Saludos.
La época de las Gibson que abarca desde principios de los años 70 hasta 1986, conocida como era Norlin por el grupo de empresas que adquirió la marca, es la más denostada de toda su historia. En algunos casos con razón. Pero en otros, como suele ocurrir, por no haber sido bien recibidos sus aciertos.
Aprovechemos para conocer algo más de esa etapa, a través de la atribulada historia de una Les Paul Custom que acaba de terminar su segunda transformación en 47 años.
La larga historia de una Gibson Les Paul Custom de 1975.
Yo quería la Les Paul Custom de Billy Duffy, guitarrista de la banda The Cult. Su aspecto, negra con la tapa de arce al natural, me cautivó desde que descubrí a la banda. Y la única forma de tener algo así, era mandándolo a hacer a un luthier, porque hasta ahora no se fabrica esta inusual terminación. Hay rumores de signature de Billy, pero no salen adelante, a pesar de algunas fotos de prototipos. A su vez, Billy se inspiró en la Custom de Mick Ronson, "Ronno", guitarrista de David Bowie e Ian Hunter.
Mick Ronson en 1973 y Billy Duffy en 1989 con sus hermosas LP Custom.
Tras comprar alguna Custom moderna de segunda mano y no obtener el resultado deseado, la vendí y me arriesgué comprando una interesante oferta de una Custom de 1975. Estaba toda decapada y terminada rústicamente en nitro. Como la guitarra ya no estaba como salió de la factoría, era una buena base sobre la que trabajar para dejarla como mi Custom soñada.
Comencemos el viaje que nos hará aprender sobre ésa oscura época.
Al principio.
Según el catálogo Gibson que encontré por internet, en el año 1975 las Les Paul Custom se fabricaban en tres acabados: negro, blanco o cherry sunburst. Pero una serie limitada se termino en color "wine red" (color vino). La guitarra que compré de segunda mano, parece haber sido de esa serie limitada. Y digo parece, porque como ya comenté, había sido completamente despintada en algún momento del pasado.
Este seguramente era el aspecto original de la guitarra.
Y así lucía tal como la adquirí en el año 2020:
En este punto, aparentemente sus únicos componentes originales eran los herrajes, los plásticos y la madera. Ni potenciómetros, ni pastillas (pickups) ni acabado eran ya originales.
A lo largo de casi dos años, fui mandándole hacer trabajos a la guitarra, culminando con una visita al luthier para darle un nuevo acabado final.
Y el camino concluyó con un bello acabado al aceite / cera, dejándola exactamente con el aspecto de la de Billy Duffy. El sueño se había cumplido, y nunca disfruté tanto de esta guitarra.
Comienza la transformación.
Por desgracia no tengo fotos del proceso, ya que fue hecho en un taller lejos de mi casa, pero iré comentando las distintas etapas.
Primero hubo que retrastearla. Los trastes originales eran ultra planos y bajos. La "maravilla sin trastes" (fretless wonder) va bien para acordes, pero para estilos como el que toco yo, más Rock con vibratos y bendings en solos, no van bien. El dedo al pulsar la cuerda toca el diapasón, y el roce es incómodo. Nuevos trastes altos solucionaron el problema.
Luego vino un cambio de herrajes. Los dorados originales estaban en buenas condiciones, pero yo los necesitaba cromados. Elegí piezas Gibson en níquel, que en poco tiempo pierden el brillo y quedan con un aspecto que me encanta. Las clavijas son Grover de "media Luna", de excepcional calidad, suaves y cómodas.
El puente es del tipo Nashville. 1975 fue el primer año en el que Gibson colocó el nuevo puente en las Les Paul. El Nashville, al ser más ancho, permite un mayor recorrido de las selletas y por tanto, más juego para el ajuste de octavación. Por lo que coloqué el mismo puente pero en cromado.
Esta fue una indudable mejora con respecto al anterior puente ABR. Pero uno de los varios puntos no aceptados por los puristas, al suponer una diferencia con respecto a los modelos de finales de los años 50, considerados como las "genuinas Les Paul históricas".
