Sucede que a veces descartamos anuncios de un plumazo porque las fotos son apenas soportables para la vista cuando en realidad lo que se ofrece puede que sea de calidad y esté en óptimas condiciones. Fotos que no le hacen justicia a la guitarra, fotos patibularias que parecen sacadas del álbum de la cárcel de Abu Ghraib en las que solo falta una capucha en la pala de la guitarra y un tipo apuntándola con un subfusil. Eso no es un anuncio, es la exigencia de un rescate. Y no me vale la excusa de “envío fotos a los interesados”. Nadie se va a interesar si solo cuelgas una foto en plano general, interior/noche de una guitarra negra.
Los que vivís en grandes plazas como Madrid, Barcelona, Valencia, etc., donde se ofrece mucho material, tenéis ocasión de ver la mercancía en directo. Pero si vives en Pontevedra y te interesa un anuncio en Murcia, necesitas fotos para decidirte. Por regla general, cuanto más cara sea la guitarra, más fotos necesitas y más fotos es esperable que el vendedor cuelgue. Hechos son amores y no vale con poner “buen estado, pequeñas rayas”, hay que mostrar tanto una cosa como otra si vas a cobrar 2000 euros y el comprador no tiene ocasión de palparla antes. Y de poco valen esas fotos si están movidas, desenfocadas, verdosas… Son solo tres consejos sencillitos, válidos tanto si tienes una cámara profesional (esa que no sabes manejar) como si sacas tus fotos con el móvil.
Consejo1: No seas guarro. ¿Recuerdas el día de tu primera comunión? ¿Recuerdas que un tipo te pasó un peine antes de sacarte la foto? Pues lo mismo. Puede que seas partidario del relic, pero esa pasta que impide ver los inlays del diapasón no es relic, es mugre. Si lo limpias antes, la guitarra lucirá mejor y los trastes parecerán más altos, menos desgastados. Limpia la guitarra para que podamos saber que el acabado es brillante, no mate. En serio, la mugre hace que la guitarra parezca más gastada de lo que está. Pásale un pañito, hombre.
Consejo2: Toma el sol. Huye de flashes y bombillas de bajo consumo. Nada como la luz del sol. Acércate a la ventana al mediodía y dispara. Las guitarras son perfectamente portátiles (algunos se las cuelgan al hombro y todo, oye), puedes sacarla al balcón, a la terraza, plantarla en la calle. Y ahí se verá de cine, no como en el tugurio donde ensayas, que parece el escenario de una snuff movie. Las fotos quedan mejores con luz natural. Todo queda bien iluminado, la cámara capta con menos grano y más detalle. Elige bien la ubicación, que no nos distraiga el fondo. Tampoco pongas la guitarra en la esquina del garaje donde acumulas las latas de aceite usado. Una guitarra apoyada en la tapa del wáter no da buen impresión.
Consejo 3: No seas rata. Estamos en la era digital, donde todo es barato. Ya no tienes que pagar 60 céntimos por foto después de esperar tres días como antaño. No te cortes y dispara a discreción. Con lo paquete que eres, el 80% de las fotos serán intolerables. Descarta las movidas, desenfocadas, mal encuadradas, mal iluminadas… y cuelga solo las presentables. De nada sirve que saques fotos de lo pulcros que están los trastes si la foto está movida. No te empeñes en sacar fotos de detalle a menos de un palmo del objetivo porque saldrá desenfocada.
No es solo por las fotos; si vemos que te has tomado tu tiempo para sacar las fotos, supondremos que también eres cuidadoso con la guitarra. Y si de verdad quieres que alguien pague el pastón indecente que pides por ella, muéstranos que lo vale.
¡Y suerte con la venta!