Hola amigos. Hoy quiero compartir con ustedes mi experiencia con una guitarra que es toda una curiosidad y seguro que desconocida para la mayoría de los foreros, se trata de la Orfeus Solo, modelo fabricado en Bulgaria en los ya lejanos 80s cuando existía el campo socialista y a estos países no entraba prácticamente nada de las reconocidas marcas que invadían el mundo de la música.
Varios de aquellos países asumieron la fabricación de sus propias guitarras y bajos eléctricos, algunos desarrollando sus propios modelos basados en experiencias autóctonas y otros tratando de copiar (o copiando descaradamente) marcas conocidas y famosas que se abrían paso en el mundo. Así encontramos hoy buena cantidad de entusiastas coleccionistas y nostálgicos de la era de la Guerra Fría que exhiben sus modelos de aquellos años, la mayoría de ellos instrumentos incómodos de tocar o con una electrónica tan experimental que asombraría a cualquier erudito en el tema, muchas de aquellas guitarras eran construidas en plywood lo que limitaba considerablemente su durabilidad sin hablar de las incidencias en el sonido. No obstante, algunos de aquellos ejemplares han llegado hasta nuestros días.
Hoy les voy a hablar de esta guitarra que tengo desde hace pocos días, gracias a un conocido que la tenía tirada en su casa con un alto grado de deterioro y abandono, no lo pensé dos veces y me la traje a casa y poco a poco la voy devolviendo a la vida, pues me gusta darle una segunda oportunidad a esos instrumentos que debido a roturas o pérdidas han bajado del escenario.
La forma de este interesante aparato representa la apariencia balcánica de la legendaria Fender Stratocaster, pero como era habitual en la construcción socialista de guitarras, el parecido termina ahí.
En varios países de Europa del Este esta guitarra era conocida como "La Rayada" y su hermano bajo a la usanza del P-Bass le llamaban "El colchón" debido a las listas que forma la unión de maderas usadas en su construcción. El cuerpo de la Solo está armado a partir de varias capas de diversas maderas. De hecho, se podría decir que la guitarra está hecha de madera contrachapada, sólo que las capas no son paralelas al plano del cuerpo, sino perpendiculares). La viga central es de abeto, los laterales de fresno, los dos extremos también de abeto y cada capa está separada de la adyacente por finísimas vetas de caoba. Este “sándwich de miel" resultante tiene un aspecto impresionante. La guitarra es aún más impresionante en la parte trasera (además de hacerlas con un conjunto tan "colorido", también había versiones más ascéticas estéticamente, en las que los extremos consistían en anchas barras de fresno).
El brazo de fresno con diapasón de caoba está atornillado al cuerpo con cuatro tornillos a través de una placa metálica. Siguiendo la tradición búlgara, sólo los trastes 5, 7, 12 y 17 están marcados con puntos redondos. La cabeza del mástil no es inclinada, la pala recuerda la mítica Fender. Las llaves son las tradicionales de Orfeus, de cabeza rómbica de plástico blanco y muy fáciles de romperse con el uso y los años. La tuerca de ajuste del alma es en forma de bala y no está cubierta por ninguna tapa. La escala del diapasón es de 630 mm, con 44 mm en el traste 0 (una característica común a todas las guitarras del CAME, el uso de un traste 0) y 54 mm en el 21.
El puente es similar a los hardtails instalados en algunos modelos de Stratocaster en los años 70 donde las cuerdas pasan a través del cuerpo (tipo Telecaster) y no tiene mecanismo de trémolo. Las selletas independientes para cada cuerda permiten ajustar su altura y afinar la escala, aclarar que usa pequeños tornillos de cabeza plana.