Los potes o perillas de control de volumen y tono están bastante duros. Se les nota mucho los años. Preferí dejar los potenciómetros porque la guitarra suena fenomenal y no quiero cambiarle nada de la electrónica, pero le puse perillas o potes tipo "sombrero" de Gibson. Otro detalle como las de Duffy, que por cierto posee dos de estas guitarras era Norlin, de 1976 y 1979.
Los marcos de las pastillas son los originales, más altos que los actuales y que no se pueden conseguir. El del mástil está dañado justo en uno de los tornillos de ajuste de altura de la pastilla, pero ha sido pegado y, sin maltratos, aguantará bien.
Las pastillas son de 1978, por lo que en algún momento fueron puestas en sustitución de las originales. Se trata de una T-top en mástil y de una Dirtifinger en puente. Ambas de Gibson, y que para lo que toco, Hard Rock, Blues Rock, van perfectas. Tienen bastante salida y suenan gordas y potentes. Este es otro punto que no gustó de ésa época. El Rock ya era más poderoso y Gibson tal vez quiso dotar de mayor contundencia al sonido de las Les Paul. Sin duda, un acierto si se deseaba ese Rock duro, pero no aceptado por quienes buscaban el sonido clásico de los años 50.
Los potenciómetros sin duda le fueron cambiados, ya que son de la marca Dimarzio. A pesar de estar duros por la cantidad de años que tienen, los muevo sin parar para que se suavicen un poco, y prefiero dejarlos de momento, ya que todo suena y funciona muy bien. El selector de pastillas, va suave, firme y sin ruidos al cambiar entre sus tres posiciones.
Un vistazo al clavijero.
La pala de la guitarra merece casi un estudio completo. Para empezar, hay aquí una combinación de aciertos y abaratamientos. Estéticamente, el famoso "diamante" con forma de rombo de las Custom está ahí, en toda su hermosura. Pero en un afán de abaratar costes con cada mínimo detalle, el logotipo de Gibson carece del punto en la letra "i". No es broma. Se ahorraron el punto en esa letra, por absurdo que suene. Es un detalle que permite identificar instantáneamente las Les Paul de mediados de los años 70.
Su construcción tiene algunas particularidades interesantes. Está construida en varias partes (cinco , creo), cuya zona central viene del mástil hecho en tres piezas. Hablaremos luego de él.
Nuevamente en un afán de optimizar el método de construcción y minimizar el desperdicio de madera, el ángulo de inclinación de la pala se redujo de los 17 grados anteriores, a 14. Visualmente no es muy evidente a menos que se compare con una LP anterior o post Norlin.
Y el punto crítico: la zona de la cavidad del ajuste del alma del mástil, siempre fue la más débil en las Les Paul. Cualquier caída en la que la pala golpee el suelo, casi con toda seguridad acarreará la rotura del instrumento en ese punto. La "voluta", se implementó en esta época para reforzar esa zona. Un engordamiento justo en el ángulo bajo la cejuela que añadía algo de madera a esa zona tan sensible. Otro acierto despreciado por los puristas y que a mi me gusta mucho. Hay quien dice que dicha voluta le molesta y estorba al tocar. Es raro. Para mi, queda fuera de la mano y es como si no estuviera.
Otra característica poco usual es que en algunos modelos de este año (seguramente por ser de la tirada limitada en acabado "wine red"), el número de serie venía indicado en una pegatina (calcomanía o sticker) ovalado en la parte superior de la trasera de la pala. Dicha pegatina voló con el primer decapado que alguien le hizo, pero ha quedado la marca ovalada en la madera, que indica el lugar en el que se colocaba dicha pegatina. Así que por desgracia, no hay número se serie, pero sí la marca que indica algo poco usual y que reafirma que es una Gibson original.
El mástil.
