Salí en dirección a Madrid desde Salamanca a las 8 y pico de la mañana. Llegué a Madrid y rondé el palacio de los deportes desde las 12...
A las 2 y media me metí en la cola y así hasta las 7 de la tarde... Una auténtica tortura, que mereció la pena...
El último directo genial que había visto fue el de Deep Purple con Steve Morse en Salamanca, un concierto que, según aquellos que habían visto conciertos de los Purple con la formación original, fue absolutamente genial. Y doy fe de que lo fue... Steve Morse, puro feeling y un monstruo técnicamente, se salió, Gillan parecía tener 30 años y estar en su apogeo...
Por eso no me esperaba lo de este concierto... Siempre he sido un fan del progresivo, y estos dos grupos me encantan, por lo que imaginé que me lo pasaría bien, pero no tanto.
Conseguí colarme casi al lado del escenario, entre las 3 y las 8 primeras filas (dependiendo de las ganas que tuviera de empujar a los que se colaban...) con lo que tenía a esos pedazo de músicos al lado. Pude apreciar hasta que Petrucci se tiñe las canas
Primero salieron Symphony X. Se notó demasiado que iban de teloneros... Una cuarta parte del escenario que ocupó Theater, un sonido pésimo, con una bola de graves... Y sin embargo estuvieron inconmensurables...
Russel Allen, el cantante, se metió a la gente en el bolsillo con su profesionalidad y desparpajo desde el primer momento, sin mencionar una voz increíble en directo, para mi sorpresa. Si el micro dejaba de sonar (algo que pasó dos veces en un tema hasta que lo tiró y cogió otro) se reía con Romeo, y seguía como si nada, sin mostrar apuro o enfado alguno...
El batería y el teclista geniales, como espereba, especialmente Pinella (teclados) reconocido como uno de los grandes por méritos propios. El problema es que casi no se le oía.
Y Michael Romeo... Sabía que era bueno, pero no tanto. Conseguí ponerme en frente de él porque no creía lo que estaba viendo. Tocó un pasaje rapidísimo con una toalla en los ojos, a lo largo de toda la octava del mástil. Se que eso está preparado pero... Además, sólo había que mirarlo, era increíble. No mira el mástil jamás, como si la guitarra y él fueran uno. Su mano derecha no se ve forzada en ningún momento, y si no es feliz tocando lo disimula muy bien. Casi me dieron ganas de vender mis guitarras...
He visto muchos videos de este hombre, pero no le hacen justicia. Toca la guitarra como si llevar dos siglos con ella, con una soltura y una despreocupación brutales. Sobre todo teniendo en cuenta que hace solos que hasta a los grandes del foro les costaría aprender. De hecho, creo que nunca he visto a un guitarrista de rock o metal tan genial en directo, y eso que he visto a Morse y Petrucci, y a otros que no son mancos...
Además hay que decir que es un gran frontman, y sería aún mejor si pesara menos de 200 kilos
La única pega de Symphony es el bajista, toca bien, pero a altas velocidades pierde muchísima definición...
Ahora Dream Theater:
Gran puesta en escena, gran iluminación, hormigas gigantes de adorno (por el último disco) por doquier, las pantallas mostrando los solos a un palmo de distancia, para quien dude que si han fallado una nota o no. Ni que decir el sonido, tardaron tema y medio en empezar a sonar como los ángeles... El técnico muy bien, en cuanto vio que aquello no iba perfecto empezó a meter baza y todo empezó a estar en su sitio.
Hay que decir que empezaron un poco tímidos, sobre todo Petrucci, y aunque LaBrie me ha sorprendido (se defiende muy bien en directo, en especial con volúmenes bajos) no tiene ese toque de Frontman que tiene Russel Allen.
De Portnoy no hay nada que decir... Bueno si, que es un guarro, se tiró medio concierto escupiendo y casi le da a Labrie, que se giró para mirarle Es un batería brutal, que disfruta como un crío jugando mientras hace síncopas, contratiempos, acentos cambiados, compases imposibles... Y encima es el verdadero Frontman del grupo, animando al público desde ahí atrás. Asi que nada, que me dejó de piedra.
Myung es un bajista excepcional, me sorprendió como utiliza los arpegios para hacer lineas de bajo que emplastan perfectamente con cada tema, la concentración constante que tiene en todo momento. Sin duda uno de los mejores de la historia, con un sentido del ritmo fenomenal.
Jordan Rudess soberbio con los teclados, un auténtico virtuoso como los hay pocos... Con su perilla de chivo no paraba de animar, y salió a tocar con uno de esos sintes tan ochenteros que imitan la forma de las guitarras en un par de temas, que se prolongaron con solos hasta el infinito.
Y Petrucci... Como digo empezó tímido pero acabó como lo que es, un grande. Es cierto que Romeo es más técnico, puesto que al verlos se nota una diferencia abismal entre la movilidad de la púa (un poco rígida en Petrucci, y suave y suelta como ningún otro en Romeo) y la facilidad para hacer arpegios con Tapping (brutal el tapping de Romeo, aunque el de Petrucci no es precisamente malo eh? ) y otras barbaridades.
Pero tengo que decir que Petrucci se marcó solos con un feeling brutal. Yo no se que es feeling, pero ese hombre lo tiene a raudales. Solos lentos, sentidos, como el que precedió a The Spirit Carries On, o el de Surrounded (Genial versión la que hicieron, plagada de matices y cambios de tempo) superaron en mucho a los solos rápidos (que los hubo y fueron geniales).
Si que me encantó cómo controla la acentuación, algo que pocos guitarristas hacen como él. Eso hace que los solos al unísono con Ruddess sean más variados, con matices de acentuación que se notan mucho en un directo, donde la compresión no es tan exagerada como en un disco. Se pueden contar con los dedos de una mano los guitarristas con ese toque y esa acentuación juntos... Además, ese vibrato, esos estiramientos... Simplemente genial...
En resumen, a los Symphony X no les hizo justicia el sonido y Dream Theater fueron fabulosos.
Decir que los dos grupos son geniales en directo, os guste su estilo o no, porque conectan con el grupo como solo los grandes saben, y se nota que aún no están cansados de hacer música, sino que disfrutan mucho haciendo disfrutar.
Y de los guitarristas, dos bestias, cada uno en su estilo absolutamente genial.
Ha sido una de esas ocasiones en que no sabes si dejar de tocar la guitarra o irte a casa corriendo a cogerla.