El golpeador es en realidad una placa electrónica pintado con pintura negra que tiende a desgastarse y mostrar el cobre. Este golpeador es único, no sólo la lámina de cobre sirve de potente escudo para el circuito, sino que los micrófonos son una unidad inseparable con la carcasa pues las bobinas están pegadas al golpeador, los finos cables que salen de ellas van soldados directamente a la placa de cobre (Hay que tener mucho cuidado al desarmarlo pues los finos cables que salen de las bobinas podrían arrancarse fácilmente de forma accidental, tengo esa experiencia). Los tornillos guía de los imanes son en realidad tornillos normales y es lo único que se ve de los micrófonos fuera del golpeador. La disposición de los potenciómetros de la guitarra es sencillísima: dos volúmenes y un tono, sin llave de conmutación.
Naturalmente, a pesar del empeño competitivo de Orfeus por tener una “Fender Socialista” con semejante ramillete de diferencias no hay casi nada "estratoviano" en este instrumento. La guitarra es mucho más pesada de lo habitual, el mástil es más grueso que el de una Fender y usa trastes de bronce.
Bueno, acá les he hecho una presentación del instrumento de manera genérica, pero quisiera a continuación darles mis impresiones personales.
Acá en Cuba, los guitarristas que pasan los 45 o 50 años de edad, estamos familiarizados con marcas y modelos como Ural y Stela (URSS), Musima y Lear Star (RDA), Jolana (Checoslovaquia), o las Orfeus que entraron en varios modelos y desde los 60. La Orfeus Solo que, a pesar de haberse comenzado a construir a inicios de los 80, acá comenzaron a verse en los últimos años de esa década. Durante el boom del rock nacional a inicios de los 90, varias de ellas eran vistas en escena, algunas con cambios en la electrónica, montando humbuckers de las Jolana Diamond (copia de Gibson Les Paul).
Como les decía, esta guitarra llegó a mis manos en un estado lamentable, no obstante han bastado algunas horas de trabajo para al menos hacerla funcional. El juego de afinadores estaba incompleto y sin los bujes de rodamiento, así que los sustituí con unos que había quitado de otra guitarra y completé las llaves con otras similares hasta dentro de unos días que cambie todo el sistema, pero la ansiedad no me daba chance a la espera con tal de escucharla. Debí limpiarla bastante, desencrustar y devolverle la vida al diapasón con una buena limpieza y renutrido con aceite. La electrónica era más problemática, solo una pastilla funcionaba y un control de volumen tenía problemas. El golpeador estaba partido hacia su parte inferior y no tenía el Jack de salida. Las mediciones con el multímetro me resultaban incomprensibles, no había tratado con tan altos valores de resistencia en las bobinas. Rápidamente descubrí que una de ellas tenía un hilo partido en la unión con la capa de cobre, después noté que uno de los dos potenciómetros de volumen tampoco. Luego de echarle un vistazo rápido a la electrónica comencé a tratar de reparar aquello, el potenciómetro dañado lo quité y en su sitio puse un switch de 3 pasos, lo que hace más fácil la existencia a la hora de tocar. Le puse el Jack de salida y reconstruí el pedazo faltante. Mientras la armaba, pensaba que, si podría acostumbrarme a tocarla, en el futuro le haría un nuevo golpeador de madera, ya que este no es similar al Fender standard, y le pondría un par de P90 a ver qué sale. Luego de ajustar un poco el alma, la acción y quintar correctamente empecé a tocar y no salía de mi sorpresa, si bien el perfil me resulta algo incómodo (ya trataré de acostumbrarme), el sonido de esta guitarra me cautivó. Es un sonido grande, con cuerpo, no tan flaco como el de guitarras con singles tipo Fender, ni oscuro como el de humbuckers, calificativos que siempre escucho al describir los P90, lo que quiero decir es que estos engendros de la microfonía socialista sacan ese sonido mítico, aunque un poco menos filoso y muy bien definido. La guitarra vibra inimaginablemente, la conjunción de maderas es impresionante lo que provoca en el sonido final que se torna muy agradable, sorprendentemente cálido, excelente para aquellos blues no tan pesados, jazz, pop, etc. Todavía quiero seguirle haciendo algunos trabajos de restauración y varias pruebas más, noto que reacciona poco o casi nada a las distorsiones, pero ese sonido natural de ella me ha cautivado.