El mástil es de caoba en tres piezas longitudinales. La construcción por partes lo dota de mayor resistencia, y 1975 fue el último año de la etapa Norlin en que se hizo de caoba. A partir de 1976 ya se empezó a construir en Arce en tres piezas longitudinales, siendo aún más resistente, pero con un ligero cambio de tono en el sonido, según los entendidos.
El diapasón es de bello ébano. Bien negro y suave.
Construcción tipo "sandwich".
El bloque de la guitarra tiene una característica típica, y quizás la más notoria, de mediados de los años 70: la construcción tipo "sandwich". Hay Les Pauls de una sola pieza de caoba, o de dos piezas longitudinales. Pero en 1975 se hacían como una tarta en capas (o sandwich): una primera pieza de caoba entera con el contorno de la guitarra tenía en medio una fina lámina de arce, encima nuevamente otra pieza completa de caoba y finalmente la tapa arqueada de arce.
Una pieza encima de otra que hacía que en todo el canto de la guitarra se apreciara la línea de unión de dichas piezas. Esto sólo es evidente en las guitarra con acabados transparentes, por supuesto. Se suele citar esta característica constructiva como uno de los puntos más negativos y menospreciados de esa época. Pero lo cierto es que por detrás, nos permite tener una hermosa pieza completa de caoba sin líneas de unión.
La tapa de arce.
La tapa de arce no escapa a las diferencias con los modelos anteriores de Les Paul. Para empezar, en lugar de ser de dos piezas, pasó a ser de tres. Mi modelo no está mal, a pesar de algunas zonas algo irregulares en el extremo más alejado del cordal. Al menos están bien centradas y se notan poco. El arce es "plain top", sin flameado, lo cual es lo que buscaba para este acabado.
Una de las características más evidentes de esta tapa, es que el arqueado es diferente al de las LP anteriores y posteriores a Norlin. No se trata de una curva que se suaviza conforme se acerca a los extremos, si no que cae uniformemente hasta el binding decorativo del perímetro. En este caso, sin duda se trata de un ahorro en trabajo y tiempo de lijado para abaratar costes.
Al menos, luce hermosa y con esa combinación de hierro del puente Tune O matic y madera que me cautiva.
El acabado al aceite / cera.
Cuando busqué un acabado como el que quería, las opciones eran un lacado en poliuretano o en nitrocelulosa. El poliuretano normal me daba miedo. Podía quedar algo artificial y sin el encanto de la nitro. Pero la nitro es muy cara. El trabajo puede llegar a los 560 euros, según averigüé.
Preguntando, localicé a un luthier que hacía acabados al aceite. Hace poco adquirí una Tokai tipo Strato de caoba con acabado al aceite. Y no estaba mal. Tras pensármelo, decidí que un acabado mate, con un ligero brillo satinado y encerado, le iría bien. Y era mucho más barato.
El muchacho hizo un excelente trabajo. La guitarra quedó bien negra y con la tapa de arce casi al natural, con un encerado final. El brillo es ligero, y aunque no tiene ese atractivo acabado de la nitro o el poli, se ve igualmente hermosa, para mi gusto.
Hay que tener algunas consideraciones de cuidado, ya que es un acabado más sensible a golpes o arañazos. Pero como no suelo maltratar mis instrumentos, no hay inconveniente.
Para finalizar este rejuvenecimiento, fui juntando algunos cachivaches para que la guitarra no estuviera tan solita. Al comprarla, me vino con un deteriorado estuche no original y sin ningún papel o documento.
Como adornos, he conservado los cartones de las clavijas Grover, de los herrajes nuevos y una copia plastificada de la página del catálogo de Gibson de aquel año 1975, en el que se indican algunas características de las Les Paul Deluxe y Custom de dicho año. Poquita cosa, pero algo es algo.
El estuche.
