Hace poco mi hermana llegó a casa con un banjo que había comprado de segunda mano. Es un Harley Benton de 6 cuerdas, tipo guitarra con cuerpo de banjo.
Tras unos minutos de fingerpicking, me lo miro detenidamente, y veo muchas cosas que están mal. Para empezar suena fatal, muy apagado, no se escuchan los agduos ni los bajos, la acción está por las nuves y las cuerdas son excesivamente gordas, además una cuerda tiene un trozo de cartón a modo de falca en la cejilla.
Decido ponerme manos a la obra. Hago unas pequeñas marcas con lápiz en el parche para saber donde va ubicado el puente y corto las cuerdas, limpio el polvo e hidrato con aceite el diapasón. Le doy un repaso a los clavijero que están prácticamente sueltos.
Veo que la hendidura de la cejilla en las dos primeras cuerdas es desmesurada, así que para no cambiar la cejilla relleno el hueco con una gotita de cianocrilato, que una vez seco queda suficientemente duro para aguantar la tensión.
Saco la tapa del resonador, que son 4 tornillos que se enrosca con los dedos. Dentro del aro hay un tornillo de punta a punta, que es el que sujeta el mástil; con este tornillo se regula la inclinación del mástil respecto a la caja.
Respecto a las cuerdas no encuentro mucha información al respecto referente a calibres, lo único que se es que en el instrumento había mucha tensión porque el puente estaba clavado en el parche y había dejado marcas. No encuentro cuerdas para banjo cerca de donde vivo, así que improviso. Un juego de cuerdas de acústica de 0.10, pero elimino la sexta cuerda, desplazo las otras 5, y en la primera pongo una del 0.09. Hago este paripé primero por que no tengo un juego de acústica de 0.09 (de hecho no se ni si hay), y segundo para que el conjunto de las cuerdas sea más delgado y haya menos tensión.
Otro detalle de las cuerdas es que van sujetas al tailpice con un bucle que tiene la cuerda, no con la bolita. Lo podría dejar tal cual, pero decidido sacar la bolita sujetando la cuerda con unos alicates y haciendo palanca suavemente con un destornillador.
Una vez colocadas todas las cuerdas nuevas sigue soñando muy mal, así que decido apretar un poco el parche. Increíble! A cada vuelta que le doy suena mejor. Es un poco pesado porque son nada más y nada menos que 25 tensores, pero estaba brutalmente destensado el parche. Me guio por el oído, así que subo la tensión hasta que suena suficientemente brillante y con cuerpo. No sé si me he pasado o si todavía le falta, pero creo que así está bien.) 0
Decir que para ajustar la acción de este instrumento intervienen tres factores y de manera simultánea: la tensión del parche que sube y baja la altura del puente, el tornillo dentro de la caja que ajusta el ángulo del mástil respecto a la caja, y el tornillo del alma que ajusta la curvatura del mástil. Es un proceso que requiere calma, esperar a que se asienten las cuerdas, y introducir cambios muy sutilmente, pero el resultado final es espectacular, he pasado de una caja de zapatos con cuerdas a un banjo.
Ya para terminar un par de reflexiones.
En los instrumentos de gama baja se suele ahorrar en el ajuste. Algunos vienen medio bien, pero otros son un auténtico desastre, pero eso es fundamental un buen ajuste en profundidad. No podremos cambiar fallos de base, como por ejemplo un nudo en la madera, pero si puede ser el cambio entre "he tirado el dinero" y "por lo que he pagado no está mal". Vamos, que si aprendes a ajustar tu instrumento vas a ganar en calidad.
Y la segunda reflexión es que me ha fascinado el banjo como instrumento, como filosofía y manera de crear las cosas. En plena era tecnológica sigue vigente un invento tan primitivo y rudimentario, y es que es un maldito palo atado a un cubo, es simplemente genial!
Tras unos minutos de fingerpicking, me lo miro detenidamente, y veo muchas cosas que están mal. Para empezar suena fatal, muy apagado, no se escuchan los agduos ni los bajos, la acción está por las nuves y las cuerdas son excesivamente gordas, además una cuerda tiene un trozo de cartón a modo de falca en la cejilla.
Decido ponerme manos a la obra. Hago unas pequeñas marcas con lápiz en el parche para saber donde va ubicado el puente y corto las cuerdas, limpio el polvo e hidrato con aceite el diapasón. Le doy un repaso a los clavijero que están prácticamente sueltos.
Veo que la hendidura de la cejilla en las dos primeras cuerdas es desmesurada, así que para no cambiar la cejilla relleno el hueco con una gotita de cianocrilato, que una vez seco queda suficientemente duro para aguantar la tensión.
Saco la tapa del resonador, que son 4 tornillos que se enrosca con los dedos. Dentro del aro hay un tornillo de punta a punta, que es el que sujeta el mástil; con este tornillo se regula la inclinación del mástil respecto a la caja.
Respecto a las cuerdas no encuentro mucha información al respecto referente a calibres, lo único que se es que en el instrumento había mucha tensión porque el puente estaba clavado en el parche y había dejado marcas. No encuentro cuerdas para banjo cerca de donde vivo, así que improviso. Un juego de cuerdas de acústica de 0.10, pero elimino la sexta cuerda, desplazo las otras 5, y en la primera pongo una del 0.09. Hago este paripé primero por que no tengo un juego de acústica de 0.09 (de hecho no se ni si hay), y segundo para que el conjunto de las cuerdas sea más delgado y haya menos tensión.
Otro detalle de las cuerdas es que van sujetas al tailpice con un bucle que tiene la cuerda, no con la bolita. Lo podría dejar tal cual, pero decidido sacar la bolita sujetando la cuerda con unos alicates y haciendo palanca suavemente con un destornillador.
Una vez colocadas todas las cuerdas nuevas sigue soñando muy mal, así que decido apretar un poco el parche. Increíble! A cada vuelta que le doy suena mejor. Es un poco pesado porque son nada más y nada menos que 25 tensores, pero estaba brutalmente destensado el parche. Me guio por el oído, así que subo la tensión hasta que suena suficientemente brillante y con cuerpo. No sé si me he pasado o si todavía le falta, pero creo que así está bien.) 0
Decir que para ajustar la acción de este instrumento intervienen tres factores y de manera simultánea: la tensión del parche que sube y baja la altura del puente, el tornillo dentro de la caja que ajusta el ángulo del mástil respecto a la caja, y el tornillo del alma que ajusta la curvatura del mástil. Es un proceso que requiere calma, esperar a que se asienten las cuerdas, y introducir cambios muy sutilmente, pero el resultado final es espectacular, he pasado de una caja de zapatos con cuerdas a un banjo.
Ya para terminar un par de reflexiones.
En los instrumentos de gama baja se suele ahorrar en el ajuste. Algunos vienen medio bien, pero otros son un auténtico desastre, pero eso es fundamental un buen ajuste en profundidad. No podremos cambiar fallos de base, como por ejemplo un nudo en la madera, pero si puede ser el cambio entre "he tirado el dinero" y "por lo que he pagado no está mal". Vamos, que si aprendes a ajustar tu instrumento vas a ganar en calidad.
Y la segunda reflexión es que me ha fascinado el banjo como instrumento, como filosofía y manera de crear las cosas. En plena era tecnológica sigue vigente un invento tan primitivo y rudimentario, y es que es un maldito palo atado a un cubo, es simplemente genial!