Saludos, gente guitarrera.
Hoy conoceremos un modelo que desde siempre rondaba mi cabeza. Conseguir una Gibson Explorer era una de mis metas, y habiendo tenido anteriormente imitaciones con más o menos resultado, se me presentó la oportunidad de adquirir una. Al fin una verdadera Gibson Explorer. Y con el interesante añadido de ser una guitarra inspirada en el modelo de 1976, que fue cuando tras 17 años de abandono, Gibson (comandado en esa época por el grupo de empresas Norlin) reanudó la producción del icónico modelo desarrollado en 1958.
Gibson 70's Explorer del año 2020
Así pues, se trata de una fabricación del año 2020 y que parece haberse agotado a lo largo de los últimos meses.
El color es un blanco amarillento, imitando el desgaste del tiempo sobre una pintura nueva. Se aprecia perfectamente el tono en contraposición al blanco puro del golpeador. Este es de tres capas, a diferencia de los de los años 70 que parecen ser monocapa.
El diapasón, de palisandro, tiene otra característica poco usual: el binding o cenefa en los bordes. Nada común en las explorer y que le da un aire cercano al de las guitarras Les Paul.
Está construida enteramente de caoba, con mástil encolado y en el clásico ángulo con respecto al cuerpo. Monta los típicos 22 trastes en una escala de 628 mm.
El peso es de unos 3,7 kilos, aproximadamente.
Electrónica.
El alma del sonido proviene de dos pastillas 70s tribute humbucker destapadas. Sí, aparentemente se trata del mismo tipo de pastilla en puente y mástil, pero la distancia entre ellas y la diferencia de altura hace que al cambiar de una a otra se aprecie correctamente la variación sonora, como en guitarras equipadas con diferentes pastillas para ambas posiciones.
El sonido es deliciosamente contenido. Un hermoso tono grueso y no muy agresivo en principio, que nos permitirá tocar alegremente Rock, con la posibilidad de ir al Blues o, con algo de ecualización o la ayuda de un pedal overdrive, lanzarnos al Heavy Metal sin problemas. Creo que se puede decir que son versátiles.
Y aquí uno de los puntos que menos me gusta de las Explorer de configuración clásica: la posición del conmutador de pastillas. Su situación en el pico inferior de la guitarra se me hace alejado y algo incómodo. Incluso visualmente me parece poco atractivo, pero tampoco es algo grave y Gibson apenas fabrica opciones de estas guitarras con el switch cerca de los controles.
Tenemos dos potenciómetros de volúmen (uno para cada pastilla) y uno de tono general, que viene equipado con un condensador o capacitor "orange drop".
Puente y clavijas.
El puente es el clásico Tune O Matic. Mismo que montan las Les Paul. Clavijas Grover de reputada calidad y sí, al igual que en las Les Paul, la inclinación del clavijero nos puede dar algún problema con la afinación de las tercera y segunda cuerdas, pero hay varios trucos para minimizarlo. Yo, simplemente pintando con un lápiz blando los canales de la cejuela lo he corregido bastante.
Sensación general.
La guitarra me agradó inmediatamente al probarla en la tienda. Muy cómoda sentado y con acción bien bajita. De pie se revela como muy bien equilibrada. No cabecea y resulta ligera. Creo que el que hayan puesto el enganche para la correa tras la unión del mástil en lugar de en la parte superior del cuerpo, como es habitual, puede contribuir a que se note cómoda y estable.
Muy agradable su sonido, como ya comenté, y que invita a roquear.
Algunos contras.
El diapasón venía tan seco que era prácticamente gris. Creí que era así, pero al darle hidratación Dunlop, recupera el color oscuro y suave. Menos mal.
El estuche es muy bonito por adentro, con el hueco al milímetro para encajar el instrumento, gran cajón para la documentación, herramientas y demás y un hermoso aspecto marrón en el exterior. Pero no es demasiado estable al apoyarlo con el asa hacia arriba. Las bisagras están casi al mismo nivel de las patitas semi esféricas y cualquier irregularidad del suelo puede dejarlo en equilibrio precario.
Elementos adjuntos.
Gibson tiene el detalle de incluir un pequeño manual de usuario, tarjeta de inspección del instrumento terminado (con foto de la guitarra en la mesa al pasar la revisión final) y objetos como una práctica herramienta multiusos para ajustes, un paño suave de limpieza y una correa, que aunque normalita, no deja de ser un detalle a agradecer.
En conclusión, la Explorer que hacía tiempo deseaba ha colmado mis expectativas e inmediatamente se me reveló como superior a imitaciones que había tenido anteriormente.
Me alegra haber dado con un modelo inspirado en los años 70, que aunque se considera la peor época de Gibson, ofreció interesantes piezas que son apreciadas por muchos usuarios.