El estuche es actual (año 2021) original Gibson. Está muy bien terminado y cuenta con cierres anchos muy robustos. El interior es rojo y bastante bien acolchado. Como es habitual, es difícil guardar en él correas gruesas. Y el dato más llamativo: ya no está fabricado en Canadá como siempre ha sido, si no en... adivinen: China. Esperemos que no sea el preludio de algo más preocupante con respecto a los instrumentos que albergan.
Puro Rock.
La guitarra suena muy poderosa y gorda. Es posible que esté restringida al Rock, pero como es lo que suelo tocar, no me supone un problema.
Resulta algo dura al tacto para mi gusto, seguramente por haber recibido trastes muy gordos. Usualmente uso cuerdas de calibre 0.10 en mis Les Paul, pero me he visto obligado a cambiarle a 0,9 a ésta. Ahora va como la seda, tras realizarle yo por primera vez la octavación. Creo que me salió lo suficientemente bien, je. De todas formas, se la llevaré al luthier más adelante para ver si se puede ajustar mejor la acción.
Su sonido en limpio es brillante, aunque redondo y gordo. Con distorsión, se desata todo su poder. Suena cruda, pero cálida. incluso afinando la sexta cuerda en RE, tocar cosas modernas bien Heavies es una delicia. Un sonido poderoso que nadie previó cuando la guitarra fue fabricada.
Su peso ronda los 4,4 kilos. No tan exagerado como otras de esta época que pueden llegar o pasar de los 5 kilos.
Y hasta aquí la review de esta guitarra en la que he procurado comentar varias de las rarezas y novedades que tuvo esa época, y que puede llevar a confusiones y equívocos. Se dio la circunstancia de que otro luthier, al verla, exclamó que "eso" no era una Gibson si no una copia, desconociendo éste por completo todos los puntos comentados aquí.
Una interesante Les Paul Custon de la era Norlin, con sus problemas y aciertos, y que me está dando buenas sensaciones. Finalmente se cumplió el objetivo de tener una con el aspecto de uno de mis ídolos guitarreros. Una etapa alcanzada.
Aquí quien suscribe, con la guitarra deseada en sus manos:
¡Un saludo y gracias por leer!
La época de las Gibson que abarca desde principios de los años 70 hasta 1986, conocida como era Norlin por el grupo de empresas que adquirió la marca, es la más denostada de toda su historia. En algunos casos con razón. Pero en otros, como suele ocurrir, por no haber sido bien recibidos sus aciertos.
Aprovechemos para conocer algo más de esa etapa, a través de la atribulada historia de una Les Paul Custom que acaba de terminar su segunda transformación en 47 años.
La larga historia de una Gibson Les Paul Custom de 1975.
Yo quería la Les Paul Custom de Billy Duffy, guitarrista de la banda The Cult. Su aspecto, negra con la tapa de arce al natural, me cautivó desde que descubrí a la banda. Y la única forma de tener algo así, era mandándolo a hacer a un luthier, porque hasta ahora no se fabrica esta inusual terminación. Hay rumores de signature de Billy, pero no salen adelante, a pesar de algunas fotos de prototipos. A su vez, Billy se inspiró en la Custom de Mick Ronson, "Ronno", guitarrista de David Bowie e Ian Hunter.
Mick Ronson en 1973 y Billy Duffy en 1989 con sus hermosas LP Custom.
Tras comprar alguna Custom moderna de segunda mano y no obtener el resultado deseado, la vendí y me arriesgué comprando una interesante oferta de una Custom de 1975. Estaba toda decapada y terminada rústicamente en nitro. Como la guitarra ya no estaba como salió de la factoría, era una buena base sobre la que trabajar para dejarla como mi Custom soñada.
Comencemos el viaje que nos hará aprender sobre ésa oscura época.
Al principio.
Según el catálogo Gibson que encontré por internet, en el año 1975 las Les Paul Custom se fabricaban en tres acabados: negro, blanco o cherry sunburst. Pero una serie limitada se termino en color "wine red" (color vino). La guitarra que compré de segunda mano, parece haber sido de esa serie limitada. Y digo parece, porque como ya comenté, había sido completamente despintada en algún momento del pasado.