Bueno, espero que les haya servido esta reseña y si por ahí se encuentran con una Orfeus modelo Solo, no lo piensen y denle una oportunidad, creo que vale la pena.
Varios de aquellos países asumieron la fabricación de sus propias guitarras y bajos eléctricos, algunos desarrollando sus propios modelos basados en experiencias autóctonas y otros tratando de copiar (o copiando descaradamente) marcas conocidas y famosas que se abrían paso en el mundo. Así encontramos hoy buena cantidad de entusiastas coleccionistas y nostálgicos de la era de la Guerra Fría que exhiben sus modelos de aquellos años, la mayoría de ellos instrumentos incómodos de tocar o con una electrónica tan experimental que asombraría a cualquier erudito en el tema, muchas de aquellas guitarras eran construidas en plywood lo que limitaba considerablemente su durabilidad sin hablar de las incidencias en el sonido. No obstante, algunos de aquellos ejemplares han llegado hasta nuestros días.
Hoy les voy a hablar de esta guitarra que tengo desde hace pocos días, gracias a un conocido que la tenía tirada en su casa con un alto grado de deterioro y abandono, no lo pensé dos veces y me la traje a casa y poco a poco la voy devolviendo a la vida, pues me gusta darle una segunda oportunidad a esos instrumentos que debido a roturas o pérdidas han bajado del escenario.
La forma de este interesante aparato representa la apariencia balcánica de la legendaria Fender Stratocaster, pero como era habitual en la construcción socialista de guitarras, el parecido termina ahí.
En varios países de Europa del Este esta guitarra era conocida como "La Rayada" y su hermano bajo a la usanza del P-Bass le llamaban "El colchón" debido a las listas que forma la unión de maderas usadas en su construcción. El cuerpo de la Solo está armado a partir de varias capas de diversas maderas. De hecho, se podría decir que la guitarra está hecha de madera contrachapada, sólo que las capas no son paralelas al plano del cuerpo, sino perpendiculares). La viga central es de abeto, los laterales de fresno, los dos extremos también de abeto y cada capa está separada de la adyacente por finísimas vetas de caoba. Este “sándwich de miel" resultante tiene un aspecto impresionante. La guitarra es aún más impresionante en la parte trasera (además de hacerlas con un conjunto tan "colorido", también había versiones más ascéticas estéticamente, en las que los extremos consistían en anchas barras de fresno).
El brazo de fresno con diapasón de caoba está atornillado al cuerpo con cuatro tornillos a través de una placa metálica. Siguiendo la tradición búlgara, sólo los trastes 5, 7, 12 y 17 están marcados con puntos redondos. La cabeza del mástil no es inclinada, la pala recuerda la mítica Fender. Las llaves son las tradicionales de Orfeus, de cabeza rómbica de plástico blanco y muy fáciles de romperse con el uso y los años. La tuerca de ajuste del alma es en forma de bala y no está cubierta por ninguna tapa. La escala del diapasón es de 630 mm, con 44 mm en el traste 0 (una característica común a todas las guitarras del CAME, el uso de un traste 0) y 54 mm en el 21.
El puente es similar a los hardtails instalados en algunos modelos de Stratocaster en los años 70 donde las cuerdas pasan a través del cuerpo (tipo Telecaster) y no tiene mecanismo de trémolo. Las selletas independientes para cada cuerda permiten ajustar su altura y afinar la escala, aclarar que usa pequeños tornillos de cabeza plana.
El golpeador es en realidad una placa electrónica pintado con pintura negra que tiende a desgastarse y mostrar el cobre. Este golpeador es único, no sólo la lámina de cobre sirve de potente escudo para el circuito, sino que los micrófonos son una unidad inseparable con la carcasa pues las bobinas están pegadas al golpeador, los finos cables que salen de ellas van soldados directamente a la placa de cobre (Hay que tener mucho cuidado al desarmarlo pues los finos cables que salen de las bobinas podrían arrancarse fácilmente de forma accidental, tengo esa experiencia). Los tornillos guía de los imanes son en realidad tornillos normales y es lo único que se ve de los micrófonos fuera del golpeador. La disposición de los potenciómetros de la guitarra es sencillísima: dos volúmenes y un tono, sin llave de conmutación.
