Espero no incurrir en un error al tratar de abrir un hilo acerca de amplificación para bajos eléctricos a pesar de ser una página llamada guitarristas y no bajistas. Sin embargo como en varios apartados se incluye al bajo discretamente en ciertas descripciones, me lanzo al ruedo.
[Contexto, o relleno, por tanto omitible aunque creo ayuda a explicar un poco la situación]
Actualmente dispongo de un amplificador Warwick Blue Cab 15.1 de 15w con unos cuantos años de edad, que estéticamente está como nuevo pero internamente tiene ya un rodaje bastante intensito, le he cambiado las resistencias un par de veces y revisado unas cuantas. Pero lo que me pasó el otro día fue algo nuevo, y es que, incauto de mí, me puse a slapear como un bestia con mi Fender Jazz Bass de circuito activo, y lo que ocurrió es que el transistor empezó a fallar: disminuyó la potencia del sonido, lo distorsionó y le dio un efecto wah-wah muy poco agradecido. Vamos que casi se me va al otro barrio.
[Fin del contexto/relleno, ya podéis retomar el hilo]
Aunque de momento me aguanta porque sólo ocurre a volúmenes a partir del 6 en tonalidades muy graves (Por debajo del Sol grave) me preocupa, y he decidido empezar a fichar nuevo equipo, y mis ojos han caído en la nueva serie Rumble de Fender.
Como ya sabréis, hay varios modelos en función de la potencia, tenemos el de 15w (99€), el de 25w (150€), el de 40w (275€) y el de 100w (330€) (Precios estimados o aproximados, no exactos).
Al principio por relación potencia/precio me tiré al de 100w porque tenía muchas opciones de personalizar el volumen y su potencia bastaba para poder ensayar con batería de intensidad suave-moderada o conciertos pequeños sin necesidad de hacer sufrir al amplificador, pero como no tengo grupo ni, por tanto, intención de dar bolos, desestimé la idea, amén del espacio en casa.
Y llegamos al quid de la cuestión. El modelo de 40w mantiene bastantes opciones de personalización de volumen, mientras que el de 25w tiene un control mucho más simple (Aunque ambos conservan el overdrive). La lógica me dice que debería tirar a por el de 40w pero la cartera me dice que si ya con ponerlo a 4 el actual mi casa tiembla, tratar de meter un amplificador que duplica su potencia sería un despropósito que no aprovecharía en condiciones, aparte de que el salto de dinero de un modelo a otro es significativo.
La función de estos amplis es para ensayar en casa, y no tengo una habitación acondicionada para ello. Por tanto, os pregunto a vosotros, ya que temo cometer un error por querer meter demasiado y no poder aprovecharlo (Y en esencia, desperdiciar el dinero). ¿Tiraríais a por el de 40w, buscando la calidad ante todo; o a por el de 25w, pensando que igual se adapta más a mis necesidades? O incluso irme al de 15w. Me gustaría leer vuestros comentarios a ver qué os dice vuestra lógica, que la mía sigue de vacaciones.
¡Gracias!