Este seguramente era el aspecto original de la guitarra.
Y así lucía tal como la adquirí en el año 2020:
En este punto, aparentemente sus únicos componentes originales eran los herrajes, los plásticos y la madera. Ni potenciómetros, ni pastillas (pickups) ni acabado eran ya originales.
A lo largo de casi dos años, fui mandándole hacer trabajos a la guitarra, culminando con una visita al luthier para darle un nuevo acabado final.
Y el camino concluyó con un bello acabado al aceite / cera, dejándola exactamente con el aspecto de la de Billy Duffy. El sueño se había cumplido, y nunca disfruté tanto de esta guitarra.
Comienza la transformación.
Por desgracia no tengo fotos del proceso, ya que fue hecho en un taller lejos de mi casa, pero iré comentando las distintas etapas.
Primero hubo que retrastearla. Los trastes originales eran ultra planos y bajos. La "maravilla sin trastes" (fretless wonder) va bien para acordes, pero para estilos como el que toco yo, más Rock con vibratos y bendings en solos, no van bien. El dedo al pulsar la cuerda toca el diapasón, y el roce es incómodo. Nuevos trastes altos solucionaron el problema.
Luego vino un cambio de herrajes. Los dorados originales estaban en buenas condiciones, pero yo los necesitaba cromados. Elegí piezas Gibson en níquel, que en poco tiempo pierden el brillo y quedan con un aspecto que me encanta. Las clavijas son Grover de "media Luna", de excepcional calidad, suaves y cómodas.
El puente es del tipo Nashville. 1975 fue el primer año en el que Gibson colocó el nuevo puente en las Les Paul. El Nashville, al ser más ancho, permite un mayor recorrido de las selletas y por tanto, más juego para el ajuste de octavación. Por lo que coloqué el mismo puente pero en cromado.
Esta fue una indudable mejora con respecto al anterior puente ABR. Pero uno de los varios puntos no aceptados por los puristas, al suponer una diferencia con respecto a los modelos de finales de los años 50, considerados como las "genuinas Les Paul históricas".
Los potes o perillas de control de volumen y tono están bastante duros. Se les nota mucho los años. Preferí dejar los potenciómetros porque la guitarra suena fenomenal y no quiero cambiarle nada de la electrónica, pero le puse perillas o potes tipo "sombrero" de Gibson. Otro detalle como las de Duffy, que por cierto posee dos de estas guitarras era Norlin, de 1976 y 1979.
Los marcos de las pastillas son los originales, más altos que los actuales y que no se pueden conseguir. El del mástil está dañado justo en uno de los tornillos de ajuste de altura de la pastilla, pero ha sido pegado y, sin maltratos, aguantará bien.
Las pastillas son de 1978, por lo que en algún momento fueron puestas en sustitución de las originales. Se trata de una T-top en mástil y de una Dirtifinger en puente. Ambas de Gibson, y que para lo que toco, Hard Rock, Blues Rock, van perfectas. Tienen bastante salida y suenan gordas y potentes. Este es otro punto que no gustó de ésa época. El Rock ya era más poderoso y Gibson tal vez quiso dotar de mayor contundencia al sonido de las Les Paul. Sin duda, un acierto si se deseaba ese Rock duro, pero no aceptado por quienes buscaban el sonido clásico de los años 50.
Los potenciómetros sin duda le fueron cambiados, ya que son de la marca Dimarzio. A pesar de estar duros por la cantidad de años que tienen, los muevo sin parar para que se suavicen un poco, y prefiero dejarlos de momento, ya que todo suena y funciona muy bien. El selector de pastillas, va suave, firme y sin ruidos al cambiar entre sus tres posiciones.
Un vistazo al clavijero.
