Que a veces los cambios son traumáticos, pero a la larga a veces compensan.
La vida da muchas sorpresas. A veces se equivoca y alguna de ellas es buena.
La empresa donde trabajaba mi mujer ya no estaba muy bien, y con la crisis se fue al carajo.
Por detalles que tampoco vale la pena explicar estaba cobrando de desempleo más que de nómina, y ahora resulta que va a empezar en otra empresa con más sueldo y con pintas de funcionar mejor (a priori).
Aún queda gente que se atreve a abrir un negocio en estos tiempos.
Lo que quiero decir es que en su momento es una situación que nos creó incertidumbre, pero que tampoco es para tanto.
Crisis la que aguantaron mis padres.