#47
Los trastes también con lana de acero, te los deja como un espejo. Tapa bien la boca de la guitarra con un trozo de papel y cinta de carrocero para que no se te meta el polvillo de acero dentro; y procura hacerlo en un sitio donde luego no te vallan a echar la bronca por como lo has dejado todo con los restos de la lana de acero
Si luego quieres darle un acabado "pofecionás", puedes hacerlo con aceite de linaza. Si conoces algún ebanista o algún albañil de los que trabajan el ladrillo visto, seguro que te puede dar un poco, porque se vende en envases grandes y no te merece la pena comprarlo para un uso ocasional. De todas formas, una botella de 1 litro no te va a costar más de 6 ó 7€. Si decides comprarlo, en los Leroy Merlines, carrefoures y similares venden unas latas que dicen ser de aceite de linaza pero que son un preparado cuasi-varniz con aditivos secantes y "guarreridas" varias. En las droguerías de toda la vida puedes encontrar el aceite de linaza natural en cuatro presentaciones: doble cocido, cocido, crudo y refinado. El doble cocido penetra poco y seca en unas pocas horas, el cocido penetra algo más y tarda algo más en secar. El crudo penetra bastante y tarda uno ó dos días en secar. El refinado penetra mucho y puede tardar en secar varios días o incluso más de una semana. El secado del aceite de linaza no se produce por evaporación como en los aceites volátiles, sino por oxidación, endureciendo y protegiendo la madera. Cuando no hay prisa, yo prefiero usar el refinado; pero el cocido es mucho más rápido y da un resultado bastante bueno. El proceso sería el siguiente:
Preparas una cantidad como una cucharadita de las de café de aceite de linaza mezclado "fifty-fifty" con esencia de trementina (a unas malas también sirve el sucedaneo de aguarrás), la esparces por todo el diapasón y la repartes bien con un trapo que no deje pelusa; lo dejas como una media hora para que la madera lo vaya absorbiendo y retiras todo lo que sobre frotando bien con el trapo. Al día siguiente vuelves a hacer lo mismo, pero esta vez con media cucharadita de aceite sin diluir; y al tercer día bruñes es diapasón con un trapo sobre el que has echado un chorrito de aceite. El resultado es increíble, y si haces una prueba de dureza marcando con una uña en una zona donde no se note antes y después del tratamiento, te vas a quedar sorprendido.
Los trastes también con lana de acero, te los deja como un espejo. Tapa bien la boca de la guitarra con un trozo de papel y cinta de carrocero para que no se te meta el polvillo de acero dentro; y procura hacerlo en un sitio donde luego no te vallan a echar la bronca por como lo has dejado todo con los restos de la lana de acero
Si luego quieres darle un acabado "pofecionás", puedes hacerlo con aceite de linaza. Si conoces algún ebanista o algún albañil de los que trabajan el ladrillo visto, seguro que te puede dar un poco, porque se vende en envases grandes y no te merece la pena comprarlo para un uso ocasional. De todas formas, una botella de 1 litro no te va a costar más de 6 ó 7€. Si decides comprarlo, en los Leroy Merlines, carrefoures y similares venden unas latas que dicen ser de aceite de linaza pero que son un preparado cuasi-varniz con aditivos secantes y "guarreridas" varias. En las droguerías de toda la vida puedes encontrar el aceite de linaza natural en cuatro presentaciones: doble cocido, cocido, crudo y refinado. El doble cocido penetra poco y seca en unas pocas horas, el cocido penetra algo más y tarda algo más en secar. El crudo penetra bastante y tarda uno ó dos días en secar. El refinado penetra mucho y puede tardar en secar varios días o incluso más de una semana. El secado del aceite de linaza no se produce por evaporación como en los aceites volátiles, sino por oxidación, endureciendo y protegiendo la madera. Cuando no hay prisa, yo prefiero usar el refinado; pero el cocido es mucho más rápido y da un resultado bastante bueno. El proceso sería el siguiente:
Preparas una cantidad como una cucharadita de las de café de aceite de linaza mezclado "fifty-fifty" con esencia de trementina (a unas malas también sirve el sucedaneo de aguarrás), la esparces por todo el diapasón y la repartes bien con un trapo que no deje pelusa; lo dejas como una media hora para que la madera lo vaya absorbiendo y retiras todo lo que sobre frotando bien con el trapo. Al día siguiente vuelves a hacer lo mismo, pero esta vez con media cucharadita de aceite sin diluir; y al tercer día bruñes es diapasón con un trapo sobre el que has echado un chorrito de aceite. El resultado es increíble, y si haces una prueba de dureza marcando con una uña en una zona donde no se note antes y después del tratamiento, te vas a quedar sorprendido.