La pala de la guitarra merece casi un estudio completo. Para empezar, hay aquí una combinación de aciertos y abaratamientos. Estéticamente, el famoso "diamante" con forma de rombo de las Custom está ahí, en toda su hermosura. Pero en un afán de abaratar costes con cada mínimo detalle, el logotipo de Gibson carece del punto en la letra "i". No es broma. Se ahorraron el punto en esa letra, por absurdo que suene. Es un detalle que permite identificar instantáneamente las Les Paul de mediados de los años 70.
Su construcción tiene algunas particularidades interesantes. Está construida en varias partes (cinco , creo), cuya zona central viene del mástil hecho en tres piezas. Hablaremos luego de él.
Nuevamente en un afán de optimizar el método de construcción y minimizar el desperdicio de madera, el ángulo de inclinación de la pala se redujo de los 17 grados anteriores, a 14. Visualmente no es muy evidente a menos que se compare con una LP anterior o post Norlin.
Y el punto crítico: la zona de la cavidad del ajuste del alma del mástil, siempre fue la más débil en las Les Paul. Cualquier caída en la que la pala golpee el suelo, casi con toda seguridad acarreará la rotura del instrumento en ese punto. La "voluta", se implementó en esta época para reforzar esa zona. Un engordamiento justo en el ángulo bajo la cejuela que añadía algo de madera a esa zona tan sensible. Otro acierto despreciado por los puristas y que a mi me gusta mucho. Hay quien dice que dicha voluta le molesta y estorba al tocar. Es raro. Para mi, queda fuera de la mano y es como si no estuviera.
Otra característica poco usual es que en algunos modelos de este año (seguramente por ser de la tirada limitada en acabado "wine red"), el número de serie venía indicado en una pegatina (calcomanía o sticker) ovalado en la parte superior de la trasera de la pala. Dicha pegatina voló con el primer decapado que alguien le hizo, pero ha quedado la marca ovalada en la madera, que indica el lugar en el que se colocaba dicha pegatina. Así que por desgracia, no hay número se serie, pero sí la marca que indica algo poco usual y que reafirma que es una Gibson original.
El mástil.
El mástil es de caoba en tres piezas longitudinales. La construcción por partes lo dota de mayor resistencia, y 1975 fue el último año de la etapa Norlin en que se hizo de caoba. A partir de 1976 ya se empezó a construir en Arce en tres piezas longitudinales, siendo aún más resistente, pero con un ligero cambio de tono en el sonido, según los entendidos.
El diapasón es de bello ébano. Bien negro y suave.
Construcción tipo "sandwich".
El bloque de la guitarra tiene una característica típica, y quizás la más notoria, de mediados de los años 70: la construcción tipo "sandwich". Hay Les Pauls de una sola pieza de caoba, o de dos piezas longitudinales. Pero en 1975 se hacían como una tarta en capas (o sandwich): una primera pieza de caoba entera con el contorno de la guitarra tenía en medio una fina lámina de arce, encima nuevamente otra pieza completa de caoba y finalmente la tapa arqueada de arce.
Una pieza encima de otra que hacía que en todo el canto de la guitarra se apreciara la línea de unión de dichas piezas. Esto sólo es evidente en las guitarra con acabados transparentes, por supuesto. Se suele citar esta característica constructiva como uno de los puntos más negativos y menospreciados de esa época. Pero lo cierto es que por detrás, nos permite tener una hermosa pieza completa de caoba sin líneas de unión.
La tapa de arce.
La tapa de arce no escapa a las diferencias con los modelos anteriores de Les Paul. Para empezar, en lugar de ser de dos piezas, pasó a ser de tres. Mi modelo no está mal, a pesar de algunas zonas algo irregulares en el extremo más alejado del cordal. Al menos están bien centradas y se notan poco. El arce es "plain top", sin flameado, lo cual es lo que buscaba para este acabado.
Una de las características más evidentes de esta tapa, es que el arqueado es diferente al de las LP anteriores y posteriores a Norlin. No se trata de una curva que se suaviza conforme se acerca a los extremos, si no que cae uniformemente hasta el binding decorativo del perímetro. En este caso, sin duda se trata de un ahorro en trabajo y tiempo de lijado para abaratar costes.