Naturalmente, a pesar del empeño competitivo de Orfeus por tener una “Fender Socialista” con semejante ramillete de diferencias no hay casi nada "estratoviano" en este instrumento. La guitarra es mucho más pesada de lo habitual, el mástil es más grueso que el de una Fender y usa trastes de bronce.
Bueno, acá les he hecho una presentación del instrumento de manera genérica, pero quisiera a continuación darles mis impresiones personales.
Acá en Cuba, los guitarristas que pasan los 45 o 50 años de edad, estamos familiarizados con marcas y modelos como Ural y Stela (URSS), Musima y Lear Star (RDA), Jolana (Checoslovaquia), o las Orfeus que entraron en varios modelos y desde los 60. La Orfeus Solo que, a pesar de haberse comenzado a construir a inicios de los 80, acá comenzaron a verse en los últimos años de esa década. Durante el boom del rock nacional a inicios de los 90, varias de ellas eran vistas en escena, algunas con cambios en la electrónica, montando humbuckers de las Jolana Diamond (copia de Gibson Les Paul).
Como les decía, esta guitarra llegó a mis manos en un estado lamentable, no obstante han bastado algunas horas de trabajo para al menos hacerla funcional. El juego de afinadores estaba incompleto y sin los bujes de rodamiento, así que los sustituí con unos que había quitado de otra guitarra y completé las llaves con otras similares hasta dentro de unos días que cambie todo el sistema, pero la ansiedad no me daba chance a la espera con tal de escucharla. Debí limpiarla bastante, desencrustar y devolverle la vida al diapasón con una buena limpieza y renutrido con aceite. La electrónica era más problemática, solo una pastilla funcionaba y un control de volumen tenía problemas. El golpeador estaba partido hacia su parte inferior y no tenía el Jack de salida. Las mediciones con el multímetro me resultaban incomprensibles, no había tratado con tan altos valores de resistencia en las bobinas. Rápidamente descubrí que una de ellas tenía un hilo partido en la unión con la capa de cobre, después noté que uno de los dos potenciómetros de volumen tampoco. Luego de echarle un vistazo rápido a la electrónica comencé a tratar de reparar aquello, el potenciómetro dañado lo quité y en su sitio puse un switch de 3 pasos, lo que hace más fácil la existencia a la hora de tocar. Le puse el Jack de salida y reconstruí el pedazo faltante. Mientras la armaba, pensaba que, si podría acostumbrarme a tocarla, en el futuro le haría un nuevo golpeador de madera, ya que este no es similar al Fender standard, y le pondría un par de P90 a ver qué sale. Luego de ajustar un poco el alma, la acción y quintar correctamente empecé a tocar y no salía de mi sorpresa, si bien el perfil me resulta algo incómodo (ya trataré de acostumbrarme), el sonido de esta guitarra me cautivó. Es un sonido grande, con cuerpo, no tan flaco como el de guitarras con singles tipo Fender, ni oscuro como el de humbuckers, calificativos que siempre escucho al describir los P90, lo que quiero decir es que estos engendros de la microfonía socialista sacan ese sonido mítico, aunque un poco menos filoso y muy bien definido. La guitarra vibra inimaginablemente, la conjunción de maderas es impresionante lo que provoca en el sonido final que se torna muy agradable, sorprendentemente cálido, excelente para aquellos blues no tan pesados, jazz, pop, etc. Todavía quiero seguirle haciendo algunos trabajos de restauración y varias pruebas más, noto que reacciona poco o casi nada a las distorsiones, pero ese sonido natural de ella me ha cautivado.
Bueno, espero que les haya servido esta reseña y si por ahí se encuentran con una Orfeus modelo Solo, no lo piensen y denle una oportunidad, creo que vale la pena.