Un saludo, gente.
Hoy conoceremos un modelo que desde siempre rondaba mi cabeza. Conseguir una Gibson Explorer era una de mis metas, y habiendo tenido anteriormente imitaciones con más o menos resultado, se me presentó la oportunidad de adquirir una. Al fin una verdadera Gibson Explorer. Y con el interesante añadido de ser una guitarra inspirada en el modelo de 1976, que fue cuando tras 17 años de abandono, Gibson (comandado en esa época por el grupo de empresas Norlin) reanudó la producción del icónico modelo desarrollado en 1958.
Gibson 70's Explorer del año 2020
Así pues, se trata de una fabricación del año 2020 y que parece haberse agotado a lo largo de los últimos meses.
El color es un blanco amarillento, imitando el desgaste del tiempo sobre una pintura nueva. Se aprecia perfectamente el tono en contraposición al blanco puro del golpeador. Este es de tres capas, a diferencia de los de los años 70 que parecen ser monocapa.
El diapasón, de palisandro, tiene otra característica poco usual: el binding o cenefa en los bordes. Nada común en las explorer y que le da un aire cercano al de las guitarras Les Paul.
Está construida enteramente de caoba, con mástil encolado y en el clásico ángulo con respecto al cuerpo. Monta los típicos 22 trastes en una escala de 628 mm.
El peso es de unos 3,7 kilos, aproximadamente.
Electrónica.
El alma del sonido proviene de dos pastillas 70s tribute humbucker destapadas. Sí, aparentemente se trata del mismo tipo de pastilla en puente y mástil, pero la distancia entre ellas y la diferencia de altura hace que al cambiar de una a otra se aprecie correctamente la variación sonora, como en guitarras equipadas con diferentes pastillas para ambas posiciones.
El sonido es deliciosamente contenido. Un hermoso tono grueso y no muy agresivo en principio, que nos permitirá tocar alegremente Rock, con la posibilidad de ir al Blues o, con algo de ecualización o la ayuda de un pedal overdrive, lanzarnos al Heavy Metal sin problemas. Creo que se puede decir que son versátiles.
Y aquí uno de los puntos que menos me gusta de las Explorer de configuración clásica: la posición del conmutador de pastillas. Su situación en el pico inferior de la guitarra se me hace alejado y algo incómodo. Incluso visualmente me parece poco atractivo, pero tampoco es algo grave y Gibson apenas fabrica opciones de estas guitarras con el switch cerca de los controles.
Tenemos dos potenciómetros de volúmen (uno para cada pastilla) y uno de tono general, que viene equipado con un condensador o capacitor "orange drop".
Puente y clavijas.
El puente es el clásico Tune O Matic. Mismo que montan las Les Paul. Clavijas Grover de reputada calidad y sí, al igual que en las Les Paul, la inclinación del clavijero nos puede dar algún problema con la afinación de las tercera y segunda cuerdas, pero hay varios trucos para minimizarlo. Yo, simplemente pintando con un lápiz blando los canales de la cejuela lo he corregido bastante.
Sensación general.
La guitarra me agradó inmediatamente al probarla en la tienda. Muy cómoda sentado y con acción bien bajita. De pie se revela como muy bien equilibrada. No cabecea y resulta ligera. Creo que el que hayan puesto el enganche para la correa tras la unión del mástil en lugar de en la parte superior del cuerpo, como es habitual, puede contribuir a que se note cómoda y estable.
Muy agradable su sonido, como ya comenté, y que invita a roquear.
Algunos contras.
El diapasón venía tan seco que era prácticamente gris. Creí que era así, pero al darle hidratación Dunlop, recupera el color oscuro y suave. Menos mal.
El estuche es muy bonito por adentro, con el hueco al milímetro para encajar el instrumento, gran cajón para la documentación, herramientas y demás y un hermoso aspecto marrón en el exterior. Pero no es demasiado estable al apoyarlo con el asa hacia arriba. Las bisagras están casi al mismo nivel de las patitas semi esféricas y cualquier irregularidad del suelo puede dejarlo en equilibrio precario.
Elementos adjuntos.
Gibson tiene el detalle de incluir un pequeño manual de usuario, tarjeta de inspección del instrumento terminado (con foto de la guitarra en la mesa al pasar la revisión final) y objetos como una práctica herramienta multiusos para ajustes, un paño suave de limpieza y una correa, que aunque normalita, no deja de ser un detalle a agradecer.
En conclusión, la Explorer que hacía tiempo deseaba ha colmado mis expectativas e inmediatamente se me reveló como superior a imitaciones que había tenido anteriormente.
Me alegra haber dado con un modelo inspirado en los años 70, que aunque se considera la peor época de Gibson, ofreció interesantes piezas que son apreciadas por muchos usuarios.
Un saludo, gente.