Al menos, luce hermosa y con esa combinación de hierro del puente Tune O matic y madera que me cautiva.
El acabado al aceite / cera.
Cuando busqué un acabado como el que quería, las opciones eran un lacado en poliuretano o en nitrocelulosa. El poliuretano normal me daba miedo. Podía quedar algo artificial y sin el encanto de la nitro. Pero la nitro es muy cara. El trabajo puede llegar a los 560 euros, según averigüé.
Preguntando, localicé a un luthier que hacía acabados al aceite. Hace poco adquirí una Tokai tipo Strato de caoba con acabado al aceite. Y no estaba mal. Tras pensármelo, decidí que un acabado mate, con un ligero brillo satinado y encerado, le iría bien. Y era mucho más barato.
El muchacho hizo un excelente trabajo. La guitarra quedó bien negra y con la tapa de arce casi al natural, con un encerado final. El brillo es ligero, y aunque no tiene ese atractivo acabado de la nitro o el poli, se ve igualmente hermosa, para mi gusto.
Hay que tener algunas consideraciones de cuidado, ya que es un acabado más sensible a golpes o arañazos. Pero como no suelo maltratar mis instrumentos, no hay inconveniente.
Para finalizar este rejuvenecimiento, fui juntando algunos cachivaches para que la guitarra no estuviera tan solita. Al comprarla, me vino con un deteriorado estuche no original y sin ningún papel o documento.
Como adornos, he conservado los cartones de las clavijas Grover, de los herrajes nuevos y una copia plastificada de la página del catálogo de Gibson de aquel año 1975, en el que se indican algunas características de las Les Paul Deluxe y Custom de dicho año. Poquita cosa, pero algo es algo.
El estuche.
El estuche es actual (año 2021) original Gibson. Está muy bien terminado y cuenta con cierres anchos muy robustos. El interior es rojo y bastante bien acolchado. Como es habitual, es difícil guardar en él correas gruesas. Y el dato más llamativo: ya no está fabricado en Canadá como siempre ha sido, si no en... adivinen: China. Esperemos que no sea el preludio de algo más preocupante con respecto a los instrumentos que albergan.
Puro Rock.
La guitarra suena muy poderosa y gorda. Es posible que esté restringida al Rock, pero como es lo que suelo tocar, no me supone un problema.
Resulta algo dura al tacto para mi gusto, seguramente por haber recibido trastes muy gordos. Usualmente uso cuerdas de calibre 0.10 en mis Les Paul, pero me he visto obligado a cambiarle a 0,9 a ésta. Ahora va como la seda, tras realizarle yo por primera vez la octavación. Creo que me salió lo suficientemente bien, je. De todas formas, se la llevaré al luthier más adelante para ver si se puede ajustar mejor la acción.
Su sonido en limpio es brillante, aunque redondo y gordo. Con distorsión, se desata todo su poder. Suena cruda, pero cálida. incluso afinando la sexta cuerda en RE, tocar cosas modernas bien Heavies es una delicia. Un sonido poderoso que nadie previó cuando la guitarra fue fabricada.
Su peso ronda los 4,4 kilos. No tan exagerado como otras de esta época que pueden llegar o pasar de los 5 kilos.
Y hasta aquí la review de esta guitarra en la que he procurado comentar varias de las rarezas y novedades que tuvo esa época, y que puede llevar a confusiones y equívocos. Se dio la circunstancia de que otro luthier, al verla, exclamó que "eso" no era una Gibson si no una copia, desconociendo éste por completo todos los puntos comentados aquí.
Una interesante Les Paul Custon de la era Norlin, con sus problemas y aciertos, y que me está dando buenas sensaciones. Finalmente se cumplió el objetivo de tener una con el aspecto de uno de mis ídolos guitarreros. Una etapa alcanzada.
Aquí quien suscribe, con la guitarra deseada en sus manos:
¡Un saludo y gracias por leer!