriente gracias a su batería incorporada. En resumen, toda una lista de especificaciones pensadas para que usar el ampli no nos suponga apenas molestias ni presente impedimentos. En Guitarristas pudimos hacernos con uno de los modelos de la serie, el THR30II, que tiene 30 W y un buen puñado de sonidos para pasárnoslo bien explorando. Os contamos lo que nos pareció.

Yamaha THR30II

Diseño y construcción

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La carcasa exterior no es exactamente igual que la de la serie anterior, y es que los THR30II son algo más grandes que sus antecesores. Sin embargo, sigue teniendo un formato de lo más adecuado para tenerlo en casa en una estantería o mueble doméstico, y queda bastante bien. Sí, sí: nos referimos a que queda bien estéticamente, algo que creemos que cada vez debería ser más importante si de lo que se trata es de tener un aparato doméstico que vamos a tener a la vista. El color y el frontal de rejilla es bastante atractivo, y nos parece más atractivo que, por ejemplo, su equivalente de otra marca, el Boss Katana Air.

La construcción es excelente, es verdad que no es tan barato como otras alternativas de amplificadores de prácticas, pero el precio se nota no sólo en las prestaciones, sino también en lo robusto de todas y cada una de las partes. Una tendencia reciente muy extendida es la de los potenciómetros algo enclenques (los encontramos incluso en productos algo caros), pero aquí no ocurre eso: da gusto girarlos.

Prestaciones y facilidad de uso

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Los productos multiefectos suelen ser complicados, y lo entendemos: hay mucho que manejar y que controlar. Pero afortunadamente, en el Yamaha THR30II este aspecto se ha llevado con mucha inteligencia, evitando las dobles funciones (del tipo "gire este control mientras presione el botón tap para..."). Alguna hay, pero no son ni mucho menos lo más habitual. Todo esto es posible gracias a que los controles secundarios han sido desplazados a la app, la cual es también bastante sencilla de entender, y nos libera mucha carga de controles físicos. Así pues, manejar lo principal en el THR30II sólo nos costará algunos giros de potenciómetro. Seleccionar el ampli deseado es muy fácil, y no hay que visitar ni un solo menú si no queremos. Otro punto a favor que ya tenían los anteriores THR: control físico dedicado para el volumen de la guitarra y otro para el audio.

Nos ha sorprendido que, a pesar de todo, seguimos pudiendo editar cosas más profundas desde la app, como seleccionar entre diferentes tipos de emulación de pantalla, controlar parámetros algo más específicos, regular cosas como el nivel de señal USB que enviamos cuando grabamos, o obtener una señal DI para procesarla desde nuestro DAW. Quizás tener un control para el volumen de la salida de línea hubiese estado bien, aunque con un poco de pericia es bastante posible equlibrar las señales procedentes de nuestra guitarra, del audio auxiliar y el que llega por el USB para que nos quede una mezcla correcta (es algo que necesitaríamos si usáramos monitores externos de Home Studio, o bien si estamos haciendo una pequeña actuación en un bar con Backing Tracks).

No necesitar apenas ni un cable para usar el THR30II es una enorme ventaja, ya que podemos usar la app en cualquier momento, usar la guitarra sin cables (siempre y cuando tengamos el emisor, que se vende por separado) o incluso llevarnos el ampli a otra habitación sin tener que acarrear el alimentador, ya que tiene su propia batería. Eso es comodísimo, y si eres de los que les da pereza "montar la paradita" para tocar, será ideal. Hasta es posible controlar los presets del amplificador mediante una pedalera blueooth genérica.

Yamaha THR30II

Sonidos

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El sonido ya resultará familiar a aquellos que ya tenían algún THR ya que es, como ya hemos comentado, una reunión de los sonidos ya existentes. Se trata de una colección que será más que suficiente para tocar casi cualquier género, y todos ellos en una calidad media bastante adecuada. Hay que recordar que se trata de emulaciones digitales de una gama media, por lo que algunos sonidos son más convincentes que otros. Nos hemos sentido bastante cómodos con casi toda la gama, aunque el apartado crunch es algo más irregular, siendo especialmente apto para sonidos solistas, pero algo más complicado para los sonidos de acompañamiento rítmico, en que las dinámicas no siempre reaccionan como un buen ampli. En otros sonidos es incluso mucho mejor de lo que su precio sugeriría, como por ejemplo en el modo Hi Gain modalidad modern.

En general, todos los sonidos están bastante bien calibrados para los altavoces que vienen incorporados en el THR30II, y funcionan bien con los efectos estéreo, cuya sensación de espacialidad puede ser incrementada al activar el modo "Extended Stereo". Cuando escuchamos los sonidos por otras fuentes que no son los propios altavoces (por ejemplo, por auriculares o tras haber grabado una demo con el THR30II y escucharla en un equipo de música) la respuesta puede variar un poco, aunque no siempre en negativo. Pero sí es cierto que en algunas ocasiones el sonido "DI" algo más sintético asoma de vez en cuando al hacerlo. Sin embargo, es peccata minuta, no hay que perder el punto de vista: se trata de un aparato cuya finalidad es la de tener un ampli siempre listo para tocar en casa, y para eso le basta y le sobra con unos sonidos que entreguen la suficiente naturalidad para practicar bien.

Conclusión

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Los antiguos THR ya tenían un equilibrio muy certero entre calidad de sonido, practicidad y facilidad de uso, pero con esta segunda entrega se ha llevado a un nivel muy superior. La sensación de libertad que ofrece no depender de cables ni para usar la guitarra ni para enviar audio o usar la app es algo que habíamos experimentado con otro producto similar, el Boss Katana Air, que seguramente sería su competidor más directo. Dejando de lado las preferencias sonoras, hemos preferido con mucho la organización de controles del Yamaha THR30II, que es realmente intuitiva y va mucho más al grano al tiempo que ofrece, en realidad, más cantidad de sonidos de forma inmediata. Ya con las respectivas apps, la cosa se iguala algo más, pero es algo a tener en cuenta.

¿Qué es lo mejor del Yamaha THR30II? Que su simplicidad no implica apenas renunciar a nada: tenemos inalámbrico, bluetooth, app, batería de litio, montones de sonidos para eléctrica y unos cuantos para bajo y guitarra acústica (incluso un modo Flat por si queremos conectar alguna otra cosa). Como puede ser nuestra interfaz de audio, puedes dejarlo en tu despacho o dormitorio y simplemente conectándolo con el USB, se convierte en un Home Studio con monitores incluídos (los altavoces no suenan al mismo nivel que unos monitores dedicados, pero cumpliría la función bastante bien). Incluso podemos cambiar sus sonidos con el pie usando una pedalera blueooth inalámbrica. Suena complicado, pero no lo es: hacer fácil lo complejo es una de las virtudes de este pequeño amplificador.

En el lado menos positivo, no hay mucho que señalar, ya que es un producto realmente equilibrado, pero tal vez algunos sonidos podrían ser algo más elásticos, especialmente la sección crunch. Otra posible mejora sería un nivel dedicado de la salida de línea (un potenciómetro en la parte trasera, por ejemplo, estaría genial). ¿O quizás incluir un emisor inalámbrico de serie?. Pero quitando esos pequeños detalles, nos queda un amplificador "todo en uno" de prácticas con buenos sonidos que no flaquea en casi ninguna de las necesidades de un producto de este tipo.

Más información | Yamaha

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